El sábado 18 de julio, cerca de las 10 de la noche, María del Carmen, su hija Elisa y su nieta esperaban cruzar Eje 6 Avenida de las Torres, en Iztapalapa cuando un taxista subió el camellón y las arrolló.
Según la declaración de Elisa, las tres esperaban cruzar sobre el camellón cuando vio un taxi blanco con rosa aproximarse con las luces apagadas. Ella creyó que se detendría pero no lo hizo.
Por el impacto perdió el conocimiento. Cuando despertó se dio cuenta que su hija y madre estaban heridas sobre la calle. Ella fue trasladada a un hospital particular en Iztacalco, mientras que su madre e hija fueron trasladadas al hospital Magdalena de las Salinas.
María del Carmen (63 años) fue la que recibió el mayor impacto del auto, y por las múltiples heridas, murió. Elisa (31 años), quien está embarazada de 12 semanas, tuvo una fractura de clavícula y la niña de 3 años fracturas en ambas piernas.
Elisa refiere que en ningún momento se bajó el chofer del auto. Además su familia señala que el taxista conducía en estado de ebriedad y que el vehículo no tenía seguro.
Agregaron que cuando la policía llegó, familiares del chofer trataron de “negociar” con la familia de las víctimas para que no se levantarán cargos y no lo llevaran detenido.
El chofer fue presentado en la Agencia Investigadora del MP IZT-8 y está acusado de lesiones culposas. La familia de Elisa refiere que en un principio no se incluyó la muerte de María del Carmen en la denuncia de los hechos, pese a que ocurrió debido al golpe que sufrió.
Este lunes se realizó la audiencia inicial de control de detención en la que se determinó que el chofer quedaría detenido mientras se realizan las investigaciones.
Elisa se enteró en el hospital que su madre había muerto y que su hija fue operada. Este lunes salió del hospital para acudir a la audiencia a declarar.
De acuerdo con el Código Penal de la Ciudad de México a quien ocasione lesiones al conducir en estado de alteración se le aplicará una pena de dos años seis meses a ocho años de prisión. Según el artículo 123 del Código que prive de la vida a otro, se le impondrá de ocho a veinte años de prisión.
