Investigan a director de policía y agentes de Yucatán por agresiones a periodista
El director de la policía, así como cuatro agentes bajo su mando, del municipio de Seyé, Yucatán, enfrentarían cargos por la detención arbitraria y las lesiones provocadas después de casi dos horas de golpes y amenazas a un periodista de ese municipio, cuya “advertencia” fuera ordenada directamente por el primer edil, Ermilo Dzul Huchim.
La agresión contra Edwin Canché Pech, quien desde hace 10 años decidió dedicarse al periodismo en forma alterna a su actividad como comerciante, representa el segundo atentado en su contra ordenado por Dzul Huchim.
El otro incidente similar ocurrió en 2010 cuando el hoy presidente municipal era integrante de la directiva municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI); hoy pertenece al de la Revolución Democrática (PRD).
El día 24 pasado, el Juzgado Quinto de Distrito en el estado de Yucatán emitió órdenes de detención contra el director de la policía municipal Juan Manuel Chuc Aldana, y cuatro de sus subalternos: Felipe Antonio Tut Chale, Fernando Chuc Pech, Andrés Díaz Kantún y Adrián Vázquez Pantoja, señalados directamente por haber agredido al reportero.
Previamente, el día 6 de ese mismo mes, los elementos de la corporación también fueron llamados a presentarse ante el órgano judicial para que respondieran por las acusaciones de abuso de autoridad, en lo que significó una represalia contra el periodista por su labor en la cobertura de un accidente automovilístico que involucró a un pariente del alcalde.
A la fecha, los cinco elementos policiacos se encuentran libres luego de haber pagado una fianza establecida entre los siete mil 400 a ocho mil 333 pesos, determinada por el Juzgado.
En tanto, el presidente municipal, cuyo desempeño público ha sido cuestionado e incluso denunciado por la población del municipio ante el Congreso del estado, se encuentra libre y sin que pueda procederse en su contra gracias a la protección que le otorga su fuero constitucional como autoridad electa popularmente.
El hecho de que tanto el director de la policía municipal, como los cuatro agentes y el mismo alcalde estén libres, ha puesto en alerta permanente a Edwin Canché Pech quien se ha replanteado su trabajo de comunicador por miedo a mayores represalias ahora que decidió ir “con todo” el proceso legal contra sus agresores.
“Tú sabes cómo son las cosas en las comunidades pequeñas”, dice refiriéndose al municipio de Seyé, una localidad ubicada a unos 35 kilómetros al oriente de Mérida, de mayoría de población mayahablante. “Aquí todos se conocen y sabemos dónde anda cada quien y qué hace. Todo es muy diferente desde el 1 de enero, ahora hay que andarse con cuidado”.
No ha publicado más que un par de notas desde el día del incidente a la fecha, en el Diario de Yucatán, donde desde hace unos 10 años a la fecha ha sido un constante colaborador. Dice sentirse anímicamente afectado por la constante preocupación. Es que ya es la segunda vez que lo atacan por orden de la misma persona, expone en charla con Animal Político.
Año nuevo entre golpes
Cerca de las 20:00 horas del 1 de enero pasado, Edwin Canché Pech recibió una llamada de vecinos de la localidad, quienes le reportaron que una camioneta se había estrellado contra un domicilio ubicado a unas cuatro calles de la presidencia municipal.
Ocupado en otras cosas, el también propietario de un acuario y pequeño porcicultor –actividades por las que es bien conocido en Seyé- llegó casi media hora después de la llamada al lugar del incidente para encontrarse con una camioneta identificada como propiedad de Sergio Dzul Huchim, hermano del alcalde.
La camioneta, narra Canché Pech, iba manejada por un menor de edad que estaba ebrio, a quien el hermano del alcalde había prestado la camioneta sin importar las dos agravantes que implicaba el uso del vehículo.
El reportero llegó al sitio “cuando ya casi no había nadie”. Se puso a trabajar, haciendo las preguntas de rutina en el caso de una colisión con un automóvil sin fijarse más. Fue entonces cuando llegó el Ermilo Dzul Huchim, quien se presentó para hablar y negociar con los propietarios de la vivienda y llegar a un acuerdo para el pago de los daños.
Al percatarse de la presencia del reportero, por los disparos del flash de su cámara fotográfica, el primer edil se retira sin decir nada a quien posteriormente sería agredido.
Apenas pasados unos minutos se estacionaron frente a la casa dos vehículos, uno del DIF municipal y una camioneta habilitada como patrulla. De la segunda bajaron cerca de seis elementos quienes directamente se fueron contra Canché Pech comenzando a insultarlo y agredirlo, en primera instancia con un par de golpes y empujones en cada costado.
