Los cardenales se reúnen el lunes por última vez antes de encerrarse en la Capilla Sixtina para la elección del nuevo papa, en medio del debate sobre si la Iglesia católica necesita un pontífice administrativo que corrija la desordenada burocracia del Vaticano o un papa pastoral que pueda inspirar a los fieles y hacer que el catolicismo sea relevante otra vez.
Varios cardenales tenían programado hablar a puerta cerrada el lunes, lo que indica que los prelados todavía tienen mucho que analizar antes de encerrarse el martes por la tarde en la Capilla Sixtina para una primera votación.
No hay un favorito claro, pero varios nombres circulan como principales candidatos.
Latinoamérica cuenta para elección de nuevo papa
Si Benedicto XVI hizo de la llamada nueva evangelización de Europa una de las misiones fundamentales de su pontificado, Latinoamérica puede marcar la pauta del nuevo papa.
Y a pocas horas de que los cardenales se encierren el martes en la Capilla Sixtina para celebrar el cónclave, la prensa italiana coloca al brasileño Odilo Scherer como uno de los principales favoritos a ocupar la silla de Pedro.
“Los retos de la Iglesia en general son sobre todo recuperar a la gente, a los fieles que se alejaron”, dijo José Ignacio López, experto en temas religiosos y director de la revista católica Vida Nueva en Argentina. “Hay muchas cosas para revisar, desde la manera de ejercer el pontificado, hasta el papel de los laicos y de la mujer”.
Scherer, arzobispo de Sao Paulo, ha copado las portadas de los diarios italianos como uno de los principales papables junto al italiano Angelo Scola. De los 115 cardenales electores, 19 son de Latinoamérica, la segunda región en número de representantes por detrás de Europa.
De hecho, Brasil será uno de los primeros destinos del nuevo papa, que presidirá la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro entre el 23 y el 28 de julio.
Del total de católicos en el mundo, los latinoamericanos suman 501 millones, el 42%, según datos del Anuario Estadístico de la Iglesia que publica la Santa Sede. El número de sacerdotes y religiosos no es muy alto. Son casi 70.000 de un total de 415 mil. Lo que supone un religioso por cada 7 mil fieles aproximadamente.
“Los obispos latinoamericanos han llevado posiciones de renovación, de acercamiento a la gente, de desafíos que hay que enfrentar”, explicó López.
“Hoy lo ideológico tiene menos carga y ahora destacan los problemas y desafíos sociales, como ayudar a los pobres. Grupos cristianos están esperanzados de que el cambio que están esperando va a ocurrir”, añadió.
Pero la Iglesia identifica otros problemas en América Latina.
Se dan por superados movimientos como el de la teología de la liberación, pero se admite que escándalos como el del mexicano fundador de los Legionarios de Cristo Marcial Maciel han hecho mucho daño.
El mayor reto, según analistas del Vaticano, se advierte en el crecimiento de un tipo de religiosidad popular alejada de la doctrina eclesial. Uno de sus ejemplos más paradigmáticos es el culto a la Santa Muerte en México.
“El problema principal es el del sincretismo entre antiguas formas religiosas precolombinas, no cristianas obviamente, y el cristianismo. La incompatibilidad es total, pero hay que saberlo mostrar”, consideró Josep-Ignasi Saranyana, miembro del Pontificio Comité de Ciencias Históricas del Vaticano y profesor emérito de la Universidad de Navarra en España.
“Ese sincretismo religioso ha sido fomentado, en parte, desde las esferas de poder, so capa de una vuelta a los orígenes autóctonos y una ‘latinoamericanización”’, agregó.
Benedicto XVI visitó México, Brasil y Cuba. Pero sobre todo hizo especial hincapié en Europa. Por ejemplo, viajó a España en tres ocasiones. Salvo algún desplazamiento a nivel europeo, el nuevo pontífice tendrá tiempo de abordar la cuestión latinoamericana en Brasil.
“Concedo a esa próxima visita del papa a Brasil un importancia excepcional. Ojalá el futuro papa acuda, además, a otros países de la región”, comentó Saranyana.
“Tengo la sensación de que la conmoción que provocó la renuncia de Benedicto XVI podría dar lugar a un cambio necesario en el seno de la Iglesia”, precisó López.
“Acá hay una sede vacante no por la muerte de un papa, sino por muerte de una forma de ejercer el pontificado. Se impone una renovación, buscar un pastor, un hombre libre, con vigor y capacidad de renovar la curia”, agregó.
AP
