Patishtán, un indulto que huele a inocencia
Alberto Patishtán lo reiteró: no pediría un indulto porque él es inocente. Sin embargo, luego de 13 años de cárcel y de agotar todas las instancias del Poder Judicial, el indulto le será otorgado sin que tenga que solicitarlo y con ello, finalmente, recuperará su libertad.
La noche del 29 de octubre, el presidente Enrique Peña Nieto hizo el anuncio a través de su cuenta de Twitter: el jueves 31 de octubre, cuando las reformas al Código Penal Federal entren en vigor, indultará al profesor tzotzil.
En su cuenta de Twitter, Peña anunció:
El día de mañana publicaré en el @DOF_SEGOB las Reformas al Código Penal Federal en materia de indulto aprobadas hoy por el Congreso.
— Enrique Peña Nieto (@EPN) October 30, 2013
Este mismo jueves, la Reforma entrará en vigor e indultaré a Alberto Patishtán Gómez.
— Enrique Peña Nieto (@EPN) October 30, 2013
Por la tarde, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad, adicionar un artículo 97 Bis para que a solicitud de una de las dos Cámaras del Congreso o por decisión propia, el presidente pueda otorgar el indulto, cuando existan indicios de violaciones graves a los derechos humanos del sentenciado. La reforma busca beneficiar directamente a Patishtán.
Pero el camino para llegar a este punto ha sido largo y jurídicamente muy complicado. Es, sin duda, el resultado de la lucha constante del profesor Patishtán, de su familia y de organizaciones sociales que a lo largo de este tiempo han exigido justicia. Y es, también, el reconocimiento de que Patishtán pagó por un crimen que nunca cometió y, por lo tanto, un reflejo más de las deficiencias del sistema de justicia en México. “Implícitamente se está reconociendo que Patishtán es inocente”, dijo su abogado Sandino Rivero.
Patishtán fue detenido en el año 2000 acusado de haber participado en una emboscada que dejó siete policías muertos y dos personas heridas en El Bosque, Chiapas, de donde es originario. Los delitos en su contra van desde homicidio hasta portación de armas de uso exclusivo del Ejército, entre otros. Él siempre ha sostenido ser víctima de una “venganza política”.
En el 2000, Patishtán -además de su trabajo como profesor bilingüe en un albergue escolar- se había convertido en un luchador social. Junto con otras personas, comenzó un movimiento para denunciar los actos de corrupción del entonces presidente municipal de El Bosque, Manuel Gómez Ruiz. Buscaban su destitución, incluso enviaron un documento solicitándola a Roberto Albores Guillén, gobernador de Chiapas en ese momento.
El 12 de junio de 2000 por la mañana ocurrió la emboscada. Uno de los sobrevivientes era el policía Belisario Gómez; el otro, Rosemberg Gómez, hijo del presidente municipal. Siete días después, el 19 de junio, personas que vestían de civil se llevaron a Patishtán. Su hija Gabriela tenía 9 años, pero recuerda bien aquella mañana cuando de camino a la escuela escuchó a la gente murmurar en el mercado. Una señora se le acercó y le dijo: “A tu papá se lo llevaron, lo subieron en un carro de forma violenta, ve a decirle a tu mamá”. En el pueblo había conmoción. La gente que apoyaba a Patishtán tomó la presidencia municipal; atribuyeron la agresión a una represalia del presidente municipal.
Gabriela, su mamá y su hermano Héctor, de 4 años, pasaron una semana sin saber nada del profesor de primaria. Supieron, luego, que se encontraba arraigado en el hotel Safari en Tuxtla Gutiérrez. “Lo tenían aislado, sin abogado, le fabricaron delitos y lo torturaron, así estuvo un mes”, cuenta su hija, hoy estudiante de Derecho y madre de Génesis, la primera nieta de Patishtán. Tras el arraigo, fue trasladado al CERESO Número 1 de Cerro Hueco en Tuxtla Gutiérrez.
El caso está plagado de irregularidades. Los testimonios de que Patishtán, aquel 12 de junio, se encontraba primero en el albergue donde daba clases, luego en un reunión de supervisión y después en la fiesta de San Antonio -incluidas constancias de asistencia- fueron desestimados por el juez. Y las declaraciones de los sobrevivientes resultaron contradictorias: mientras que Belisario, el policía, dijo no ser capaz de reconocer a Patishtán como su agresor; Rosemberg, el hijo del entonces presidente municipal, lo señaló como culpable.
El caso Patishtán llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero en marzo pasado los ministros rechazaron revisar su solicitud de reconocimiento de inocencia y turnaron el asunto al Primer Tribunal Colegiado de Circuito en Tuxtla Gutiérrez, que el pasado 12 de septiembre ratificó la sentencia de 60 años a Alberto Patishtán, al resolver en su contra el último recurso jurídico que quedaba para su defensa.
Un día después, en entrevista desde el Cereso de San Cristóbal de las Casas, Patishtán estaba indignado, pero no se rendía. Sobre las acusaciones en su contra bromeaba: “He visto en películas que a Rambo le cuesta trabajo matar a tanta gente, ¿cómo iba a matar yo a siete policías?”
Actualmente, el profesor indígena se encuentra en un hospital de la Ciudad de México recibiendo radioterapia debido a que padece un tumor en el cerebro.
Aquí puedes ver “El profesór Inocente: Alberto Patishtán”, un trabajo especial de Olivia Zerón para Efekto Noticias.
Ve aquí íntegro el decreto publicado hoy 30 de octubre en el Diario Oficial de la Federación (DOF) por el que se adiciona un artículo 97 Bis al Código Penal Federal:
Copia_30_10_2013 by http://www.animalpolitico.com
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