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Ebrard “mina liderazgo” <br>de López Obrador
Ebrard “mina liderazgo” <br>de López Obrador
7 minutos de lectura
Ebrard “mina liderazgo” <br>de López Obrador
13 de mayo, 2011
Por: Elia Baltazar (@eliabaltazar) y Adriana Franco
@WikiRamos 

La balanza de la izquierda ya se inclina hacia el nombre de Marcelo Ebrard como candidato a la Presidencia en 2012. El jefe de Gobierno del Distrito Federal ha desplazado a Andrés Manuel López Obrador en las encuestas y en los espacios de influencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD), en el cual se perfila como “líder natural”.

Antes, sin embargo, deberá librar un batalla preelectoral pacífica con López Obrador y su Movimiento de Renovación Nacional (Morena), pues uno y otro saben que, divididos, la izquierda no tiene posibilidades en las urnas para el próximo año. Pero nadie sabe, hasta ahora, quién cederá el lugar de la candidatura presidencial.

Analistas políticos, investigadores y líderes de las corrientes perredistas bajaran las posibilidades de uno y otro, confrontan sus aptitudes y pecados políticos, y reconocen la ventaja que el jefe de Gobierno del DF ha ganado sobre López Obrador.

Ebrard y AMLO durante el congreso del PRD en 2007.//FOTO: Cuartoscuro

Lorenzo Meyer, investigador de El Colegio de México, admite las posibilidades de Ebrard, en un contexto en el que la izquierda adolece de liderazgos. “El PRD no ha generado otros liderazgos atractivos y por ello es muy posible que Marcelo se convierta en candidato de la izquierda a la Presidencia. Pero para que ello suceda, Andrés Manuel deberá apoyarlo y para unirse alguno de los dos tendrá que ceder: saben que, divididos, la izquierda no tendrá ninguna posibilidad de ganar”.

Un liderazgo contruido sobre la división

Para Marcelo Ebrard han sido suficientes seis años de militancia perredista para consolidar su liderazgo en el Partido de la Revolución Democrática y colocarlo en una posición estratégica entre las corrientes dominantes de ese partido, aun por encima de López Obrador.

Así lo demostró en el pasado proceso de elección interna y lo reconocen los líderes partidistas. Incluso aquellos más cercanos a López Obrador como Dolores Padierna, ahora secretaria general de su partido.

“Ebrard evitó la ruptura”, dice Padierna respecto de la pasada contienda por la dirigencia nacional del PRD, en la que prevaleció un clima de confrontación entre las dos corrientes de mayoría: Izquierda Democrática Nacional (IDN), que encabezan Padierna y su esposo René Bejarano, y Nueva Izquierda, que al final logró llevar a la presidencia de su partido a uno de sus líderes, Jesús Zambrano.

Atribuyen al mandatario capitalino la unidad del partido debido a que los 43 votos de su grupo –representado por el diputado Armando Ríos Piter y Jesús Valencia, secretario general del PRD en el DF– validaron y legitimaron la elección al no apoyar directamente a ninguno de los grupos. De esta manera Ebrard quedó bien con IDN y con NI.

Valencia afirma que todo estaba calculado. “Si Marcelo no hubiera intervenido, si nos hubiese dicho que apoyáramos la candidatura de Zambrano o de Padierna, reventamos al partido. La estrategia funcionó”.

Al cabo, agrega, la meta era lograr un partido unido, capaz de mirar más allá de sus conflictos internos. “Un partido sólido para evitar que la izquierda se divida cuando llegue el momento de elegir a su candidato. Un partido fuerte que lo respalde para ser Presidente”, destaca.

La foto corresponde a enero de 2004, Andrés Manuel era el jefe de Gobierno , Ebrard secretario de Seguridad del DF.//FOTO: Cuartoscuro

Todos felices

Los malabares políticos de Ebrard y su grupo al interior del PRD lograron llevar hacia su persona el apoyo de las más fuertes corrientes internas del PRD, cada una de las cuales ha interpretado a su favor  la intervención de Ebrard en la contienda interna.

Padierna afirma que la nueva correlación de fuerzas en el PRD rompe el control de Nueva Izquierda sobre el partido.

“Antes los dos principales cargos en el PRD –la presidencia y la secretaría general– los traía el bloque aliancista (NI) que nos imponía los acuerdos con el Partido Acción Nacional”, dice.

Nueva Izquierda, en cambio, reconoce de Ebrard su apoyo a las políticas de alianzas electorales con el PAN, que mantuvieron el año pasado.

Si en el pasado los Chuchos –como llaman a la corriente de NI por el líderzgo de Jesús Zambrano y Jesús Ortega– regatearon su apoyo a Ebrard como candidato a la jefatura de Gobierno del DF, por considerarlo ajeno a los principios ideológicos del PRD, ahora lo miran con otros ojos y lo comparan con López Obrador.