Sin orden de aprehensión de por medio y sin que mediara flagrancia de delito alguno, los policías le piden –con algo de fuerza- acompañarlo a la presidencia municipal donde ya lo esperaba, a las puertas de su oficina, el alcalde Ermilo Dzul Huchim.
“Ahí me dijo ‘pasa’ y como yo no quería y preguntaba por qué me llevaron, me metieron a la fuerza ahí en un cuarto como de cuatro por cuatro metros. Dos policías me tenían agarrado mientras los otros me insultaban y me decían que no me metiera en lo que no es asunto mío”.
En medio de los insultos y advertencias a grito abierto, el reportero solo alcanzó a distinguir la voz enojada del alcalde una vez más: “¡rómpanle la madre!”. Luego vino la andanada de patadas, macanazos e incluso el intento del propio Dzul Huchim de golpearlo en el rostro, más de una decena de veces.
“Creo que como estaba aconchado no pudo darme, pero sí me pegó varias veces en la cabeza y en la espalda, mientras me seguía amenazando”.
Gracias a la popularidad con la que cuenta en la población, mientras era llevado por los policías, un grupo de vecinos que atestiguaron la detención ilegal dio aviso a otros y prácticamente después de la llegada del reportero al ayuntamiento se congregaron afuera a pedir su liberación, que llegaría unas dos horas después, pasadas las 22:00 horas de esa misma noche.
“Lo que pasa también es que ya todos conocen al alcalde, no es la primera vez que abusa. Así tiene intimidadas a muchas personas en la población. Detiene a cualquiera por cualquier cosa y cobran multas de 300 a 400 pesos por lo que sea, pero siempre de forma arbitraria”, explica el reportero.
Es ahí cuando en la charla recuerda que no es la primera vez en su contra, sino la segunda: “fue en 2010, en tiempos de campaña electoral. El alcalde ya estaba ahí en el PRI y andaba armando unos chanchullos para el día de las elecciones, pero lo supimos y la nota se publicó”.
“Fue que mandó uno de sus colaboradores, José Guadalupe Collí, que ahora es el regidor de Obras Públicas del ayuntamiento, para que me golpeara. Y lo mismo: me amenazaron y dijeron que no me metiera o que iba a ser peor”. En esa ocasión denunció, pero su caso no procedió.
“Te digo que conmigo ya la trae desde hace cuatro años, y lo bueno es que mi caso ahora ya se sabe, porque me apoyó la organización Artículo 19 y el grupo Indignación –una organización local dedicada a la defensa de los derechos humanos-, pero hay muchas otras personas que no saben cómo denunciar, o tienen miedo o no tienen dinero para ir a las instancias y hacer todos los trámites”, lamenta.
Canché Pech decidió poner una denuncia ante la Fiscalía General del estado luego de las agresiones de enero pasado. La denuncia fue atraída por la Fiscalía Especial de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión. Además, tomaron nota del caso y solicitaron actuar como coadyuvantes Indignación y el Artículo 19.
Por ahora Canché Pech se queda nada más con las expectativas de que algo proceda. No confía mucho y es más su temor. Sabe que al presidente municipal no le harán nada por su fuero, que a los policías los pueden sentenciar, pero que queda gente aun en la comunidad que también está “con ellos”. No se preocupa solo por él mismo, sino también por su familia.
En enero de este mismo año, un grupo de habitantes de Seyé –comunidad que apenas rebasa una población de nueve mil personas- solicitó al Congreso del estado abrir una investigación por los abusos de autoridad que habría cometido Ermilo Dzul Huchim.
Un total de 370 personas firmaron un documento que fue entregado ante la Oficialía de partes del Legislativo estatal. A la fecha la solicitud no ha procedido y el presidente municipal sigue en funciones.
Canché Pech, el reportero de Seyé, es una referencia en la población. El pequeño negocio de venta de peces y algunos artilugios para peceras es tan solo una de sus varias ocupaciones, pero la que más le ha ganado simpatía entre sus vecinos en la comunidad es la del trabajo reporteril.
“Yo empecé para dar a conocer mi municipio, las cosas bellas que tiene, lo que hace la gente. No solo lo cultural o la artesanía, sino lo que la gente hace todos los días. Que mi pueblo se note. Lo de la nota política vino después, porque eso se vende mucho en los periódicos y eso había que cubrirlo también”, cuenta ya al final de la charla.
Y añade: “yo no ando atacando a nadie, a mí eso no me interesa. Nosotros hacemos nuestro trabajo, somos el medio para que muchas personas puedan ser conocidas por lo que hacen de bueno o para que otras puedan tener justicia, sino legal, al menos social, que la gente se entere”.
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