El concurso que busca resignificar la belleza en las mujeres del DF
Cuando en 2013 el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) realizó la Encuesta sobre Discriminación en el DF, los resultados generales revelaron que las cinco razones por las que los capitalinos encuestados se sienten más discriminados son por su forma de vestir, el sobrepeso, la edad, su imagen y el color de piel. Además, los mismos resultados revelaron que son las mujeres las que se sienten más discriminadas por aspectos relacionados con la apariencia física.
Con este contexto, el colectivo Curvas Latinas se dio a la tarea de invitar a las mujeres capitalinas a participar en el concurso #YoAmoMisCurvasLatinas, el cual busca “transformar la percepción que se tiene del concepto de belleza en la mujer, dignificando la diferencia y la diversidad”.
Ayer jueves 16 de octubre, Curvas Latinas premió a dos mujeres capitalinas, quienes enviaron las selfies más creativas acompañadas de un texto de no más de 300 caracteres con un mensaje positivo sobre la belleza femenina.
Ellas fueron las ganadoras:
Fer Martínez Luna
“Creo que la belleza es algo muy subjetivo, pero la belleza natural es la que nos da personalidad, la que nos hace únicas, todo lo que creemos imperfecto en nuestro cuerpo es lo que lo caracteriza como único; toda mujer puede maquillarse pero al estar sin él dejamos fuera las máscaras y nos disfrutamos como somos, bellas. (…) Ya es hora de que todas nos demos cuenta de que somos hermosas sin importar nada. Y para mi la forma de vernos más bellas es sonriendo.”
Ely Shaabán
“Mi cuerpo es robusto y grande. Desde niña nunca formé parte de los estereotipos, pero creo que tampoco me interesaba mucho. En la secundaria me hicieron creer que ser diferente estaba mal. Pasaron años para que me diera cuenta de lo hermosa que es la diversidad y mi propio cuerpo. Así fue que empecé a aceptar mi autenticidad con naturalidad, a amarme y reconocer la belleza en otros. Sé que aún falta mucho trabajo, pero la única persona que realmente puede negar u otorgarnos la libertad de ser plenos, somos nosotros mismos, y nadie más.”
Lo que Curvas Latinas quiso reconocer fue los mensajes propositivos que cuestionaran los estereotipos actuales de belleza. Por ello, además de premiar a las ganadoras, organizó una pasarela “para que mujeres reales nos apropiemos de espacios que estaban cooptados por modelos ultradelgadas”, dijo Nadia Serrano, psicóloga y miembro de este colectivo.
Serrano explicó que éste fue un primer ejercicio ciudadano para intentar mostrar que las mujeres están cada vez más comprometidas con estos temas, que no sólo se trata de belleza física, sino de autoestima, autoconocimiento, autocuidado y sí, también de amor.
Cuando se trata de mirarnos en un espejo “no hay una parte amable o de cercanía con nuestra imagen”, dijo Nadia Serrano, quien ha visto experimentos en otras partes del mundo con pasarelas alternativas, de mujeres de otras tallas, “que han tenido mucha difusión e identificación con el público. Se está rompiendo este estigma de la mujer completamente delgada y esquelética en pasarela”.
En 2006, la Pasarela en Cibeles, España, sentó un precedente: exigió que sus modelos tuvieran un índice de masa corporal superior a 18, lo mínimo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para considerar sana a una persona (lo máximo es 25; después de ese número ya se considera sobrepeso u obesidad). En Reino Unido, Estados Unidos, Italia y Francia decidieron impulsar esta medida, pero no prosperó.
Para este concurso, llevado a cabo en el Centro Cultural España, más de 60 mujeres enviaron sus selfies y mensajes de belleza a Curvas Latinas. Además de las ganadoras, Animal Político te presenta a cinco finalistas.
Astrid Juuj
“Mi belleza no solo es el cuerpo, es mi mente, es mi espíritu. Pero para poder comunicarme con las demás personas debo hacer uso de mi cuerpo. Por ello mi belleza radica en aceptarme, mi cuerpo, amarlo, respetarlo y sobre todo sentirme segura con él, ya que es el único cuerpo que tendré en esta vida, por ello lo acepto tal y como es sin miedo alguno a la crítica. Esa soy yo, una mujer que se encuentra como la flor de loto, bella, fuerte, suave como la meditación y con la magia del cosmos.”
Vero Delgado
“Me considero bella porque: soy madre y educo a mi hija yo sola y con amor, le enseño valores y la acerco lo más que puedo a la cultura. Trabajo, me gusta verme bien, soy independiente, me gusta leer, hago trabajos manuales de cosas que reciclo, reproduzco plantas, hago bordados, cuido a mis animales. Me considero bella porque soy feliz y hasta donde puedo trato que las personas que amo sean felices también. Y porque creo vivamente que desde las cosas que hago puedo hacer un pequeño cambio en el mundo.”
Claudia Rodríguez Muñoz
“Soy Claudia una mujer de 49 años feliz. Me considero bella porque mi mirada y mi sonrisa cautivan, generan confianza, también pienso en mi belleza a partir de la libertad con que me conduzco en cualquier ámbito, me permito establecer comunicación con las personas que me rodean. Gusto de mí, de mi cuerpo, de mi piel, de mi forma de sentirme mujer, de mi inteligencia y de mi simpatía.”
Ayumi Jane
“Poco a poco me he dado cuenta que soy yo sea quien sea, haga lo que haga o haya hecho lo que haya hecho. Hoy por hoy me he aceptado sola y acompañada, me he aceptado mujer, madre, persona y ser humano, me he aceptado hermana, hija, sobrina, prima y amiga tal y como soy y no como me han pedido o han insistido que sea y las personas que están en el presente conmigo son quienes me han aceptado tal y como me presento y como me van conociendo. Es cierto que he llorado y reído, que he amado y odiado, que me he apoyado y me he dejado sola pero al final sigo conmigo echándome porras, animándome al futuro y aprendiendo del pasado. <mi presente con mi hija y conmigo misma es lo que he deseado, lo que deseé que fuera mi futuro en un pasado y lo que quiero que sea mi futuro en el presente mas muchas cosas más. Me respeto y me amo tal como soy y vivo alegre y a gusto con eso.”
Andrea Montoya
“Mi cuerpo es una máquina completa ,única y perfecta, por más que no sea un 90 60 90…y es así porque con él me expreso con movimientos únicos, mis piernas me llevan de un lugar a otro, mi cuerpo me proporciona todo lo que necesito, amo mi cuerpo tal y como es, por eso lo cuido y respeto a mi manera. Mi cuerpo es un templo y yo su única protectora.”
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