El depuesto presidente de Egipto, Hosni Mubarak, dejó el hospital del balneario de Sharm el Sheik y fue trasladado a El Cairo, para asistir al juicio en su contra acusado de corrupción y asesinato.
La televisión estatal egipcia informó del traslado vía aérea mientras en la emblemática plaza Tahir la policía se vio obligada a intervenir, inclusive con disparos al aire, para evitar incidentes con los manifestantes que comenzaron a reunirse.
En el nosocomio del balneario egipcio el exmandatario de 83 años de edad es tratado de un ataque al corazón que sufrió el pasado abril así como de tensión arterial baja.
Familiares de Mubarak llegaron la noche de la víspera y se estima que fue transportado a la capital egipcia en un avión con equipamiento médico que también arribó la víspera, informó la cadena qatarí al Yazira.
En el juicio, convocado para las 10:00 horas (08:00 GMT) enfrentará cargos de corrupción durante su gestión, y por otra parte de asesinato e intento de homicidio contra los manifestantes que se reunieron en la plaza Tahir durante las protestas que lo sacaron del poder.
Un gran número de personas también se encuentra reunida afuera de la Academia de Policía cairota donde se celebrará el juicio.
Mubarak enfrentará a la justicia junto con sus dos hijos, Alaa y Gamal, su exministro del Interior, Habib el Adli y seis altos funcionarios de esa misma dependencia.
El ministro egipcio de Salud, Amr Helmy, confirmó que el estado de salud del expresidente es estable, por lo que no existen impedimentos para su traslado ante el tribunal, aunque sus abogados buscaban evitar de última hora su asistencia a la sesión.
Mubarak es el primer ex gobernante de Medio Oriente en enfrentar personalmente a la justicia tras la llamada “Primavera Arabe”, aunque el expresidente tunecino Zine al Abidine Ben Ali, fue juzgado y condenado en ausencia tras su escape a Arabia Saudita.