Para que una familia de la Ciudad de México logre comprar una vivienda de Infonavit de unos 50 metros cuadrados, debe ahorrar aproximadamente el 30% de sus ingresos durante 70 años, según el Reporte de Economía y Desarrollo 2017 del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
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Actualmente el precio promedio del metro cuadrado en la capital del país, es de 37 mil 44 pesos (1,991 dólares) para un departamento y de 29 mil 410 pesos (1,579 dólares) para una casa, siendo así la ciudad con los precios más altos de América Latina, lo cual significa que en promedio, para adquirir un metro cuadrado es necesario ahorrar 5 meses de ingresos.
Según Pablo Sanguinetti, director de Análisis Económico de CAF, los elevados costos, se derivan de la rigidez de la oferta de las inmobiliarias así como los bajos ingresos de las familias mexicanas.
En otras ciudades como Bogotá (Colombia) o Santiago (Chile), el promedio de ahorro para hacerse de una casa no pasa de los 40 años, mientras que en Lima (Perú) o Montevideo (Uruguay) se necesitan 35 años de ingresos. Quito (Ecuador), es la ciudad donde menos tiempo hay que esperar para obtener una casa, pues basta con 20 años de ahorros.
Ante la necesidad de tener un lugar donde habitar y las pocas oportunidades de acceder a un crédito, Sanguinetti comenta que las personas de escasos recursos prefieren buscar espacios en “barrios informales y vivir amontonada”.
La solución que se recomienda en el reporte del CAF para revertir la situación, es otorgar subsidios y procurar el acceso a créditos hipotecarios; además de agilizar los permisos de construcción en las obras y otorgar financiamientos de la infraestructura de servicios.
De acuerdo con una investigación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), las viviendas de interés social construidas en el área metropolitana a partir del año 2000 incumplen con las características de funcionalidad y necesidades para sus habitantes.
Las constructoras y el gobierno anteponen el costo de las viviendas a las necesidades habitacionales, pues son construidas para ocupar el mínimo de espacio requerido y al menor precio, sin importar que para las personas sea casi imposible habitarlas.
