Luego de estar cerrada varios días por un conflicto sindical, la Clínica Especializada Condesa (CEC), que atiende a personas con VIH-Sida, ha restablecido todos sus servicios y el personal ha regresado a sus actividades normales.
La Clínica Condesa fue tomada el pasado martes por integrantes de la Sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), quienes restringieron la entrada del personal y exigían la renuncia Andrea González Rodríguez, directora de la clínica, así como de sus colaboradores más cercanos.
Los inconformes denunciaban a estos directivos de supuesto tráfico de influencias, conflictos de interés y autoritarismo.
La Secretaría de Salud no cedió a la petición y en todo momento apoyó a Andrea González, toda vez que no se mostró evidencia de las acusaciones en su contra.
Este cierre afectó a los más de 12 mil pacientes con VIH Sida de la Clínica Condesa. Los únicos servicios disponibles eran la farmacia y urgencias, los pacientes con cita fueron reagendados.
De acuerdo con Alejandro Brito, director de la organización Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana, fue el pasado viernes cuando los pacientes decidieron entrar a la clínica, rompiendo el cerco que mantenían los integrantes del sindicato.
“Los usuarios hicieron una valla para proteger a la directora y retomaron las instalaciones; ella pudo también ingresar de nueva cuenta a su oficina”, detalló Brito.
Así, la Clínica Condesa reinició actividades y los integrantes de la Sección 18 del SNTSA ya no pudieron entrar al hospital, dado que las oficinas que tenían dentro fueron clausuradas.
Brito detalló que la entrada a los miembros del Sindicato fue prohibida para evitar cualquier altercado y procurar la seguridad e integridad de los pacientes y del personal médico.
Desde el martes pasado los integrantes del SNTSA invitaron a otras secciones a que se agruparan en la clínica para mantener tomadas las instalaciones, pero no recibieron más apoyo.
Este miércoles la entrada del hospital es resguardada por policías capitalinos quienes prohíben la entrada a los integrantes de la Sección 18.
Alejandro Brito agregó que la farmacia, que atiende a mil 300 personas, se vio forzada a cerrar un día, afectando a una decena de pacientes, que fueron ayudados por miembros de organizaciones civiles para surtir sus recetas en otros hospitales.
Sobre los pacientes que también acusaban a Andrea González de malos manejos y algunos otros que decían no recibir su tratamiento hormonal de manera adecuada, Brito comentó que es mentira, ya que la compra de medicamentos corresponde a la Secretaría de Salud, no a la propia titular.
“Dichas compras están sujetas a las licitaciones, a procedimientos conforme a la ley y si hay retrasos es por cuestiones de procedimiento, más no de desabasto”, agregó.
Resaltó que, con sus exigencias, Ricardo Hernández Carmona, líder de la Sección 18, intentaba tener el poder de designar plazas para dárselas a personas cercanas, en especial las plazas médicas, no administrativas.
Con información de Notimex.
