Victoria Martínez recuerda que la primera vez que visitó el caribe mexicano en noviembre de 2016, la postal que se llevó en la memoria de playas de arena blanca y aguas azul turquesa superó por mucho a las fotografías que había visto en la agencia de viajes.
Especialmente, dice la turista española, se le quedó grabado las ruinas arqueológicas de Tulum. Uno de los atractivos más famosos del estado de Quintana Roo, que combina el misticismo de una ciudad ancestral amurallada, con la magia de una playa repleta de corales y arena blanca, y por cuyas aguas cristalinas navegaron cientos de años atrás los primeros comerciantes de la civilización maya.
Por ello, cuando para celebrar su boda acudió de nuevo a la agencia de viajes, y le plantearon la posibilidad de visitar Punta Cana, en República Dominicana, o volver a Cancún, en México, Victoria dice que no lo pensó dos veces.
“Elegimos la Riviera Maya porque la República Dominicana solo nos ofrecía hotel y playa, y buscábamos un destino que, además de eso, nos diera otros atractivos a nivel cultural e histórico, como los cenotes o las ruinas arqueológicas”, explica la turista.
Pero, antes de desembolsar unos mil 500 euros por los boletos para Cancún, algo más de 33 mil pesos, Victoria trató de averiguar cuál era la situación del sargazo, una alga marrón y maloliente que, debido al calentamiento global y a la contaminación de los océanos, ha proliferado desde 2015 en las aguas del Caribe, multiplicándose principalmente en 2018 y este 2019 hasta transformar las habituales postales paradisíacas de Cancún en enormes manchas de color café.
“Preguntamos a la agencia de viajes. Pero nos dijeron que los hoteles limpiaban a diario las playas, y que no era un problema tan grave como se decía en los medios de comunicación. Así que tomamos la decisión de venir”.
Victoria está ahora en un hotel en Akumal, cerca de Playa Del Carmen, otro de los grandes atractivos del caribe mexicano que se ha visto impactado por el arribo continuo de sargazo. Y tres años después de su primera visita, dice que el panorama que se ha encontrado sobrepasó de nuevo sus expectativas, aunque esta vez fue muy diferente.
“Se me cayó el alma a los pies cuando vi que el Mar Caribe ya no era el Mar Caribe que yo conocí”, sentencia la turista, ante la imagen de grotescas excavadoras y ruidosos camiones de volteo que sacan toneladas de algas putrefactas de la reducida playa de su hotel.
Y lo peor, añade, fue el regreso a Tulum, su lugar predilecto, donde esta vez prefirió no tomarse ninguna foto para que las aguas marrones y espesas que se acumulan a orillas de la ciudad amurallada no enturbien el recuerdo de su primera visita a finales de 2016.
Con este panorama, y una vez gastado buena parte de los ahorros de un año de trabajo para vacacionar en la Riviera Maya, Victoria comenta resignada que a ella y a su pareja, Armando Márquez, no les queda más remedio que tratar de aprovechar el Caribe.
Aunque para ello solo tienen, básicamente, dos opciones: el pedazo de playa que el hotel trata de mantener limpia con barreras flotantes y un batallón de empleados que barre la orilla sin descanso, y donde ya no es posible realizar actividades como kayac o el buceo. O gastar más dinero en las excursiones para visitar algunas de las playas que están limpias de sargazo, como Isla Mujeres, Isla Contoy, o Holbox, en el norte de Quintana Roo, o algunos puntos de la isla de Cozumel, como Playa Chankanaab.
“A nivel de información, en España se está tapando el tema del sargazo, porque la Riviera Maya es un destino muy famoso allá y relativamente barato”, reflexiona Victoria. Por eso, aunque asegura que regresaría a México -se declara “enamorada” de la cultura del país-, en este momento no recomendaría viajar a la Riviera Maya, si la intención principal es disfrutar de las aguas azul turquesa y de las playas de arena blanca.
