El cantante argentino Facundo Cabral, asesinado a tiros hoy en la ciudad de Guatemala, fue despedido entre aplausos, gritos de gente que exigía justicia y sentidas notas del verso “no soy de aquí, ni soy de allá”, de la canción más conocida.
Los guatemaltecos llegaron en forma masiva hasta el lugar donde fue ultimado a tiros el artista argentino en el sector de El Trébol, una transitada arteria de la capital guatemalteca donde se juntan cuatro de las principales vías de la ciudad.
Por más de tres horas, el cuerpo de Cabral permaneció en el lugar donde fue acribillado, mientras las autoridades realizaban las diligencias judiciales y las primeras investigaciones de los confusos hechos que costaron la vida al laureado artista.
Los ciudadanos, muchos vestidos de riguroso luto, se acercaron lo más que pudieron a la camioneta de lujo marca Range Rover color blanco y placas P334 DKX, en cuyo interior yacía acribillado Cabral.
Ramos de rosas y mensajes de dolor fueron depositados a unos metros de las puertas de la estación El Trébol del Cuerpo de Bomberos Municipales (CBM), donde el conductor del vehículo del artista intentó refugiarse mientras estaba bajo un nutrido fuego.
“No más violencia. Más que los actos de los malos, me horroriza la indiferencia de los buenos”, se leía en un texto de un arreglo floral depositado por una mano anónima a unos metros del cuerpo del compositor e intérprete.
Luego de horas de permanecer en el lugar del ataque, un vehículo funerario retiró el cadáver del cantante argentino, que fue trasladado a la morgue en una zona céntrica de la ciudad de Guatemala.
Entonces, de manera espontánea, surgieron los aplausos de reconocimiento al artista y los gritos de “justicia, justicia” de viva voz de la gente común, nacidos de la rabia e indignación de los guatemaltecos ante tanta violencia e inseguridad.
“No soy de aquí ni soy de allá, no tengo edad ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad…”, entonaba un joven guitarrista guatemalteco, de los que se ganan la vida día a día en las unidades del transporte público que circulan en el sector.
Muchos de los asistentes lloraron mientras seguían las prolongadas diligencias de las autoridades en la escena del crimen, la transitada arteria de El Trébol que fue cerrada varias cuadras a la redonda y causó un gran embotellamiento de tránsito en sábado.
Al lugar llegaron la Premio Nobel de la Paz 1992, la dirigente indígena guatemalteca Rigoberta Menchú; el embajador estadunidense Stephen McFarland y funcionarios, quienes coincidieron en expresar estupor y horror por el crimen.
La camioneta en que se conducía el cantante argentino salió del hotel Tikal Futura cerca de las 06:00 horas de este sábado con rumbo al Aeropuerto Internacional La Aurora, situado en el sur de la ciudad.
El vehículo no cumplió el trayecto de menos diez minutos entre el hotel y el aeropuerto. Unas calles adelante fue alcanzado al menos por dos autos con pistoleros que abrieron fuego contra la camioneta de Cabral, quien ocupaba el lugar del copiloto de la Range Rover.
Otra camioneta de custodios que seguía al vehículo al parecer intentó repeler el ataque y disparó contra los agresores, quienes huyeron a toda velocidad con rumbo desconocido. Uno de los autos de los asesinos habría sido localizado a unos kilómetros de El Trébol.
Cabral, quien se dirigía al aeropuerto para viajar al exterior tras cumplir dos presentaciones en el país, dijo en su última concierto anoche en Quetzaltenango, segunda ciudad del país, que se despedía tal vez en forma definitiva de Guatemala, pues su estado de salud “ya no daba para más”.
El trovador argentino, de 74 años, quien le cantó a la vida, a la libertad, al amor, a la fraternidad humana y fue acérrimo enemigo de las dictaduras militares y los gobiernos autoritarios, visitaba con frecuencia Guatemala, donde contaba con numerosos seguidores.
Cabral, que tuvo a la paz como tema central en sus creaciones, murió víctima de la violencia en Guatemala, país en el que han muerto más de 20 mil personas en lo que va del gobierno del presidente Álvaro Colom, quien asumió en enero de 2008 para un mandato de cuatro años.
Notimex*
