En la actualidad el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene 0.67 camas censables por cada mil derechohabientes. La meta para el final del sexenio es que la cifra llegue a una por cada mil.
Para el 2020 se prevé una inversión de 3,600 millones de pesos para la contratación de 5 mil 177 plazas nuevas de personal médico y mil 736 de enfermería; además se tiene previsto destinar 12 mil 712 millones de pesos para infraestructura y equipamiento, cifra que representa más del doble del promedio anual de los dos sexenios anteriores, señaló su titular, Zoé Robledo.
Durante su comparecencia ante las comisiones unidas de Salud y Seguridad Social en el Senado de la República, Robledo adelantó que en 2020 se invertirán mil millones de pesos para el proyecto Unidades Médicas de Tiempo Completo, el cual busca ampliar los horarios de operación de los quirófanos a turnos vespertinos y fines de semana, con el propósito de reducir el diferimiento quirúrgico y de consultas de especialidades.
También se pondrán en marcha los programa de Orientación Médica Telefónica, Telemedicina y Atención Domiciliaria, con los cuales se ampliará el acceso médico y se reducirá la necesidad de acudir a las Unidades Médicas y Hospitales hasta en 20%.
Con esto se espera incrementar en 15 mil el número de cirugías programadas sin tiempos prolongados de espera, para abatir casi en su totalidad el diferimiento quirúrgico corriente, así como para consultas de especialidades a menos de un mes en beneficio de 400 mil pacientes.
El IMSS no se ha salvado
Zoé Robledo dijo que se busca resarcir rezagos y deudas históricas del IMSS con los mexicanos, y construir un nuevo esquema de protección social que garantice la cobertura y calidad de los servicios de salud.
Y es que según el titular del IMSS, el modelo neoliberal ocasionó que el Instituto perdiera la brújula y tuviera un desequilibrio en sus funciones pues el rescate financiero terminó por convertirse en un fin y no un medio para garantizar la cobertura y calidad de la seguridad social en el país.
Así, en 2015 se dijo que el IMSS había recuperado su salud financiera, lo cual, aunque cierto, generó una crisis en la atención “que no dio tregua”, por lo que 2018 se tuvo el menor desempeño en su capacidad de atención.
“La salud financiera comenzaba a ser a costa de la salud del derechohabiente. De haber continuado esa tendencia estaríamos ya, quizá, en el ocaso del IMSS. Por eso implementamos un cambio de rumbo”, sostuvo.
Sobre la política de austeridad, señaló que en el Instituto no gastar no es un ahorro, sino un fracaso, de ahí que no puede haber recortes en gastos que impacten la calidad del servicio.
Respecto al gasto en el Seguro Social,Robledo reconoció que al inicio de la actual administración hubo un subejercicio enorme, pues al cierre del primer trimestre del 2019 alcanzó los 20 mil millones de pesos; mientras que en el segundo trimestre estaba en 27 mil millones de pesos.
No obstante, al cierre del mes de septiembre, ya se ejerció 96% del presupuesto aprobado.
Sobre las denuncias de desabasto de medicamento y material Robledo señaló que se tiene un aprovisionamiento garantizado para los primeros meses de 2020 y que Instituto terminaría el año con 98% por ciento de eficiencia en términos de recetas entregadas, sin embargo, “esos puntos nos habla de un problema que hay que seguir atendiendo”.