“A día de hoy, la Riviera Maya ya no se me hace un destino tan atractivo -dice con pesadumbre en el tono de voz-. Porque, lamentablemente, las playas están muy sucias de sargazo, y tienes que, o bien recurrir a pedazos de playa artificiales, que es lo que te puede ofrecer el hotel, o bien hacer excursiones que cuestan 100 dólares por persona, para que te lleven a un sitio limpio y puedas bañarte en el verdadero Caribe. Y a mí, por lo menos, ya no me compensa”, finaliza la turista.
A la baja, ocupación hotelera
Con testimonios como el de Victoria, la pregunta es evidente: ¿qué tanto está impactando el sargazo al turismo del caribe mexicano, una de las mayores fuentes de ingreso de todo el país?
Las fuentes, según a quién se consulte, difieren.
El pasado 11 de julio, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de la Riviera Maya, Lenin Amaro Betancourt, aseguró en una nota de El Economista que el recale de sargazo sí está afectando mucho, especialmente a los hoteles de la zona centro de Playa Del Carmen, en el municipio de Solidaridad, los cuales, en la pasada temporada vacacional de Semana Santa tuvieron una ocupación de apenas el 50%.
Para esta temporada alta de verano, la ocupación hotelera en Playa Del Carmen está, en la primera semana de julio, en un 84.2%; una cifra que, dada las circunstancias, fue destacada como positiva por la alcaldesa del municipio, Laura Beristain, aunque en una entrevista con Radio Fórmula admitió que para estas fechas veraniegas lo común es rozar el lleno total.
Por su parte, la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya (AHRM) informó que, como resultado del impacto del sargazo, más otros factores como el de la inseguridad en México y en el estado de Quintana Roo -en el primer bimestre de este año, la tasa de asesinatos aumentó en la entidad un 86.8%-, un total de 431 mil 284 cuartos/noche dejaron de ocuparse en 2018: se pasó de 13.6 millones de cuartos ocupados en 2017, a 13.2 millones en 2018, una caída del 3%.
Roberto Cintrón Gómez, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, también expuso que en la primera semana de julio la ocupación en los hoteles que representa registró una reducción del 3.1%, al situarse en 79.4% en comparación con el 82.5% para el mismo periodo de 2018, por lo que tuvieron que implementar una estrategia para reducir las tarifas hoteleras, e intentar así contener la caída en el flujo de turistas.
“Ya bajamos 25% las tarifas, ¿qué más vamos a bajar?”, preguntó Cintrón Gómez en una nota que publica La Jornada Maya.
Mientras que pequeños restauranteros y hoteleros de Playa Del Carmen, así como operadores de embarcaciones turísticas, lamentan que la situación del sargazo les ha afectado incluso más que el paso de un huracán, por la pérdida progresiva de clientes que huyen de la peste del sargazo, tal y como publicó ayer martes Animal Político.
No hay catástrofe turística: Gobierno
En el extremo opuesta está la Secretaría de Turismo de Quintana Roo, dirigida por Marisol Vanegas, quien descartó en una entrevista con Animal Político que el estado esté ante un escenario de “catástrofe turística” por el recale de sargazo, que para este 2019 se espera recolectar hasta un millón de toneladas de esta alga, un 100% más que en 2018.
Según las cifras de la Secretaría estatal, para esta temporada de verano Quintana Roo tiene confirmados 3 millones 890 mil turistas que ya reservaron sus vuelos con aerolíneas y agencias de viajes. Y proyectan cerrar 2019 con hasta 20 millones de visitantes, un 4% más que en 2018.
“Ni todos los días, ni en todas las playas hay sargazo”, subrayó la funcionaria estatal, que añadió que, junto con la Secretaría de Marina, que se encarga de la recolecta de sargazo en alta mar, y los gobiernos municipales y el sector privado hotelero, que limpian las costas y las orillas de las playas públicas y privadas, están haciendo una labor “importantísima” de limpieza, cuyos resultados pueden consultarse en los reportes que publica la Secretaría de Turismo en sus redes sociales.
“Los turistas que vengan este verano serán nuestros mejores difusores de cómo se encuentran las playas en Quintana Roo”, recalcó Vanegas, quien además hizo un llamado a los turistas a que sean cautelosos con las imágenes que ven publicadas en redes sociales y en medios de comunicación, puesto que aseguró que algunas “no responden al contexto, ni al día de hoy”.
