El oasis automotriz
Álvaro López vive en la ciudad de Puebla, y como su padre, trabaja en la planta de producción de la automotriz Volkswagen. Tiene 28 años, es ingeniero y es coordinador de Nave 84, encargada de la producción del Nuevo Jetta de exportación a Norteamérica. Tal vez no lo sabe, pero ese automóvil que supervisa fue el vehículo automotor de mayor exportación en 2012. Como él, 1.7 millones de mexicanos son parte de la industria automotriz, un millón de manera directa y casi 700 mil de manera indirecta, lo que representa una cuarta parte de la población ocupada en el sector manufacturero.
La industria de los autos ha sido un oasis en medio de la crisis, actualmente genera el mayor ingreso de divisas por encima del turismo, las remesas y el petróleo. El año pasado este sector le dio al país 32 mil 244 millones de dólares, casi 200 por ciento más que la derrama económica producida en el año 2000, y 11 por ciento más que en 2011, según datos del Banco de México. ¿Pero cuál ha sido el secreto de esta industria? Eduardo Solís, Presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), señala cuatro razones de peso; la primera la atribuye a una suerte del destino, la localización geográfica, México se encuentra en una posición privilegiada para la exportación de productos a Estados Unidos, Japón y Europa; la segunda razón, la importante cantidad de tratados comerciales y las facilidades arancelarias con más de cuarenta países; otro punto a considerar es que el mercado mexicano se ha convertido en el principal proveedor de autopartes a nivel mundial, una de cada tres se produce en México; y por último el talento de los cientos de miles de trabajadores en nuestro país.
Del talento, Antonio Durán, periodista especializado en la industria automotriz señala que es fundamental “separar el término mano de obra, como sinónimo de barato o poco calificado”, México se ha convertido en productor de maquila calificada; “los obreros mexicanos se van a Japón, Alemania y Estados Unidos, además la especialización existente en las Universidades del país ha impulsado para que México participe en el mejoramiento de autopartes”. Aunque puede sonar como una buena noticia esta especialización también exhibe la incapacidad del país para dar el paso en materia de diseño y tecnología automotriz; Thomas Karig Vicepresidente de relaciones corporativas de Volkswagen México, cuando se le pregunta acerca del papel de nuestro país como generador de diseño, advierte que por el momento el desarrollo de nuevos autos seguirá estando en manos de países como Alemania, Estados Unidos y Japón; afirmación que coincide con la visión del periodista especializado, Antonio Durán, que da una prospectiva de producción de más de 3 millones 200 mil unidades anuales en un periodo no mayor a cinco años.
La industria automotriz está repleta de cifras positivas, tal vez sustentada por la frase “de lo perdido lo que aparezca”, sus competidores, el turismo ha sido golpeado por los preocupantes cifras de la inseguridad; el petróleo se sustenta en una empresa –Pemex- que vive al día; y las remesas que se han mantenido estables por la incertidumbre de una reforma migratoria. Sin embargo la principal preocupación de la industria automotriz es el mercado interno. Según el informe “Diálogos con la industria Automotriz 2012-2018”, el principal reto es reactivar el mercado de casa para activar su potencial, esto incluye mejorar la antigüedad del parque vehicular, tanto en vehículos ligeros como en transporte pesado; y el punto dos y tal vez el que más problema causa “ordenar la importación de vehículos usados provenientes de Estados Unidos”, para Eduardo Solís, presidente de la AMIA, frenar y regular los llamados “autos chocolate” es la prioridad número uno de la asociación.
Mientras la industria vive este auge, las historias de vida se alejan de la macroeconomía y celebran la difícil comprensión de la palabra “estabilidad”. Héctor Muñoz tiene 48 años es técnico en “Calidad de Motores” en la planta de VW, Puebla, con 12 mil pesos al mes la vida le sonríe desde su punto de vista, por llevar en su trabajo 20 años. Viene de una familia de comerciantes; “estar en la planta me ha dado seguridad, la seguridad de tener a dos de mis hijos en la universidad estudiando la carrera de ingeniería”. Héctor representa al mexicano de la clase media, de acuerdo a información del Banco Mundial, 17 por ciento de la población en nuestro país entró a este estrato social entre 2003 y 2009. Como él encontramos también la historia de José Alvarado Mexicano, de 42 años, desde los 19 años trabaja en la planta, a pesar de la crisis el trabajo desde su punto de vista ha sido el mismo “hay estabilidad siguen saliendo muchos autos, seguimos sacando muy bien la producción” nos dice apurado mientras mira su reloj, no quiere perder su bono de puntualidad.
El empleo se cuida, no confundamos la situación de un país con el espejismo de una industria, durante enero de 2013, 2.7 millones de personas en México no tuvieron un empleo en el mercado laboral, la tasa de desempleo repuntó para ubicarse en 5.42 por ciento, mientras que en el mismo periodo de 2011 se ubicaba en 4.90 por ciento de la Población Económicamente Activa. De hecho, la generación de empleo formal registró un retroceso en enero pasado respecto a su nivel el año pasado, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social, al iniciar 2013 se generaron 35,694 plazas, 30 por ciento menos a tasa anual. En ero de 2012 se generaron poco menos de 51 mil puestos de trabajo. De esta cifra todavía hay que clasificar el tipo de trabajo, de los 35 mil empleos creados 33 por ciento fue de tipo permanente, mientras 67 por ciento de tipo eventual, de aquí la frase anteriormente usada en el texto de la difícil comprensión de la palabra “estabilidad” en el vocabulario laboral mexicano.
Todo indica que la industria automotriz mantendrá cifras positivas, la inauguración de nuevas plantas; como la de Silao, Guanajuato, de Volkswagen; o la planta de Audi en Puebla la cual empezará a funcionar en 2016; la nueva fábrica del gigante japonés Nissan en Aguascalientes, todos ejemplos exitosos de inversión extranjera directa, que inyectan certidumbre en el mercado mexicano.
Al final los números que rigen las economías se reducen a historias como las de Álvaro López, un joven ingeniero industrial mexicano que tiene en su manos la producción del automóvil más exportado a Estados Unidos, sus objetivos: seguir produciendo un auto cada 35 segundos y mantener un trabajo que, de manera atípica en este país, podría durarle toda la vida.
Destino final
Estados Unidos sigue siendo el principal destino de los vehículos mexicanos que se exportan, con casi 64 por ciento de participación, muy por encima del 16.4 por ciento que se distribuye en Latinoamérica y del 8.7 por ciento en Europa.
Los autos de mayor exportación en 2012 fueron:
1) Nuevo Jetta
2) Fusion
3) Journey
4) Silverado 2500
5) Sentra
6) RAM 2500
7) Versa.
Este reportaje fue elaborado en colaboración con el reportero Marlon Bishop y la organización Round Earth Media.
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