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Armas de <i>Rápido y Furioso</i> terminaron en manos de “El Chapo”: ATF
Armas de <i>Rápido y Furioso</i> terminaron en manos de “El Chapo”: ATF
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Armas de <i>Rápido y Furioso</i> terminaron en manos de “El Chapo”: ATF
26 de julio, 2011
Por: Dulce Ramos
@WikiRamos 

Funcionarios de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) dijeron hoy que el cártel de Sinaloa, de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se benefició del tráfico de armas alentado como parte de la Operación Rápido y Furioso.

El testimonio de Carlos Canino respaldó las conclusiones de un reporte preparado por el Congreso al respecto, según las cuales algunas de las armas que fueron permitidas cruzar ilegalmente a México llegaron tanto a manos de ese cártel, como al de La Familia.

Al comparecer este martes ante el Comité de Supervisión del Congreso, Canino dijo que la estimación es que más de dos mil armas fueron traficadas como parte de esta operación, muchas de las cuales ingresaron a México.

Canino, agregado interino de la ATF en México, dijo que este volumen es suficiente para armas a un regimiento entero de Rangers compuesto por una fuerza de dos mil 500 soldados.

“Eso quiere decir que como resultado de esta investigación, el Cártel de Sinaloa pudo haber recibido tantas armas como las que se necesitan para armar un regimiento”, dijo Canino, aunque no preciso números.

Canino avivó la controversia en torno al operativo, al indicar que si bien la oficina de la ATF en México sabía de la operación, “no teníamos conocimiento de la política de dejar ‘caminar’ (no decomisar) armas en esta investigación”.

William Newell, agente especial que estuvo a cargo de la oficina de la ATF en Phoenix, donde se puso en marcha el operativo en 2009, defendió la acción al indicar que era un esfuerzo para desmantelar la red de abastecedores de armas a grupos criminales en México.

Insistió que el propósito de la investigación “nunca fue permitir el transporte de armas a México”.

Sin embargo, bajo un intenso cuestionamiento del presidente del Comité, el republicano Darrel Issa, quien citó un memorando interno, Newell aceptó que poco después afloró la sospecha de las armas estaban cruzando la frontera hacia el sur.

Explicó que la decisión de no detener a los compradores que eran vigilados como parte del operativo derivo de una solicitud de la DEA, que realizaban una investigación en paralelo.

Cuando Issa presionó sobre la fecha exacta en que su oficina tuvo conocimiento de muchas de las armas estaban yendo a México, Newell se defendió.

“Nosotros no vendíamos las armas”, reviró el agente, a lo que el republicano respondió: “pero estuvieron cerca”, al aludir las facilidades que la agencia procuró para que un solo individuo adquiera 370 armas, incluyendo rifles de asalto.

La revelación de que más de dos mil armas fueron adquiridas en el ámbito de la operación fue sorpresiva debido a que las cifras manejadas hasta ahora apenas superaban las mil 500.

Lorren Leadmon, especialista en inteligencia de la ATF, dijo que aunque más de 800 armas han sido recuperadas por autoridades de Estados Unidos y México, “tomará años determinar el alcance de la carnicería” derivada del operativo.

Issa reiteró de igual modo su acusación de que el Departamento de Justicia continua tratando de interferir con la investigación que su comité ha ordenado al respecto para llegar al fondo del asunto.

“Quiero ser claro. El Departamento de Justicia no es nuestro socio en este esfuerzo. Es objeto de la investigación y no se permitirá que su continua interferencia descarrile el trabajo del Comité”, advirtió.

El demócrata Gerry Connolly dijo que si bien condenaba la pésima ejecución del operativo, existe otro ángulo en la historia que tiene que ver con las limitaciones legales que se le han impuesto a la ATF para que haga su trabajo.

“Nosotros hemos hecho todo para asegurar que la F en ATF sea de falla; para que no tengan un director permanente por seis años, para tratar de quitarle los colmillos y se quede sin dientes, y que no tengan el presupuesto para hacer su trabajo”, dijo.

En su turno William McMahon, director asistente para Operaciones de la ATF, reconoció que pese a las buenas intenciones, “cometimos errores y por ello me disculpo”.

Tanto McMahon como el resto de los funcionarios y ex funcionarios de la ATF que testificaron durante cinco horas, ofrecieron disculpas a la familia del agente de la Patrulla Fronteriza Brian Terry.

Una de las armas de “Rápido y Furioso” fue encontrada cerca de la escena del crimen del agente, asesinado en 2009 en el sur de Arizona.

Notimex

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