Por lo menos, 50 municipios en seis estados han sido identificados como de alto riesgo para la aplicación de encuestas electorales. Se trata de ciudades donde la violencia se ha recrudecido o donde las células del narcotráfico operan abiertamente desde hace cinco años o más.
“Todo el norte de Tamaulipas”, en ciudades fronterizas como Mier, Camargo, Reynosa, Ordaz y la capital Matamoros, por ejemplo, resulta “imposible” trabajar, revela María de las Heras, directora de Demotecnia, quien junto a Roy Campos, presidente de Consulta Mitofsky y Francisco Abundis, director de Parametría, están a la cabeza de las empresas encuestadoras más reconocidas del país.
En Chihuahua, en municipios como Juárez, Praxedis Guerrero, Meoquí, Janos y Guadalupe, donde se reportan constantemente enfrentamientos armados entre grupos rivales del narcotráfico y elementos del ejército, también resulta casi imposible elaborar encuestas , no sin antes recibir, tanto de autoridades como de delincuentes, advertencias en donde les indican que por ningún motivo se responsabilizan de la integridad de los encuestadores.
“Son cosas que nos dicen en el campo y tenemos que salir”, comenta de las Heras, quien ve como necesario que las autoridades elaboren un atlas de riesgo en el que se le informe de los estados y ciudades donde no se pueda transitar tranquilamente, algo que, según advierte, no sucederá porque para eso tendrían que reconocer que no han podido brindar seguridad a la gente.
¿Estados “fallidos”?
A los municipios fronterizos de Tamaulipas y Chihuahua se suman otras ciudades en cinco entidades, en los que no sólo los encuestadores, sino otro tipo de prestadores de servicios o empleados de la iniciativa privada y del gobierno, han dejado de acceder por la situación de violencia que se vive en esas zonas.
El llamado “triángulo dorado de la droga” en México, que abarca las regiones serranas de Sinaloa, Durango y Chihuahua, es otra de estas franjas, al igual que muchos de los municipios que integran “tierra caliente” en Michoacán y Guerrero, entre estos Apatzingán, donde hace unos días fueron privados de la libertad nueve encuestadores electorales y tres empleados de la Sección Amarilla.
Estos lugares, incluso, coinciden con los que en enero de 2009 identificó, con problemas sociales vinculados al narcotráfico, el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés. En entrevista con Carlos Loret de Mola, declaró que en estados como Baja California, Chihuahua, Tamaulipas, Sinaloa y Guerrero, existían al menos 20 ciudades en las que operaban células del narcotráfico con “interés en participar o buscar influir en las campañas locales”.
Adoptan protocolo de autoprotección
Tal y como ha sucedido con periodistas especializados en temas de seguridad pública o política, que han recurrido a protocolos de autoprotección en sus respectivas ciudades, los encuestadores también han adoptado algunas medidas para evitar ser víctimas de alguna balacera o privación ilegal de la libertad como las ocurridas recientemente en Apatzingán.
Cuentan con un mapa de estados y ciudades marcadas donde no se puede trabajar. “Simplemente no entramos”, señala María de las Heras, quien explica que en el caso de su empresa una de esas zonas es Michoacán, donde optaron en no participar en la contienda electoral del próximo 13 de noviembre.
“La decisión fue no trabajar en Michoacán. No voy a poner en riesgo la vida de mis encuestadores”, indica de las Heras, quien abiertamente critica que las autoridades no se comprometen a brindarles las garantías de seguridad necesarias para realizar su trabajo.
“Tenemos cada respuesta de presidentes municipales. Nos han llegado a decir que no se hacen responsables de la seguridad de la gente, cuando se supone que en ellos recae esa responsabilidad. Es su obligación”.
No transitar por carretera después de las cinco de la tarde, viajar en vehículos en perfecto estado mecánico y portar celulares para comunicarse en caso de cualquier emergencia, son otras de las acciones que han adoptado los encuestadores, que ante la falta de medidas preventivas de la autoridad y el reconocimiento oficial de la violencia, han optado por autoprotegerse o, como el caso de la encuestadora que dirige María de las Heras, no participar en los procesos electorales cuando no hay medidas de seguridad garantizadas.
Zonas identificadas por encuestadores como de alto riesgo
El norte de Tamaulipas
Municipios: Mier, Camargo, Reynosa, Ordaz, Matamoros.
El norte Chihuahua
Municipios: Ciudad Juárez, Distrito Bravos, Praxedis G. Guerrero, Meoquí, Janos, Ahumada, Guadalupe.
Coahuila
Municipios: Torreón, Progreso, Monclova, Piedras Negras, Villa Unión, Zaragoza.
Durango
Municipios: Santiago Papasquiaro, Tamazutla, San Dimas, Santa María del Oro, Panuco de Coronado y Rodeo.
Michoacán
Todo el estado, con mayor énfasis en los 17 municipios de Tierra Caliente.
Guerrero
Los nueve municipios de Tierra Caliente: Ajuchitlán del Progreso, Arcelia, Coyuca de Catalán, Cutzamala de Pinzón, Pungarabato (Ciudad Altamirano), San Miguel Totolapan, Tlalchapa, Tlapehuala, Zirándaro.
