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El memorial oficial, sin pena ni gloria
El memorial oficial, sin pena ni gloria
2 minutos de lectura
El memorial oficial, sin pena ni gloria
01 de diciembre, 2012
Por: Paris Martínez (@paris_martinez)
@WikiRamos 

Si la Estela de Luz se convirtió ayer en un memorial ciudadano, el oficial -que recibió fondos públicos del Instituto Nacional de Bellas Artes y se enclavó junto al Campo Marte—ayer todavía estaba rodeado de mantas que se retiraron sólo para un recorrido con media decena de reporteros.

Sin saber aún la fecha exacta de su inauguración (salvo porque se estima sea la semana entrante) presidente Enrique Peña Nieto, e incluso, desestimado que el ex Presidente Felipe Calderón no se haya dado tiempo para inaugurarlo, el arquitecto ganador del proyecto, Ricardo López Martín y sus socios, mostraron a la prensa el Memorial terminado: 70 placas de acero y espejos de agua dispuestos en 15 mil metros cuadrados de espacio público.

El memorial a la víctimas de la violencia.

Las placas pasaron por un proceso de oxidación para simbolizar el paso del tiempo en los seres humanos y, en algunas de ellas, hay frases sobre la fortaleza, el dolor y la muerte, extraídas de obras de Carlos Fuentes, Jaime Sabines, Federico García Lorca, y otros autores y pensadores.

La idea de los arquitectos es que, en esas enormes placas, los visitantes puedan escribir, con cualquier material, el nombre de su víctima o alguna reflexión. “La idea es que la gente se adueñe del espacio. Aquí no hay listas. Cada uno va a nombrar a su víctima o escribirá un mensaje”, dijo la arquitecta Luby Springal.

Quien prefirió no apropiarse del memorial, fue el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. El poeta Javier Sicilia, quien lo encabeza, se ha referido a este espacio como el “Monumento a la Barbarie” por construirlo en un terreno que fue del Ejército.

Las organizaciones que, en contraste, se mantuvieron en el proyecto, tienen en la placa principal del memorial su nombre escrito en la esquina inferior izquierda: México SOS, de Alejandro Martí, Alto al Secuestro de Isabel Miranda de Wallace, y Camino a Casa, que preside la panista Patricia Prado.

De derecha a izquierda: Julio Gaeta, Luby Springall y Ricardo López Martín, los arquitectos encargados del proyecto.

Pese a que en un principio los arquitectos estimaron gastar entre 22 y 23 millones de pesos públicos en el Memorial, el monto fue de 30 millones debido a cambios en el proyecto e incrementos en el acero.

Hace menos de una semana, hijos y familiares de personas desaparecidas en el sexenio se manifestaron frente a este monumento y señalaron las violaciones a los derechos humanos en que han incurrido las fuerzas del orden. En tanto, ayer, las lonas cayeron solo para el recorrido de prensa y tras él, se volvieron a colocar.

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