Cancún, Quintana Roo.- Eran varios hombres que llegaron en la madrugada del jueves 31 de marzo a las afueras del área de circulación del diario Novedades de Quintana Roo. Estacionaron sus vehículos sobre una de las céntricas avenidas de Cancún, donde se localizan las instalaciones del rotativo, y se encaminaron hacia donde se hacia el reparto de los ejemplares que esa mañana serían enviados a Chetumal, capital del estado, así como al resto de los municipios y los puestos ambulantes de este centro turístico.
—Queremos que nos vendan todos lo ejemplares, díganos cuánto es ó con quien hay que arreglarse, nos interesa comprar todo el del día de hoy —recuerda Jaime Sánchez que dijo uno de aquellos individuos. Éste trabajador del área de circulación comenta que tras rechazar la oferta para adquirir a totalidad la edición de ese día, los hombres no se retiraron, sólo esperaron a que embarcaran las camionetas con los paquetes y una a una las siguieron. Después que los repartidores de la empresa editora entregaban los paquetes, a los pocos minutos aparecían varios individuos para pagar por ellos y llevárselos. A lo largo de la mañana así ocurrió en la mayoría de los kioscos y de los locales donde se expide el diario, en algunos casos eran brigadas de taxistas que recorrían el municipio de Cancún para adquirir todos los ejemplares. Antes del medio día, la edición de internet del periódico y otras páginas web informativas en la península de Yucatán hacían eco de la “operación” para impedir que el rotativo circulara.
¿El motivo? La nota principal de portada donde se exhibían las facturas por la compra de 11 camionetas de lujo, siete de ellas blindadas, por un monto de más de 15 millones de pesos. La falta de transparencia de la operación, a unos días que concluyera el gobierno del priista Félix González Canto, puso el dedo en uno de los rubros más cuestionados de su administración: el uso discrecional de los recursos públicos y la opacidad en su manejo.
—¿Cuáles patrullas?—respondió al día siguiente a los reporteros el gobernador cuando se le preguntó sobre la compra. Acorralado por el “escándalo” provocado por la requisa del diario, llevada a cabo casi como si fuera un operativo por taxistas afines al PRI así como por el grupo de individuos que dijeron ser “muy influyentes”, a González Canto no le quedó de otra que aceptar que la adquisición se había hecho por “adjudicación directa”, pero ésta era para “beneficio” de los funcionarios que este martes 5 de abril asumirán el nuevo gobierno, uno de ellos su sucesor, Roberto Borge Angulo.
La compra se hizo a la empresa Obses de México, quien colocó el blindaje nivel 5, el cual resiste ataques con fusiles R-15, Galil y AK-47. El gobernador argumentó que durante su mandato no tuvieron este tipo de vehículos y los que se usaron siempre fueron rentados en la capital del país. Cuestionado sobre los montos que se gastaron en estos arrendamientos, de nuevo el priista guardó silencio.
El escándalo, considerado por directivos del rotativo como “burdo intento de represión”, pues la información estuvo disponible desde ese día en internet, colocó el reflector en la figura de Roberto Borge Angulo, quien asume este martes el gobierno del estado.
Borge es sobrino de Miguel Borge Martín, quien gobernó Quintana Roo en la década los 80 y con quien el diario estuvo confrontado durante todo su sexenio. Articulistas y líderes de opinión de éste y otros medios observaron en esta acción, uno de los primeros manotazos “autoritarios” de quien será gobernador para los próximos cinco años y siete meses —resultado de la reforma constitucional para empatar dentro de un lustro varias elecciones—, a quien observan como un político “verde, sin experiencia” y con la sombra de su exjefe, Félix González Canto a sus espaldas.
Los primeros días de Borge en Quintana Roo
Roberto Borge Angulo era un joven recién llegado de Nuevo León donde estudió administración en el Tecnológico de Monterrey. “¿Experiencia política? Pues no se le ve por ningún lado”, decía en una de las tertulias de la radio local hace unos meses Ramiro de la Rosa, exlíder juvenil priista en los años 80, defenestrado junto al exgobernador Mario Villanueva Madrid en los años 90, y hoy convertido en asiduo animador de debates radiofónicos en Cancún.
