Al parecer, el presidente Donald Trump no para de firmar órdenes ejecutivas. El mandatario de Estados Unidos aprovechó la ceremonia de toma de posesión del fiscal general, Jeff Sessions, para declararle la guerra a los pandilleros y a los cárteles de la droga.
[contextly_sidebar id=”R6TPJI0f7OSS74oL1aqQWiyejxMKVZ2I”]Así, el presidente de EU firmó tres nuevas órdenes ejecutivas, entre ellas una destinada a combatir a los cárteles “que están destruyendo la sangre de nuestros jóvenes”.
“La ceremonia de hoy debe ser vista como un mensaje claro para los pandilleros y traficantes de drogas que aterrorizan a personas inocentes. Sus días ha terminado. Comienza una nueva era de justicia y comienza ahora mismo.
“Estos tiempos peligrosos requieren un fiscal general determinante”, señaló el presidente Trump.
Una de las nuevas órdenes es para los Departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional (DHS), que deberán emprender “todas las acciones necesarias y legales para romper la estructura de los grupos del crimen organizado que se han extendido por nuestra nación y están destruyendo a nuestra juventud”.
La otra orden del mandatario está dirigida al Departamento de Justicia para que conforme un grupo de trabajo para reducir el crimen violento en Estados Unidos, mientras que la última que firmó este jueves 9 de febrero busca implementar un plan para detener los crímenes de violencia contra los policías.
“Es una vergüenza lo que le ha estado pasando a nuestros verdaderamente grandes oficiales de la ley. Eso va a parar a partir de hoy”, dijo Trump.
Tras la ceremonia de investidura, el nuevo fiscal general de EU adelantó que priorizará la lucha contra el crimen trasnacional y la amenaza del terrorismo doméstico, para lo cual ofreció que desplegará de manera más efectiva los talentos y habilidades de la dependencia que encabeza.
“Usted ha dicho algo que creo, y creo que el pueblo estadunidense lo cree también: que necesitamos un sistema legal de inmigración, que sirva a los intereses de la gente de los Estados Unidos. Eso no está mal. No es inmoral. No es indecente”, dijo Jeff Sessions.
Recordó que Estados Unidos admite cada año a un millón de inmigrantes, cifra no registrada por ningún otro país en el mundo, “y tenemos que poner fin a esta anarquía que amenaza la seguridad pública y reduce los salarios de los trabajadores estadounidenses”.
Con información de AFP y Notimex.