“El papel que Ebrard ha jugado como gobernante, su discurso anclado en la izquierda pero al mismo tiempo moderado, el que compartiera con nosotros la política de alianzas… López Obrador, en cambio, ha sido claramente anti todo lo que huela a Nueva Izquierda”, dice Zambrano, líder nacional del PRD.

Así Ebrard se hizo de una importante victoria al interior de su partido al lograr el equilibrio de fuerzas entre las corrientes antagónicas de IDN y NI, con lo cual se convirtió en “el gran triunfador”, pues logró integrar a todos los grupos en disputa.

Nadie puede decir que Marcelo no lo escuchó, como sí pueden decir que Andrés Manuel no los recibió”, asegura Jesús Valencia.

Pero no todos los perredistas miran con buenos ojos la influencia y el poder en crecimiento de Marcelo Ebrard. Camilo Valenzuela, presidente del Consejo Nacional del PRD y líder de la corriente Red de Izquierda, asegura que el mandatario capitalino es en realidad “un paraguas político” para  Nueva Izquierda, IDN y Foro Nuevo Sol.

“Son fuerzas que dentro del PRD han visto debilitarse su convicción, su perfil ideológico y político, y se han convertido en grupos de poder con aspiraciones de acomodo y buenos ingresos. En ese terreno confluyeron con Marcelo, quien es para ellos un paraguas político”, dice.

La marca Camacho

Sergio Aguayo, profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colmex y presidente de Propuesta Cívica, recomienda buscar las pistas de la estrategia política de Marcelo Ebrard, en un artículo escrito en los setenta por Manuel Camacho, su maestro en El Colegio de México y en la política, y ahora él mismo operador de López Obrador en IDEA, el grupo que aglutina a los partidos de izquierda en un solo bloque.

Aquel texto se titulaba “Los nudos históricos del sistema político mexicano”  y allí argumentaba que un pequeño grupo podía posicionarse siempre que tuviera cohesión, inteligencia, entre otras caracterísiticas.

La mano de Camacho Solís.//FOTO: Cuartoscuro

Camacho estaba pensando entonces en el grupo de Carlos Salinas de Gortari, pero el modelo es el mismo. Cuando fracasa en su intento de ser Presidente y crear un partido, mantiene esa estrategia. Y Marcelo, que es su hombre de confianza de toda la vida, sigue la misma lógica”, explica.

Esta tesis no deja excluye otras aptitude de Ebrard, a quien Aguayo describe como un gobernante eficaz y un gran operador con virtudes interesantes para un político en estos tiempos.

“Tiene una cierta imagen de juventud, una buena formación académica y una mente ordenada. Ha sido capaz de rodearse de colaboradores muy eficaces del grupo de Camacho”.

Ciertamente “es un profesional de la política y asume tareas con entrega y eficiencia”, admite el perredista Camilo Valenzuela. Sin embargo, dice, su mayor acierto fue declinar por Andrés Manuel y convertirse en un hombre cercano a él.

Las ventajas del poder

No obstante la oposición que enfrentó en el PRD en el pasado, hoy en su partido no le regatean elogios a las aptitudes políticas de Ebrard, quien transitó antes por el PRI y el Partido del Centro Democrático fundado por Camacho Solís.

“Es un hombre estratégico que casi no se equivoca, toma decisiones bien analizadas, sabe a dónde va. Es inteligente y sabe convencer de sus propuestas. Dirige su discurso a las clases medias, busca poder político y es de los que tejen en medio y arriba”, dice Padierna.

Su debilidad, admiten en las filas perredistas, son las bases sociales, sobre las cuales está construida la fortaleza de López Obrador. Padierna, sin embargo, apuesta que esas dos estrategias se combinarán en una candidatura de unidad. No hay opción, dice. Una división significaría una derrota segura para ambos.

La mirada de Marcelo Ebrard durante un mitin de López Obrador.//FOTO: Cuartoscuro

Aunque Jesús Valencia coincide con Padierna afirma que hay sectores que siguen a Ebrard y no iría con Andrés Manuel: son las clases medias, los jóvenes que no se identifican con Morena y que al final significarán un capital para la candidatura de Ebrard, quien ofrece un proyecto de gobierno progresista e incluyente, dice.

El jefe de Gobierno del DF, además, no carga con el estigma de las protestas poselectorales de 2006. “No tiene ese peso, ese rechazo. Esa parte de los votantes independientes, de los indecisos, de los tibios podría más fácilmente dar su voto a Marcelo Ebrard”, explica Meyer.

Por lo demás, la suerte también ha jugado a su favor, pues como jefe de Gobierno no ha “tropezado” con algo realmente importante ni cometido un error “garrafal”.

Ni las protestas del Sindicato Mexicano de Electricistas ni el conflicto por la construcción de la Supervía ha minado su capital político. En cambio, como jefe de gobierno tiene la ventaja de estar en los reflectores y poseer mayores recursos que López Obrador, afirma Meyer.

Pero en política nada está escrito, dice, “y hay que esperar que la fortuna, como diría Maquiavelo, ayude al líder político”.

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