Borge, nacido en Cozumel hace 34 años, está considerado como una “pieza” del mandatario saliente trae para continuar tras bambalinas en el poder. Desde que fue designado como candidato del PRI al gobierno de Quintana Roo y tras su posterior elección, una pregunta se impuso como duda entre articulistas y líderes de opinión: “¿Quiénes forman su grupo?”. A la respuesta de que “no lo tiene”, se le sumó entonces la percepción de que sería solo un “títere” de González Canto, quien no dudaría en arrobarse el derecho de colocar a la mayoría de los integrantes de su gabinete e intentar mantener un poder “transexenal”. Y comenzaría quizá por el secretario de gobierno, designación que podría recaer en su tío, el exlíder del congreso local Luis González Flores.
Fuera de palacio de gobierno el panorama no luce tan afín para Borge Angulo, quien dejó la diputación federal para incorporarse a la administración de donde salió como candidato. A partir del 10 de abril deberá convivir con cinco de nueve presidentes municipales cuya extracción es de oposición. En el congreso local estará de líder su correligionario de partido y adversario en la candidatura al gobierno del estado, Eduardo Espinosa Abuxapqui, con quien tendrá que limar asperezas para cabildear sus iniciativas. Si bien a nivel federal tiene el apoyo de quien es su suplente la diputada Susana Hurtado, quien ocupa la curul que dejó como legislador, no se ve que tenga buena química con el otro legislador quintanarroense en San Lázaro, su acérrimo rival en la pasada contienda interna tricolor, el cozumeleño Carlos Joaquín González. En el senado el único priista por Quintana Roo es el exmandatario Pedro Joaquín Coldwell, quien tampoco lo ve con buenos ojos.
El semanario local Luces del Siglo publicó en su edición de esta semana un reportaje donde se recogen los jaloneos, “sugerencias” y “pasarelas” de los diversos grupos priistas para ser considerados en el gabinete por Borge. Su antecesor González Canto le habría pedido mantener a cinco de sus colaboradores considerados como cercanos: su tío González Flores, Gabriel Mendicuti, Jesús Almaguer, Manuel Valencia y Laura Fernández. El primero sería secretario de gobierno, el segundo sería ratificado en la secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural e Indígena y al resto se les daría acomodo en otras dependencias. Hace unas semanas, añade ésta publicación, Borge fue invitado a una reunión organizada por Cecilia Loria, directora del Instituto Quintanarroense de la Mujer. Se le recibió con un evento como si fuera un “casting” donde desfilaron priistas de toda laya pero con el denominador común que eran chetumaleños, llevaban curriculum en mano mientras la anfitriona los presentaba como la persona con “el perfil idóneo” para ocultar tal o cual puesto.
En la histórica disputa entre priistas en Quintana Roo, el escenario político lo pelean sólo dos grupos, el de los “cozumeleños” y el de los “chetumaleños”. Estos últimos desplazados desde la caída en desgracia de su último líder Mario Villanueva Madrid, no se ponen de acuerdo para aglutinar un solo frente ante la continuidad en el gobierno del estado del llamado “grupo Cozumel”.
El grupo Cozumel está considerado más que una cofradía política, como un clan empresarial, donde el negocio de las navieras ha sido su prioridad. Surgió a mediados de los años 80 cuando varios comerciantes cozumeleños, encabezados por Lenin Matías González Padrón, padre del mandatario saliente Félix González Canto, y Roberto Borge Martín, progenitor de Borge Angulo, se unieron para fundar “Naviera Turística de Quintana Roo SA de CV”, empresa que tuvo problemas financieros en 2004 que la colocaron en virtual bancarrota, pero que resurgió meses después, una vez que Félix González Canto asumió como gobernador y colocó a dos de sus primos en dependencias vinculadas a la navegación y los puertos. Hace unos meses se anunció una sociedad con “empresarios chinos”, apoyados con recursos del municipio de Cozumel donde el presidente municipal Juan Carlos González, es sobrino de don Matías y primo del mandatario saliente. Se trata de botar nuevos buques propiedad de esta naviera que pelearían por un mercado que ronda poco más de 500 millones de pesos anuales en transporte de carga y pasajeros entre las islas de Cozumel, Mujeres y Holbox. El negocio naviero es, sólo después de la hotelería, el más importante en todo Quintana Roo. Y es el sueño del “grupo Cozumel” que con la llegada de Borge Angulo al gobierno, podría ser realidad.
Se va Félix González Canto
Este martes concluye el gobierno en Quintana Roo del priista Félix González Canto, quien deja una deuda histórica en las arcas del estado. A la opacidad en el manejo de los recursos públicos, críticos de su gestión señalan que también tuvo una abierta inclinación por colocar a sus familiares en cargos donde se manejara este dinero.
