Daños al Caballito ascienden a más de 1 millón 400 mil pesos
Aunque el valor cultural del Caballito de Tolsá es incalculable, la estimación de los daños ocasionados al monumento histórico por la intervención realizada por el Sr. Arturo Javier Marina Othón, presuntamente contratado por funcionarios del Centro Histórico de la Ciudad de México en septiembre de 2013, asciende a más de 1 millón 415 mil pesos, valoró la comisión de especialistas comisionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para revisar el caso.
El ácido nítrico utilizado durante la restauración y rehabilitación del monumento ecuestre Carlos IV de España disolvió en 50% la capa que protegía al bronce original. Al utilizar el ácido en concentraciones tan elevadas (60%) eliminó de forma irreversible la pátina que protegía la superficie como una cantidad de metal, poniendo en riesgo la integridad de la escultura, concluyó la comisión.
César Moheno, Secretario técnico del INAH, informó que dicha intervención a la obra del escultor Manuel Tolsá, que adorna la entrada al Museo Nacional de Arte (Munal) y que fue encargada al Fideicomiso del Centro Histórico del Gobierno del Distrito Federal, fue iniciada sin la autorización del INAH el pasado 19 de septiembre. Luego de constatar los hechos el Instituto Nacional de Antropología e Historia requirió la suspensión de las obras. Al momento, el Fideicomiso del GDF pretendió tardíamentente obtener una autorización para los trabajos que ya habían iniciado.
En conferencia de prensa autoridades del INAH dieron a conocer hoy 8 de octubre que la intervención no contaba con un proyecto que lo justificara.
Para emitir una resolución, el INAH comisionó a un grupo de especialistas formado por restauradores especialistas en metales, un químico metalúrgico y tres arquitectos de la coordinación nacional de conservación del patrimonio cultural de la escuela nacional de conservación, quienes realizaron las labores de inspección el 25 de septiembre.
El dictamen precisa también que durante la inspección de la estatua se encontraron evidencias adicionales de descuido. Se dejaron objetos en la base de la escultura, tales como basura y una cruceta de andamio suelta que deja manchas de productos de corrosión de hierro sobre la base. También se dejaron tablones de madera que provocan la acumulación de humedad y generan áreas de corrosión. “Todo ello muestra la falta de capacidad profesional para intervenir un monumento histórico”, precisan.
Además, se señala que los ácidos inorgánicos, como en el caso del ácido nítrico, se han dejado de emplear en la restauración de metales desde la década de 1950, cuando se comprobó el profundo e irreversible deterioro que causan.
Otra evidencia de negligencia en los trabajos realizados es que los andamios (que describe el dictamen como sumamente inestables e inadecuados) se amarraron a tres de las cuatro patas del caballo, incluyendo aquella que tiene una grieta visible en la cañuela.
“Falta de comunicación”
En mayo pasado, el Comité de Monumentos y Obras Artísticas en Espacios Públicos de la Ciudad de México realizó un diagnóstico de la situación de las esculturas públicas existentes en el Centro Histórico y otras zonas de la ciudad, entre ellas la estatua de “El Caballito”.
El deterioro detectado en dicha obra consistió en fracturas y fisuras de hasta 15 centímetros de largo en distintos puntos, así como diversas degradaciones y una densa capa de dióxido de carbono, polvo y grasa producida por la exposición del monumento durante largo tiempo al tráfico vehicular, a la acidez de la lluvia y a otros impactos de la vida urbana.
El Comité determinó desarrollar un proyecto de conservación y mantenimiento de “El Caballito”, el cual fue encargado al despacho especializado “Marina, restauración de monumentos”, equipo que ha restaurado esculturas y monumentos históricos de la capital durante las últimas dos décadas, entre ellas las esculturas y fuentes de la Alameda Central, el Reloj Chino de Bucareli y las estatuas de José Vasconcelos, Leona Vicario y Sor Juana Inés de la Cruz.
Tras haberse contratado a “Marina” para los trabajos, el pasado 19 de septiembre su equipo de trabajo procedió a colocar andamios y a realizar las primeras acciones de limpieza sobre la escultura. Sin embargo, el titular del despacho “no esperó a la confirmación de las autorizaciones pertinentes por parte del INAH, ni informó cabalmente a los titulares de la Autoridad y el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México sobre el arranque de los procedimientos”, informó la Autoridad y Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México a través de un comunicado.
No fue hasta que surgieron señalamientos ciudadanos en redes sociales, que la Autoridad y el Fideicomiso se percataron de la situación e instruyeron la suspensión inmediata de los trabajos.
Fue un “lamentable problema de falta de coordinación” con el INAH, admitieron las instancias responsables de la gestión del Centro Histórico.
Aquí el dictamen íntegro:
Dictamen INAH Caballito by http://www.animalpolitico.com
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