La Champions League que a casi nadie le interesa
Es fútbol en estado puro. Predomina el toque de balón a la potencia atlética, se destaca el talento individual en el marco de un concepto global de equipo y las simulaciones brillan por su ausencia. Para muchos se trata de la vuelta al potrero, al fútbol de la calle, de la plaza.
La carta de presentación de cualquier duelo soñado de fútbol, como el que se disputó este jueves al encontrarse sobre la cancha dos de sus mejores exponentes, el alemán Wolfsburgo contra el sueco Tyresö.
El Wolfsburgo y el Tyresö chocaron este jueves en la gran final de la Liga de Campeones del fútbol femenino de Europa.
Las defensoras del título, las alemanas del Wolfsburgo se impusieron por 4-3 a las suecas del Tyresö, que se adelantaron por dos veces en el maracdor.
Las chicas disputaron su encuentro en el estadio de Restelo, cerca de la ribera del río Tejo, a ocho kilómetros del majestuoso estadio de la Luz, que el próximo sábado será la sede del derbi español entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid.
Las dos canchas reciben así a los mejores jugadores de fútbol pero los ojos del mundo están atentos a una, reflejo de las grandes diferencias que todavía existe entre el fútbol femenino y el masculino.
Largo camino

Una pantalla muestra una imagen del jugador del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, en el museo del estadio Santiago Bernabéu del Real Madrid el 18 de mayo de 2014. (AP Photo/Daniel Ochoa de Olza)
Un vocero de la UEFA le explicó a BBC Mundo que están contentos con la respuesta que han recibido de aficionados en Lisboa y de la evolución que ha tenido el futbol femenino en Europa.
Sin embargo, reconoció que todavía queda un largo camino por recorrer.
Para poner en evidencia el contraste entre las dos fiestas que se viven esta semana en la capital portuguesa sólo basta mirar la capacidad de los estadios y el precio de las entradas.
Mientras la final de este jueves se disputará en un estadio con capacidad para 19.300 personas, el sábado el decisivo partido entre el Real y el Atlético será presenciado en vivo por 61.000 espectadores.
El costo de la entrada de la final femenina es de 10 euros (13 dólares) y no se espera que se vendan todas las localidades, mientras que el precio para el duelo masculino oscilaba entre 70 euros y 390 euros (95-533 dólares) y se agotaron todas las entradas tras largas horas de espera.
Otro elemento son los premios que reciben los equipos. El campeón Wolfsburgo recibe 250 mil euros (unos 340 mil dólares), cifra que representa menos del 1% de los 37,4 millones de euros (51 millones de dólares) que embolsará como mínimo el campeón madrileño.
Hasta un equipo que no ganó ningún partido y fue eliminado en la fase de grupos recibe un premio considerablemente superior (11 millones de dólares).
Dos escuelas
En lo deportivo, el Wolfsburgo conquistó su primera Champions hace doce meses, cuando emuló la hazaña del Bayern Múnich al sumar los títulos de Liga y Copa a la corona europea.
De 28 jugadores que forman parte de su plantilla, según registra el portal de la UEFA, 23 son alemanas, base de un estilo que le permitió llegar a la final y ganar, tras sumar siete victorias y sólo un empate desde los dieciseisavos de final, acumulando 45 goles a favor y 7 en contra.
Enfrente tuvo a un renovado Tyresö, de la provincia de Estocolmo, que jugó este jueves su primera final tras ganar la liga sueca hace un año.
Su proyecto comenzó en 2012, cuando llegó a sus filas la brasileña Marta, cinco veces elegida mejor jugadora del mundo.
La veterana futbolista, que ya había sido campeona en Suecia y en Europa con el Umea, lidera un equipo de jugadoras de ocho nacionalidades, incluyendo de la selección de Estados Unidos y España, como Christen Press y Verónica Boquete.
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El Tyresö también llegó invicto a la final, haciendo valer su potencia de local donde anotó 17 goles y recibió dos en las cuatro rondas de eliminación.
La final prometía espectáculo entre dos equipos que proponen un futbol ofensivo, aunque con estilos diferentes: Promesa que se vio cumplida con el abultado marcador de 4-3.
En juego estaba uno de los más grandes premios para cualquier futbolista, el título continental. Pero a diferencia de lo que ocurrirá el sábado, pocos conocen el nombre de la capitana que levantó el trofeo de campeonas de Europa.
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