“Nos engañaron”
Illit lleva más de una década trabajando en un pequeño hotel en primera línea de la playa pública de Playa Del Carmen.
Ella, como la funcionaria de Turismo, también opina que hay que tener cuidado con las imágenes que circulan en Internet. Aunque su advertencia incluye a los mensajes oficiales que se lanzan desde el Gobierno estatal, y a las fotografías que las agencias de viajes muestran a los potenciales turistas, como le sucedió a Victoria, la turista española.
“A los turistas también los engañan -dice tajante-. Porque en las agencias les enseñan fotos de no sé cuántos años o meses y les dicen: miren, ya está bonito, no hay problema. Y no es cierto. Por eso, cuando llegan aquí nos dicen: ‘no es posible, ustedes nos engañaron’. Y por eso, se quedan una noche y al otro día dan las gracias y se van rápido a otro sitio”.
“Muchos turistas llegan sin saber bien cómo está la situación y se desilusionan al encontrarse con las playas sucias”, apunta por su parte Sergio, vecino desde hace más de 20 años de Playa Del Carmen, que laboró un tiempo en las brigadas que ahora limpian sin descanso la playa pública que va de muelle a muelle.
“Ellos llegan pensando que vienen a las aguas turquesas. Y sí, el agua turquesa está, pero a medio mar. Tienes que pagar un tour o una lancha para llegar hasta ella y disfrutarla, porque aquí, a media orilla, no se puede uno bañar por el sargazo”, añade Sergio.
A bordo de un Ferry de color amarillo estridente, Miguel Ángel Gómez, un turista de Baja California que viaja con su esposa e hijos, comenta que se dirige a la isla de Cozumel porque en la famosa Quinta Avenida de Playa Del Carmen, una calle que está repleta de centros comerciales, restaurantes, y de touroperadores, le prometieron que allí sí podría disfrutar de un buen baño en la playa.
De hecho, ofrecer “playas limpias de sargazo” ya está entre las principales ofertas que los touroperadores vocean en cualquier esquina de la Quinta Avenida.
“Me encontré con unas playas que no esperaba”, dice por su parte Rubén, turista de Mexicali, tras explicar que ya visitó Cancún, Tulum, Playa Del Carmen, y Akumal.
“Es una gran decepción, la verdad. Porque uno viene gastando mucho dinero y desde tan lejos para visitar estas playas tan hermosas, y de repente llegas y con lo que te encuentras es con esta tremenda desilusión”.
Cuestionado sobre si antes de viajar no se informó de la situación del sargazo, el turista de Mexicali explica que sí leyó notas en los medios de comunicación, aunque no esperaba encontrarse un panorama tan desalentador.
“No es lo mismo a que tú lo leas en Internet, a que vengas y veas el mar así”, subraya Rubén.
Riviera Maya, más que sol y playa
A Ramón Ramos, turista de Torreón, Coahuila, le sucede algo muy parecido a lo expresado por Victoria y Rubén: él y su familia gastaron sus ahorros para llegar al Caribe y lo que hallaron fue múltiples playas malolientes y de color café.
“Nos comentaron que había este problema del sargazo, aunque lo que nos dijeron no es nada parecido a lo que estamos viendo en la realidad”, enfatiza Ramón, que toma fotografías con su celular de los montones de sargazo que se acumulan en la playa pública de Playa Del Carmen.
Aún así, el turista mexicano dice que prefiere ver el vaso medio lleno, por lo que aprovechará para visitar otros atractivos turísticos más allá de las playas, como el Gran Cenote, en Tulum, el parque temático de Xcaret, o Chichén Itzá, uno de los principales sitios arqueológicos de la península de Yucatán, que acumula millones de visitas de viajeros de todo el mundo.
“Hay muchos más atractivos turísticos para ver, además de las playas. Por eso, sí regresaríamos a la Riviera Maya, aunque también es cierto que nos vamos preocupados por la gran cantidad que hemos visto de sargazo”, concluye el coahuilense.
