Superdelegada amenaza a estancias con quitarles alarmas sísmicas, pero el gobierno rectifica
Luego de que varias estancias infantiles recibieron un oficio para solicitar la devolución de las alarmas sísmicas con las que contaban desde 2007, la Secretaría de Bienestar rectificó el requerimiento e informó que los establecimientos mantendrán los equipos.
La dependencia explicó que se trató de una medida tomada “sin la instrucción precisa”, por lo que los establecimientos mantendrán los equipos.
“La Secretaría de Bienestar aclara que dicho requerimiento fue emitido por una unidad administrativa sin la instrucción precisa de las áreas responsables del Programa para el Bienestar de Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras. Por ello, a través de oficios dirigidos a los Delegados Estatales de Programas para el Desarrollo, la Secretaría de Bienestar aclara que la devolución no fue solicitada por esta dependencia, por lo que se instruye dejar sin efecto tal petición”, publicó en un comunicado.
Este 25 de septiembre, tras recibir el aviso, las directoras de estos centros pensaron que el documento venía de la Secretaría de Bienestar, por los logos que contenía, pero no fue así, el requerimiento salió del equipo de la superdelegada federal en la Ciudad de México, Cristina Cruz Cruz.
Con el argumento de que las alarmas son propiedad de la nación y las estancias solo las tenían bajo resguardo, personal que se identificó como Servidores de la Nación exigió la entrega de las mismas o su pago, en un plazo de cinco días hábiles.
Esto través de un oficio en el que se señala que ante la omisión de respuesta al documento, las responsables de los centros de cuidado infantil se harían acreedoras a una denuncia ante la Fiscalía General de la República.
En entrevista con Animal Político, Beatriz Bernal, responsable de la estancia infantil Ratziel, en la delegación Gustavo A. Madero, dice que ella entregó la alarma sísmica para no tener más problemas.
“Les dije que ahora en el simulacro, la alarma de la calle y las de las dos escuelas públicas que tengo alrededor no sonaron, solo sonó la de mi estancia. Aun así, se la llevaron, solo me dijeron que lo van a reportar y que Protección Civil va a venir a activar la alarma de la calle, pero no me dijeron cuándo”.
En esta estancia, de 49 niños que había cuando era parte del programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras de la entonces Secretaría de Desarrollo Social, ya solo quedan 15 menores. Bernal dice que está enfrentando muchos problemas económicos para seguir operando y que no puede pagar la alarma sísmica, por eso mejor la entregó.
También María Emilia Celis Jiménez, responsable de la estancia infantil Solecito Feliz, en la delegación Tlalpan, recibió este 25 de septiembre la visita del personal de la delegación de Bienestar en la capital del país.
Celis no les dio la alarma. “Les dije que no me niego a entregarla, porque en efecto nos la dieron solo a resguardo, pero en este momento no se las puedo dar, yo la necesito, porque si llega a temblar la de la calle no funciona”.
La respuesta fue que entonces debe pagarla. “Me dijeron que van a regresar con un citatorio para decirme cuánto y cuándo, porque en 2007 cuando me la dieron costaba mil 134.4 pesos, que es la cantidad que viene en el oficio, pero me dicen que tendría que pagar lo que cuesta actualmente, que son entre 3 mil y 5 mil pesos”.
En Solecito Feliz había 53 niños cuando el centro pertenecía al Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras, entonces el gobierno federal, a través de la ex Sedesol, trasfería un apoyo en efectivo a las responsables de estos centros para cubrir la cuota de cada niño.
Ahora que el gobierno federal entrega, a través de la Secretaría de Bienestar, el apoyo directo a las familias, solo quedan en Solecito Feliz, afirma Celis, 11 niños del programa.
“Sé que a la mayoría de las mamás ya les está llegando el apoyo, faltarán unas dos, pero muchos de los niños que estaban aquí ya no están acudiendo a centros de cuidado infantil. Unos ocho o diez están en casa o con las mamás en sus trabajos, en los puestos en el mercado o de venta afuera de las escuelas. El resto va a centros comunitarios o de la delegación donde les cobran poco o no cobran”.
Con la baja de niños, Celis tiene problemas para cubrir los gastos de operación de la estancia y los honorarios de su personal. “Por eso en este momento no puedo pagar lo de la alarma, y no me niego a entregarla, la pago, pero que nos den facilidades, que nos dejen cubrir el costo a plazos”.
Puesto que los oficios entregados a las estancias para requerir la devolución de las alarmas tienen el logo de la Secretaría de Bienestar y en la parte superior izquierda solo dice delegación Ciudad de México, Animal Político solicitó una entrevista con la dependencia federal para saber por qué pedían devolver los equipos, pero el área de comunicación afirmó que el documento no lo emitieron ellos ni estaban enterados. “Salió de la delegación de Bienestar CDMX y no nos consultaron sobre esto”.
El documento, en efecto, viene firmado por Regina Martínez Téllez, jefa de la Unidad de Desarrollo Social. En Declaranet esta funcionaria aparece como jefa de área de la Secretaría de Bienestar, pero su área de adscripción es la delegación de Bienestar en la CDMX, a cargo de la superdelegada Cristina Cruz, quien está copiada en el oficio.
De hecho, Sonia Sánchez Martínez, responsable de la estancia infantil Hormiguitas de Sebastián, en la alcaldía de Álvaro Obregón, dice que con ella llegó un joven que se identificó como Servidor de la Nación (quienes les reportan a los superdelegados).
“Me dijo que tenía que entregar la alarma, yo le dije una mentira, le dije que ya la había entregado desde hace tiempo a Sedesol. Mentí porque necesito el equipo, yo tengo niños aquí, me quedan 10 de los 50 que tenía del programa federal de Estancias Infantiles”.
El Servidor de la Nación le dijo que regresaría el lunes a recoger el acuse de recibo donde consta que entregó antes el equipo o por la alarma, y que si no entregaba una de las dos cosas, tenía que pagarla, “pero yo no tengo dinero, ya hasta puse una cocina económica para sacar de ahí para los gastos de la estancia”.
Animal Político solicitó una entrevista con Cristina Cruz pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
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