Hoy, la Cámara de Diputados aprobó la modificación de la fracción III del artículo 231 de la Ley Federal de Derechos de Autor. En los cambios a dicho artículo, se agregó que constituyen infracciones en materia de comercio las acciones de “fijar, producir, reproducir, almacenar, distribuir, transportar o comercializar copias de obras, obras cinematográficas y audiovisuales, fonogramas, videogramas o libros, protegidos por los derechos de autor o por los derechos conexos, sin la autorización de los respectivos titulares en los términos de esta ley”, con fines de lucro directo o indirecto.
Las modificaciones a la reforma fueron avaladas por 384 votos, cuatro abstenciones y cuatro en contra. Los legisladores explicaron que “fijar” se refiere a la incorporación de letras, números, signos, sonidos, imágenes y demás elementos en que se haya expresado la obra.
Asimismo de las representaciones digitales de aquellos, que en cualquier forma o soporte material, incluyendo los electrónicos, permita su percepción, reproducción u otra forma de comunicación.
El abogado especialista en internet y medios digitales, León Felipe Sánchez, dijo a Animal Político que está de acuerdo en que se castigue a las personas que entren al cine y graben la película para después comercializarla, “pero hay situaciones que podrían ser potencialmente catalogadas como infracciones y que lejos de serlas, son conductas perfectamente legítimas.”
Un ejemplo de los malentendidos que podrían llegar a suceder, según Sánchez, es que “si estás viendo un streaming eso te podría colocar en una probable infracción”, ya que el hecho de hacerlo “constituye una fijación, efímera, pero fijación. Esto aplicaría a Youtube, por supuesto.”
Antonio Martínez Velázquez, también especialista en medios digitales, coincide con León Felipe Sánchez, y afirma que “hay que ver las implicaciones que tiene el significado de las palabras de este artículo, porque en la interpretación se estaría corriendo el peligro de criminalizar la tecnología.”
León Felipe Sánchez explica que esto podría suceder porque “se desconoce cómo funcionan algunas tecnologías digitales y se pretende trasladar la fijación del mundo analógico al mundo digital sin conocer cómo funciona el digital.”
El abogado Luis Fernando García dice que lo más preocupante es que la industria del entretenimiento y la cultura y los cabilderos “están intentando promover modificaciones a las leyes locales para partir en cachitos el ACTA” y así aprobarla.
Aunque la Cámara de Diputados ya aprobó las modificaciones a este artículo, falta que el Senado “le dé el visto bueno”.
