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Cárteles buscan armas antitanques y antiaéreas en EU, revela operación “Arma Blanca”
Cárteles buscan armas antitanques y antiaéreas en EU, revela operación “Arma Blanca”
5 minutos de lectura
Cárteles buscan armas antitanques y antiaéreas en EU, revela operación “Arma Blanca”
13 de enero, 2012
Por: Omar Granados (@ogranados1)
@WikiRamos 
Keneth Melson, director de la ATF durante las operaciones Arma Blanca y Rápido y Furioso.

El diario estadounidense Los Angeles Times publicó hoy un reportaje que revela la existencia de otra operación dirigida por la agencia estadounidense ATF, la cual podría ser la repetición de “Rápido y Furioso” y que tenía entre sus objetivos capturar a “El Chapo” Guzmán y sus principales operadores. En la investigación descubrieron que los cárteles mexicanos buscan armas para enfrentarse a aviones y tanques militares.

A finales del verano de 2010, Hope A. MacAllister, una agente de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) que dirigía la operación Rápido y Furioso y que monitoreaba la venta de armas en Arizona, tomó un vuelo hacia la ciudad de México para ayudar a coordinar las investigaciones de Estados Unidos sobre las armas de los cárteles mexicanos a través de la frontera.

MacAllister quería entrar a los almacenes de la Policía Federal y el Ejército para revisar las armas estadounidenses recuperadas por las autoridades mexicanas en redadas y escenas del crimen. Ella estaba interesada especialmente en armas provenientes de otra operación de la ATF, una con nombre clave “White Gun” o “Arma Blanca”.

Miembros del congreso de Estados Unidos que han pasado meses haciendo un escrutinio cercano a la operación llamada “Rápido y furiosoestán buscando determinar si “Arma Blanca” era otra operación de armas similar que falló de la misma forma.

“Aparentemente, las armas se escaparon”, afirmó una fuente cercana a la investigación dirigida por  el republicano Darrell Issa y el Senador por Iowa Charles E. Grassley. “¿Cuántas llegaron a México? Nadie sabe.”

Funcionarios de la ATF rechazaron comentar si las armas de “Arma Blanca” se perdieron o no. Sin embargo, a diferencia de “Rápido y Furioso”, describieron la nueva operación como una investigación bien manejada que produjo tres arrestos y sentencias.

Los tres hombres “buscaban adquirir armas de uso militar para un cártel”, afirmó un funcionario de la ATF quien pidió anonimato porque el caso implica una operación de agentes secretos. “Ésta es el típica ejemplo de tipos malos que llegan a un lugar a comprar armas y en su lugar son arrestados por la policía.”

En “Rápido y Furioso”, más de mil 700 armas de fuego fueron perdidas después de que agentes permitieran compras ilegales de armas en armerías en el sur de Estados Unidos con la esperanza de poder seguir las armas hasta México. En “Arma Blanca” la ATF llevó una investigación similar, con agentes encubiertos e informantes confidenciales con la intención de detener a los sospechosos de trabajar para el Cártel de Sinaloa.

De acuerdo con documentos internos de la ATF, “Arma Blanca” y “Rápido y Furioso” empezaron al mismo tiempo en el otoño de 2009 y los mismos oficiales de la ATF dirigieron ambos casos. MacAllister era la agente a cargo, su supervisor, David J. Voth, era la cabeza de la oficina de campo del grupo VII de la ATF en Phoenix, Arizona. Su jefe era William D. Newell, entonces agente especial a cargo en Phoenix.

De acuerdo con los documentos que la ATF envió a las Fuerzas de Tarea Contra el Crimen Organizado y las Drogas, un grupo conformado por varias agencias de EU que buscan acabar con los grandes operadores del lavado de dinero y tráfico de drogas, “Arma Blanca” buscaba a nueve líderes del cártel de Sinaloa, entre ellos a Joaquin “El Chapo” Guzmán, líder de esa organización.

En reportes de la ATF, MacAllister escribió que la inteligencia de EU mostró que miembros de los cárteles estaban preparando campos de entrenamiento de tipo militar en la Sierra de Durango, cerca del escondite de Guzmán Loera en el norte de México y querían ampliar su arsenal con lanzagranadas y ametralladoras calibre .50.

Los agentes se enfocaron primero en Vicente Fernando Guzmán Patiño, un miembro del cártel que estaba identificado como uno de sus compradores de armas y que frecuentemente usaba palabras clave  y frases. Por ejemplo, decía “57” en lugar de “ok”.

Mortero pesado Dragonfire de 120 milímetros. Foto: Life.com.

En el otoño de 2009, la ATF envió a un agente encubierto para vender armas a Guzmán Patiño. Fotos de armas, entre ellas las de un mortero pesado llamado Dragon Fire de 120-milímetros, fueron enviadas a su correo [email protected].

De acuerdo con los documentos de la ATF, el comprador del cártel de Sinaloa dijo al agente que si le conseguía un tanque lo comprarían y presumió que tenía “15 millones de dólares para gastar en armas” y dijo al agente que no se preocupara por el dinero. El comprador quería además “las armas más grandes y más extravagantes” que pudiera conseguir.

Rifle de asalto Bushmaster. Foto: Life.com.

El comprador y el dealer de armas se reunieron de nuevo a las afueras de Phoenix en un restaurante, donde el agente secretomostró a Guzmán Patiño cinco armas en la cajuela de su vehículo, entre las que figuraban un rifle de asalto Bushmaster y una ametralladora pesada Ramo calibre .50. El agente encubierto afirmó que podría conseguir ese tipo de armas para los sinaloenses. Justo cuando Guzmán Patiño parecía listo para comprar, de acuerdo con los registros de la ATF, la investigación sobre sus actividades terminó abruptamente. El documento no explica por qué y no indica si consiguió algún arma.

Un segundo implica a miembros de cárteles que buscaban misiles antiaéreos que se portan en el hombro y cohetes antitanques, de acuerdo con registros de la ATF.

Ametralladora pesada Ramo .50 Foto: heavycgexperience.com.

El mismo agente encubierto se reunió en febrero de 2010 en un almacén de Phoenix con David Díaz Sosa y Jorge De Jesús Castañeda, quienes llevaron alrededor de 5 kilos de metanfetamina cristal para intercambiar por armas. El agente secreto les mostró misiles antiaéreos, lanzagranadas y granadas antes de que agentes de la ATF entraran y los arrestaran.

Dáaz Sosa, de 26 años, originario de Sinaloa, se declaró culpable en April por cargos de armas y drogas. Castañeda, de 22 años, también de Sinaloa, se declaró culpable por cargos de drogas. Una tercer sospechosa, Emilia Palomino Robles, de 42 años, originaria de Sonora, Mexico, se declaró culpable de entregar drogas como un pago parcial por armas de tipo militar.

Ninguno de los tres estaba incluido en la lista de los nueve líderes de cárteles que eran el objetivo de la operación. El fiscal federal en Phoenix en aquel momento, Dennis K. Burke, quien luego renunció por la operación “Rápido y Furioso”, llamó a las sentencias conseguidas a través de “Arma Blanca” como un “tremendo esfuerzo de equipo que puso fin a una conspiración criminal bien financiada para adquirir poder de fuego de destrucción masiva.”

Para aquel verano, MacAllister ya había ido a la ciudad de México a revisar los almacenes de la Policía y el Ejército de nuestro país. Los documentos de la ATF no detallan lo que ella encontró, pero afirman que descubrió “armas en custodia militar relacionadas con ambas investigaciones” de la ATF.

Los Angeles Times*

 

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