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El penal de Ciudad Juárez que se deshizo de criminales para evitar violencia
El penal de Ciudad Juárez que se deshizo de criminales para evitar violencia
4 minutos de lectura
El penal de Ciudad Juárez que se deshizo de criminales para evitar violencia
17 de febrero, 2016
Por: Nayeli Roldán (@nayaroldan)
@liz_pf 
Foto: Cuartoscuro
Foto: Cuartoscuro

[contextly_sidebar id=”vrwfqrrM5IJciraFq8RcMNkg1Sogi4Vu”]El Centro de Readaptación Social 3 de Ciudad Juárez, que visitará el papa este miércoles 17 de febrero, fue considerado el más violento de Latinoamérica hasta hace seis años. Sólo en el último motín, ocurrido en 2011, murieron 17 internos como parte de la lucha frontal entre dos bandas rivales por tomar el control del lugar.

A partir de ese hecho, una estrategia parece haber contenido la violencia extrema del lugar: 9 mil 600 presos fueron reubicados en otras cárceles del país o en distintas secciones dentro del penal en los últimos cinco años.

La pelea entre las bandas “Los aztecas” y “Los mexicles”, brazos armados de los cárteles de La línea y de Sinaloa, respectivamente, obligó al gobierno estatal a “deshacer” el vínculo entre ellos, explica a Animal Político la vocera del penal, Alejandrina Saucedo Hernández.

Sólo en 2015, ocurrieron 2 mil 537 movimientos. “Hoy los reos pueden estar un día en Ciudad Juárez y mañana en Parral o Casas Grandes, lo que se busca es deslindarse, que no crean lazos entre ellos mismos”, insiste la funcionaria.

Los cambios no sólo de penal, sino al interior del penal de Juárez para crear una dinámica “de continuo movimiento”, evitar el “autogobierno y retomar el control del centro penitenciario”.

El fiscal general de Chihuahua, Jorge Enrique González Nicolás, advierte que “las cosas han cambiado al día de hoy, ya que hace seis años era inimaginable un acto de esta índole”, según declaró a medios luego del anuncio de que el papa Francisco visitaría ese penal.

Sin embargo, pese al optimismo gubernamental, el penal vive los mismos problemas que el resto de penales: hacinamiento y autogobierno, según documentó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en el Diagnóstico de Supervisión Penitenciaria 2014.

Chihuahua, tuvo picos de violencia, como en 2010 cuando registró 310 asesinatos y hasta 2015 se ubicó como la quinta entidad más violenta, con una tasa de 25 asesinatos por cada 100 mil habitantes. La violencia obviamente se refleja al interior de sus cárceles.

La CNDH advirtió que existía hacinamiento y “autogobierno” al interior, es decir, “los internos participan o realizan actividades propias de la autoridad”. La evidencia es la existencia de “áreas de privilegios, de objetos y sustancias prohibidas y de internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población y presencia de cobros por parte de los custodios e internos”.

En el análisis de cinco rubros, la Comisión detectó que, aunque el traslado de reos haya sido una constante en los últimos años, no existe un manual de procedimientos “para traslado de internos, motín, solicitar audiencia con las autoridades, presentar quejas, visita familiar ni íntima”.

También hay deficiencias en el proceso de imposición de sanciones disciplinarias y deficiencias en el ejercicio de las funciones de autoridad por parte de los servidores públicos del Centro.

Otro de los rubros peor evaluados fue el “garantizar la integridad física y moral del preso”, toda vez que existe “sobrepoblación y hacinamiento, deficiencias en la supervisión del funcionamiento del Centro por parte del titular e inexistente prevención y deficiencias en las acciones para atender incidentes violentos”.

Son deficientes los procesos para mantener la salud de los internos pues no hay instrumental ni medicamentos y tampoco existen mecanismo para la prevención de violación a derechos humanos o para interponer quejas cuando hayan sucedido.

La visita papal

Antes de ser elegido papa, Francisco visitaba cárceles en Argentina como parte de su ejercicio evangélico, por eso pidió ir un penal como parte de la visita a México. Lo hará este miércoles en Ciudad Juárez, la ciudad que por años fue considerada la más violenta del país, marcada por los feminicidios y el crimen organizado.

Antes de su llegada, 150 internos remodelaron la capilla donde oficiará misa como una muestra de “fe y agradecimiento” por su visita, asegura, la vocera Alejandrina Saucedo.

De entre los sentenciados por cometer por homicidio, robo, estafa, secuestro, crimen organizado y otros delitos menores, sólo 600 hombres y 100 mujeres del penal femenil fueron elegidos para escuchar al Papa, igual que 200 familiares.

El principal requisito para ser seleccionado fue tener un expediente de buena conducta y realizar actividades de reintegración, es decir, estudiar o ejercer algún oficio, además de ser católico.

La vocera del penal informó que 600 elementos del Estado Mayor Presidencial y policías federales y estatales se encargarán de la seguridad del papa en esta actividad.

Confía en que no habrá ningún percance porque la situación del penal ha cambiado y así lo demuestra la certificación de la Asociación Americana de Correccionales (ACA) que el penal alcanzó en 2014.

Supuestamente se acreditó el cumplimiento de estándares en las operaciones diarias del penal, seguridad, limpieza, orden, alimentación, educación y salud.

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