“Nadie les pidió perdón”, el libro de Daniela Rea que cuestiona ¿qué es la justicia?
Daniela Rea es una reportera forjada al calor de la violencia desatada en México durante la última década y, a través de su pluma, decenas víctimas, quizás cientos, han logrado expresarse y dejar constancia del conflicto interno conocido como “guerra contra el crimen organizado”, y que, en los hechos puede, efectivamente, compararse con un conflicto bélico formal, al menos en el número de muertos (más de 90 mil) y desaparecidos (más de 26 mil).
Se trata de una periodista experta en coberturas de alto riesgo, que no da un paso atrás; sin embargo, su sonrisa se quiebra en un segundo cuando se le pregunta: “¿Por qué haces este trabajo? ¿Qué te gusta de este trabajo?”.
La reportera medita un par de segundos, llora, luego se limpia las lágrimas y responde: “¿Qué más puedo hacer? Algo tenemos que hacer, cada uno. Esto que está ocurriendo en México no se puede quedar así: vino la guerra contra el crimen organizado, vino el News Divine, y luego Villas de Salvárcar, la Guardería ABC, los 72 migrantes de San Fernando, y cuando nos preguntábamos si era posible algo peor, se llevaron a los 43 de Ayotzinapa… Como reportera, no sé qué más puedo hacer”, se reprocha.
Este jueves 21 de abril, en el ITAM (Río Hondo número 1), a las 13:00 horas, Daniela presentará su libro “Nadie les pidió perdón”, que reúne crónicas “reporteadas” por ella entre 2010 y 2015, y que comparten un cuestionamiento común: ¿qué es la justicia?
“En estos años he hablado con muchos tipos de víctimas –explica–, y cada una tiene un concepto distinto de la justicia necesaria. Por ejemplo, para algunos, la justicia es algo que tiene que venir del Estado; para otros, la justicia es una especie de venganza, ante el completo abandono por parte del Estado, o ante la impunidad que el mismo Estado fomenta; y para otros más, la justicia simplemente es inalcanzable, porque nada ya podría reparar el daño que les han causado”.
–Y, ¿qué es la justicia para ti?
–No puedo responder eso, no tengo esperanza en que la justicia venga del Estado, porque en buena medida, la violencia que sufre México es violencia de Estado, por la complicidad de las autoridades con el crimen organizado, por el uso del poder en beneficio de las cúpulas. Y tampoco tengo esperanza en que las instituciones de seguridad y justicia vayan a cumplir sus responsabilidades. Creo, en cambio, en la justicia como otra cosa, y a eso apela el libro.
Daniela usa de ejemplo una de las historias incluidas en “Nadie les pidió Perdón”: “A Míriam la detuvo el Ejército, la torturaron, la mandaron arraigada a la Ciudad de México, fue sometida a proceso penal. Y en su caso, a pesar de ser inocente, el aparato de justicia a su alrededor no funcionó nunca. Lo que sí funcionó fue el perdón de pareja y el amor, que son gestos muy humanos, gracias a los cuales, Míriam finalmente pudo recobrar su libertad”.
No se trata de justicia en términos penales, ni en términos jurídicos, sino una justicia basada en la “empatía ciudadana y en la búsqueda de reconciliación, pero ojo: no estoy eximiendo al Estado de las responsabilidades que, por acción u omisión, tiene en la ola de violencia y dolor que sufre México. Tampoco tengo esperanza en que vaya a asumir esas responsabilidades.
“Ya no me gusta usar la palabra esperanza, porque se me vació de sentido. Creo que lo que ahora vemos como esperanza es, más bien, terquedad, tenemos la terquedad de sobrevivir. Y el libro a eso invoca, a usar la ausencia de justicia del Estado como un espacio donde encontrarnos como personas, y podamos reconocer que lo que les pasa a los demás no sólo nos afecta, sino que nos importa”, señala.
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