Luego de las elecciones federales de julio pasado, la sensación de seguridad personal y pública entre la población mexicana ha venido en recuperación, al menos en las estadísticas oficiales, hasta alcanzar, entre julio y octubre recientes, sus niveles más altos de los últimos cuatro años.
Según el Índice de Percepción Ciudadana sobre la Seguridad Pública, elaborado mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), julio de 2012 ha sido el mes en el que mayor sensación de seguridad ha demostrado la ciudadanía, desde que en abril de 2009 inició este ejercicio de consulta y, a partir de entonces, muestra el estudio, la tendencia favorable se ha mantenido.
El informe del Inegi revela que la confianza ciudadana en la seguridad pública del país registró su nivel más bajo en octubre de 2010, con un desplome de 8% desde que comenzó a levantarse este registro, 19 meses antes y, desde ese momento, la noción de riesgo ante la actividad delictiva mostró ligeras y progresivas recaídas, aunque no sin momentos de revitalización.
¿Efecto Sicilia?
Según las gráficas del Inegi, una de las caídas más importantes en la noción de seguridad se registró en marzo de 2011, mes en que fue asesinado el hijo del poeta Javier Sicilia, junto con otros seis jóvenes, siendo este crimen el germen de la mayor movilización ciudadana en repudio a la violencia durante este sexenio, y a partir de lo cual la percepción de ciudadana de inseguridad aumentó 4%, en sólo 30 días.
Aunque esta disminución en la confianza ciudadana logró revertirse en los siguientes tres meses (durante los cuales comenzaron a darse avances en la investigación del asesinato múltiple), la percepción negativa de la población en materia de seguridad pública volvió a debilitarse durante los posteriores cinco meses (con una nueva caída acumulada de 4% entre agosto y diciembre del año pasado).
Dicho periodo coincide, de hecho, con los meses en que la organización de víctimas denominada Movimiento por la Paz, encabezada por Sicilia, emprendió una campaña para denunciar los efectos de la guerra entre el gobierno federal y el crimen organizado, que se prolongaron hasta finales de 2011.
El último año
A pesar de que el primer semestre de 2012 se vio marcado por las tensiones inherentes al proceso de relevo en la Presidencia de la República, el ambiente de crispación política no afectó la percepción de la seguridad pública, que mantuvo una recuperación constante desde enero, cuando arrancó con una puntuación de 96 en una escala con base 100 (es decir, 4% por debajo de la media).
Este aumento en la noción de seguridad alcanzó su punto cúspide al finalizar julio, cuando, según el Inegi, se alcanzaron 106.4 puntos, lo que representa una recuperación de la confianza de más de 10% al cabo de seis meses.
Y entre agosto y octubre, esta buena opinión sólo ha disminuido 2%, manteniéndose aún dentro de un rango índices favorables inéditos, con 104 puntos, es decir, 4 por encima de la media.
