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¿Quiénes se enfrentaron por auditorio de la UNAM?
¿Quiénes se enfrentaron por auditorio de la UNAM?
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¿Quiénes se enfrentaron por auditorio de la UNAM?
04 de marzo, 2014
Por: Paris Martínez y Eréndira Aquino Ayala
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El día de ayer, en menos de ocho horas, se difundió que el auditorio Che Guevara de la UNAM fue “tomado” por desconocidos y “recuperado” por estudiantes. Sin embargo, al final del día, este recinto universitario seguía tan ocupado como lo ha estado desde hace 13 años.

Las disputas de este 3 de marzo no fueron entre un grupo que desea liberar el auditorio (ocupado desde el 2000, tras la huelga estudiantil de ese año) y otro grupo que desea retenerlo, sino, en realidad, es el conflicto entre dos bandos –integrados por colectivos estudiantiles y populares– que desde el año pasado pelean por controlar este espacio.

¿Quiénes son estos grupos en pugna? ¿Por qué pelean? Y, ¿qué papel han jugado las autoridades universitarias en este conflicto?

Toletes, petardos, postas para pistolas de caza, lacrimógenos, un chaleco antibalas y rociadores contra incendios, armas usadas en la agresión ocurrida durante la madrugada del 3 de marzo.
Toletes, petardos, postas para pistolas de caza, lacrimógenos, un chaleco antibalas y rociadores contra incendios, armas usadas en la agresión ocurrida durante la madrugada del 3 de marzo.

Hasta diciembre del año pasado, al menos una veintena de colectivos hacían uso del auditorio Che Guevara, entre los que estaban, sólo por contar algunos, el Frente de Lucha Estudiantil Julio Antonio Mella de la Facultad de Ciencias Políticas, el Frente Popular Francisco Villa Independiente, la Unión Popular de Vendedores Ambulantes 28 de Octubre, la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, el Comité de Derechos Humanos Cerezo y el Comité de Familias de Detenidos Desaparecidos “Hasta encontrarlos”.

Sin embargo, el 19 de diciembre de 2013, estos grupos fueron desalojados por una decena de colectivos anarquistas, los cuales en el pasado habían coexistido con el resto de las agrupaciones que ocupaban el auditorio universitario, pero que desde mediados del año pasado habían sido vetados de las instalaciones.

Por ello, aprovechando que el auditorio sólo era resguardado por una persona durante las noches, el pasado 19 de diciembre los colectivos anarquistas –entre los que están la Brigada Negra, el Colectivo Veneno Negro, el Espacio Anarcofeminista Ni Ama ni Esclava y la Biblioteca Móvil Anarquista Acción y Cultura– ingresaron al recinto y lo declararon “reabierto”, y luego, a través de un comunicado, aseguraron que “quitar los cerrojos, candados y diversos metales soldados que mantenían cerrado el espacio, no es más que un esfuerzo por atacar cualquier concepción que defienda a ultranza la propiedad privada, venga incluso del gastado izquierdismo (de los) que pregonan ser los ‘dueños del auditorio’.”

Gracias a esta acción, los colectivos anarquistas pudieron realizar, los días 27, 28 y 29 de diciembre pasados su Simposio Internacional Anarquista en el Auditorio Che Guevara, encuentro en el que, cabe destacar, uno de los ponentes principales, el italiano Alfredo Bonanno, no pudo participar porque fue deportado por las autoridades tan pronto como aterrizó en México.

Ayer mismo, la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México insistió en que los dos bandos que se disputan el control del auditorio Che Guevara –o Justo Sierra, que es su nombre oficial– son ocupantes ilegales, por lo que, sin dirigirse a ninguno de los grupos rivales en particular, exigió que este espacio sea devuelto para su administración a las autoridades de la Facultad de Filosofía y Letras, y anunció que, tal como hizo en diciembre pasado, ya se prepara una denuncia ante el Ministerio Público relativa a los brotes de violencia que se registraron ayer, tanto dentro como fuera de estas instalaciones.

Capítulo 1.1

L. es uno de los seis jóvenes que la madrugada de este 3 de marzo resguardaban el auditorio Che Guevara. Él es parte de los colectivos estudiantiles que se han ido sumando a las actividades en este espacio, desde que en diciembre le fue arrebatado al anterior grupo que lo controlaba, y que en buena medida estaba integrado, afirma, por gente que no forma parte de la UNAM.

