Joel Ortega Cuevas, aspirante a la candidatura de izquierda al gobierno capitalino, lo confiesa abiertamente: “Me estoy reinventando, no lo niego, hice un diseño de cómo regresar, por abajo…”
Tres años después del operativo en la discoteca News Divine que en junio de 2008 dejó nueve adolescentes y tres policías muertos, lo que le costó el cargo de secretario de Seguridad Pública del DF, Ortega da su versión, brevemente: “Creo que hubo algunas personas cercanas al Jefe de Gobierno (Marcelo Ebrard) que quisieron acabarme, lo tengo documentado… aunque no quiero ya meterme en eso. Yo me separé del cargo, permití una investigación independiente y estoy listo para regresar, aunque yo lamento lo que ocurrió y lo lamentaré siempre.”
El precandidato, quien fue jefe de la policía capitalina desde 2004, con López Obrador, y luego ratificado por su sucesor durante dos años más, elige con cuidado sus palabras al referirse al hecho.
“No quiero –repite–, que se me etiquete de usar una tragedia para emprender una vendeta política, no lo voy a hacer, fueron acontecimientos, tragedias, que a mí me dejaron marcado, y hago votos porque pronto se encuentre la justicia, me he reunido con los deudos de los jóvenes y siempre manifestaré mi pesar por lo ocurrido.”
– ¿Cómo quedó la relación con Ebrard, tras destituirte? –se le pregunta, desde el asiento trasero de su camioneta blindada (a la que tiene derecho por un año más, junto con una escolta policiaca).
– Como quedan siempre esas relaciones –explica–: sensibles. Pero aún existe la posibilidad de hablar.
– Hablando de Ebrard, y como precandidato, ¿cuáles de sus políticas conservarías y cuáles modificarías?
– Llevo dos años recorriendo la ciudad – afirma, y es que en 2010 creó la asociación política local Ciudadanía y Democracia– y traigo un pulso muy preciso de lo que la gente está diciendo, por encima de lo que pueden señalar las encuestas, y esto es que la gente está molesta con ciertas cosas: el que a los jóvenes profesionistas les paguen cinco o seis mil pesos tiene inconforme a los capitalinos; o que los jóvenes matrimonios no puedan conseguir crédito para comprarse un departamentito aquí, en el DF, y no hasta el Estado de México; o que a las familias les rechacen a sus hijos de las escuelas públicas, y no debemos equivocarnos, tenemos que poner de nuevo al ciudadano como eje de nuestras políticas públicas.
“Izquierda desdibujada”
Líder estudiantil en el Instituto Politécnico Nacional, donde ha sido profesor, viejo colaborador de Manuel Camacho en el antiguo Departamento del DF, y de Cuauhtémoc Cárdenas en el primer gobierno capitalino electo democráticamente, exdelegado de Gustavo A. Madero, jefe de policía con López Obrador, ratificado luego por Ebrard, el aspirante a ocupar la cuarta jefatura de gobierno local advierte que dos líneas quedan a la izquierda local, ante el riesgo de “desdibujarse”.
“Debemos recuperar el sentido nacionalista de la izquierda –asegura–, facilitando el mercando interno, comprando lo que se produce en otras partes de la República, integrando las necesidades de la ciudad con las soluciones que ofrece la nación, generando el empleo que es el flujo sanguíneo que permite a las sociedades existir, y si nosotros no mandamos mensajes claros en ese sentido, vamos a perder el principal patrimonio del PRD, su cardenismo, y no lo digo sólo por Cuauhtémoc”.
El segundo punto, destaca, es tal vez más importante: la seguridad pública.
“La gente sí quiere los programas sociales, de eso no tengo la menor duda, pero también quiere que se mantenga esto estable, que la ciudad se preserve como una ínsula donde no entra el crimen organizado, y ese será un factor determinante que, si se utiliza con sapiencia, puede ser lo que haga ganar la propuesta de la izquierda.”
Advierte, sin embargo, que la “paz serena” de la capital está ya amenazada por varios riesgos: “En la proximidad del área metropolitana, el crimen organizado está levantando, cobrando cuotas, extorsionando, y si eso pasa aquí, truena la economía capitalina… eso le pasó a Monterrey“.
Por ello, entre sus principales propuestas, de obtener la candidatura y eventualmente la Jefatura de Gobierno, está resucitar su antiguo proyecto de inteligencia policial para combatir al crimen organizado, su infraestructura y su andamiaje financiero: “Yo sé cómo hacerle… de hecho, soy el autor de la Ley de Extinción de Dominio“.
– Durante el debate con el resto de los precandidatos, subrayaste que Miguel Ángel Mancera fue tu subordinado, ¿cómo es tu relación con él?
– Yo fui –recuerda– quien sugirió que quedara en la PGJDF cuando inició el gobierno de Ebrard y, de hecho, nunca entendí por qué fue nombrado Rodolfo Félix como procurador, cuando había sido abogado de Carlos Ahumada, por eso, creo que si Mancera hubiera ocupado ese cargo cuando yo era jefe de la SSP hubiéramos hecho un excelente equipo, él ha desarrollado un muy buen trabajo al frente de la Procuraduría, sin embargo, para ser jefe de Gobierno se necesita, además, ser político.
El abuelo
Joel Ortega confiesa con alegría haber recibido, hace poco, el “título nobiliario de abuelo” y con honra fue acompañado por su padre, aunque es en la juventud en la que sienta sus esperanzas electorales, ya que, pese al antecedente del News Divine, afirma que está su “mayor voto”, principalmente entre preparatorianos, según sus propias encuestas, y de entre estos, con mayor aceptación entre hombres que en mujeres.
“Es bien chistoso –afirma–, pero yo tengo un estudio de perfiles que señala que mi mayor voto está entre los jóvenes, y aunque soy más conocido entre la gente que tiene dinero, con un estatus económico sólido, mi mayor intención del voto está entre las clases populares“.
Y es que, remata, “conozco bien la calle, la asamblea, soy de los que me gusta meterme a las colonias y sentarme a comer el taquito en la casa de mis amigos, de mis comadres…”
