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Machismo y prejuicios silencian a víctimas de violación en México
Machismo y prejuicios silencian a víctimas de violación en México
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Machismo y prejuicios silencian a víctimas de violación en México
21 de febrero, 2013
Por: Fundación MEPI
@WikiRamos 

La violación de seis turistas españolas en el puerto de Acapulco, durante el primer fin de semana largo del año en México, hizo sonar la alarma en el sector turístico del país pero no logró sacudir a las autoridades sobre la tasa de ataques contra las mujeres en territorio nacional. Una mujer es abusada sexualmente cada cuatro minutos, según datos de la Secretaría de Salud.

Este delito, así como la violencia en México, “se ha hecho más brutal en los últimos años”, dijo Laura Martínez Rodríguez, directora de la Asociación para el Desarrollo Integral de Personas Violadas A.C. (ADIVAC).

“Antes no veíamos, o no nos enterábamos, que aparecían quemadas o descuartizadas. Las encontraban afortunadamente vivas”, dijo.  “Ahora además que son violadas, las matan.”

Acapulco tiene una tasa de 142.88 homicidios por cada cien mil habitantes, de acuerdo al Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal. Y mientras que el nivel de violaciones denunciadas fueron más bajas que en otros estados, Guerrero cuenta con 351 denuncias.

Expertos afirman que la mayoría de las víctimas de violencia sexual no denuncian el delito ante las autoridades. Una fuerte cultura de machismo impide que la mujer se atreva a reportar la violación y muchas no saben a dónde acudir.

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2011, estima que aproximadamente el 94% de las agresiones no están documentadas.

Existen todavía focos en donde la gente piensa que si una mujer viste con minifalda está provocando a que alguien la agreda y no es así. Son delitos que no tienen que ver con la personalidad de una persona”, asegura Erika Molina Carranza, responsable de la Agencia FDS-6 de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención de Delitos Sexuales en el Distrito Federal.

Además de la presión que existe sobre la víctima, a menudo el atacante es un amigo o miembro de la familia, como fue el caso de Abundio García Guadalupe, de 44 años, acusado de violar a su hijastra de 12 años en el estado de Jalisco. La menor dio a luz  en el mes de enero en un hospital de Zapopan. Abundio García afirma que no hubo violación porque todo lo hizo con el consentimiento de la madre y la hija.

Aún cuando las mujeres denuncian los crímenes, existen muchas que no quieren continuar con el proceso. Molina afirma que el 50% de las denuncias presentadas no llegan a término. En muchas ocasiones porque el proceso judicial es muy largo y no quieren confrontar a sus violadores. Entre proporcionar el informe de lo ocurrido, sentarse con el perito en retrato hablado, ir a la unidad de comportamiento y reunirse con el médico legista, quien le proporciona el kit de violación, la víctima puede estar casi un día completo en las agencias especializadas.

“Cuando ven la trascendencia de una denuncia dicen ya no quiero”, agrega Molina.

En la Ciudad de México, sociedad civil y agencias especializadas, que trabajan con víctimas de violación, coinciden en que una de las peores barreras a las que se enfrentan son los prejuicios que aún existen en el país.

Muchas mujeres no quieren acudir a las autoridades porque piensan que no les van a creer que fueron violadas o las van a juzgar antes de ayudarlas; además aún existen familias que presionan a las víctimas para que calle lo ocurrido.

La baja cifra de violaciones denunciadas es más clara en las oficinas de ADIVAC, donde aproximadamente se atienden a 400 víctimas cada mes, el 10% fueron agresiones hechas por desconocidos. Este número ensombrece la estadística mensual de reportes en agencias especializadas en  violencia sexual en el Distrito Federal, quienes reciben un promedio de 70 al mes.

La Ciudad de México se encuentra en la posición número 23, a nivel nacional, con una tasa de 18.26 violaciones denunciadas por cada cien mil mujeres.

El mayor problema que ha visto Laura Martínez es que las violaciones son cada vez más violentas.

“Hemos tenido de todo. Una vez llegó una muchacha que fue atacada a las 6 am cuando iba camino a su trabajo. Al cruzar un paso a desnivel, su atacante la tomo por detrás. Con nosotros llegó como a las cuatro horas de que le ocurrió, tuvieron que traerla del trabajo”, cuenta la directora de ADIVAC. Mujeres de entre 15 y 30 años son las más acuden a las instalaciones de esta organización.

Pero las autoridades sólo logran tener la visión de una parte del delito. En un caso, un violador serial estuvo atacando mujeres por más de un año en una zona de escasos recursos al sur de la ciudad antes que fuera arrestado. Molina asegura que fue gracias a que dos mujeres tuvieron el valor de denunciar que las autoridades pudieron crear un perfil del sospechoso y evitar aún más violaciones.

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Etiquetas:
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Víctimas
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