Este lunes, narra L., “a las 4:00 de la madrugada un grupo de aproximadamente 40 encapuchados violó las chapas de las puertas, usaron sopletes y se metieron, nos golpearon, nos amarraron y nos amenazaron”.

Como prueba de la agresión, L. muestra su ojo, hinchado y amoratado. Su pómulo, le informaron, posiblemente está fracturado.

Uno de los lesionados durante la madrugada del 3 de marzo.
Uno de los lesionados durante la madrugada del 3 de marzo.

L. no es, sin embargo, el más golpeado. A su lado, otro joven de no más de 20 años presenta moretones y raspaduras en todo el rostro.

“Nosotros en ningún momento los agredimos –afirma L.–, porque no teníamos con qué defendernos”. En cambio, asegura, los encapuchados llevaban toletes, petardos, rociadores de gas lacrimógeno, extintores e, incluso, al menos una pistola de postas.

“Luego de que nos patearon y golpearon, nos amarraron, nos pusieron bocabajo y comenzaron a amenazarnos, nos decían que por qué nos poníamos tan pendejos si éramos tan poquitos; nos preguntaban si queríamos volver a ver a nuestras familias.”

Momentos después, continúa, “uno de los agresores dijo que aplicarían la ‘ley fuga’, nos sacaron del auditorio, nos desamarraron y nos dijeron que corriéramos hacia Insurgentes, pero mientras corríamos siguieron golpeándonos”.

En la zona, afirma, había vehículos de vigilancia de la UNAM, cuyos tripulantes, sin embargo, no hicieron nada.

Los seis jóvenes, entre los que se encuentra una mujer, que también fue golpeada, fueron perseguidos hasta Insurgentes, y ahí, finalmente, pudieron rodear hasta la colonia Santo Domingo, donde buscaron atención médica en una clínica particular. Desde ahí comenzaron a reportar el ataque sufrido.

Capítulo 1.2

Para las 14:00 horas, es decir, cerca de diez horas después de que el grupo de 40 encapuchados se atrincherara dentro del auditorio Che Guevara, decenas de alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras se apostaron a la entrada del inmueble y derribaron la barricada que obstruía el acceso, momento aprovechado por los invasores para huir, salvo en el caso de uno de ellos, quien fue retenido.

Tan joven como aquellos que lo tenían prendido por las ropas, este muchacho afirmó llamarse David Moreno y ser estudiante normalista del Estado de México.

–Habla –le ordenó una estudiante, mientras el normalista era rodeado por decenas más– ¿qué grupo, qué colectivo de la UNAM te dijo que vinieras?

–No los conozco –respondió el normalista.

Luego, David Moreno fue obligado a ingresar al auditorio, esta vez para presenciar una asamblea de los estudiantes de Filosofía que acababan de retomar el edificio, y en la que afirmó ser habitante de una casa de estudiantes de provincia, en la que debe realizar labores asignadas, la última de las cuales fue tomar el Che Guevara.

Al concluir esta asamblea, David Moreno fue entregado a las autoridades de Rectoría.

Capítulo 1.3

Ayer mismo, el Comité Cerezo (uno de los grupos desalojados en diciembre por los colectivos anarquistas) emitió un comunicado para deslindarse del contingente de 40 encapuchados que invadió el auditorio Che Guevara, luego de que en redes sociales fuese señalado como orquestador del madruguete.

Tras reiterar que ninguno de sus integrantes participó en la toma del inmueble ni en las agresiones físicas contra los seis jóvenes que lo custodiaban, el Comité Cerezo calificó la difusión de estos “rumores” como una estrategia de Estado para difamarlos, y por ello, advirtieron que “tampoco vamos a tolerar, de ninguna manera, que se nos siga acusando de violentos, de golpeadores, de haber intentado recuperar el Che para vender drogas, como los rumores dispersados por el Estado gritan convenientemente en estos momentos de confusión”.

El Comité Cerezo, además, denunció la retención del normalista David Moreno, así como del estudiante Carlos Damián Martínez Ramírez (miembro del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, otro de los grupos desalojados en diciembre), quienes “se encontraban cerca del Auditorio para informarse acerca de lo que estaba pasando”.

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