Home
>
Analisis
>
Invitades
>
El desmantelamiento del derecho a la información: un peligro para la democracia y los derechos humanos
Blog invitado
Blog invitado
Espacio de análisis, blogueo y... Continuar Leyendo
5 minutos de lectura

El desmantelamiento del derecho a la información: un peligro para la democracia y los derechos humanos

La desaparición de facto del INAI es un golpe directo al derecho de la población a acceder a la información pública, pilar fundamental para la democracia en México.
29 de noviembre, 2024
Por: Mexiro, A. C.

En las últimas décadas, América Latina y el Caribe han sido testigos de un preocupante retroceso en la consolidación de sus democracias, particularmente en lo que respecta a las garantías fundamentales de los derechos humanos. Entre estas, el acceso a la información pública, la libertad de expresión y la protección de datos personales han sido puntos de quiebre en numerosos países de la región. Con la tendencia creciente hacia gobiernos autoritarios o de corte populista, muchas de estas democracias están viendo cómo se desmantelan instituciones clave que han garantizado estos derechos fundamentales. Un ejemplo claro de esta regresión es la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) en México, que refleja un patrón más amplio en América Latina.

México: la desaparición del INAI y su impacto

México fue uno de los primeros países de la región en crear una institución autónoma encargada del acceso a la información. El artículo 1º constitucional establece la distinción entre los derechos humanos y las garantías que les darán eficacia, tal como se determinó en la reforma constitucional en materia de derechos humanos en 2011.

La garantía institucional del derecho de acceso a la información y la protección de datos personales es el INAI, resultado de un proceso democrático que partió de cero en 1977 y culminó en 2014 con un diseño institucional sustentado en la autonomía constitucional. Dicha autonomía es la base primordial de la función garantista del INAI, misma que descansa en una serie de principios: autonomía constitucional, división de poderes, especialización, progresividad y principio democrático.

Sin embargo, con la llegada de Morena al Gobierno Federal, Congresos Federales y Locales y Gobiernos estatales, lejos de fortalecer mecanismos democráticos, sus decisiones y acciones gubernamentales se han enfocado en la captura política y centralización del poder. La desaparición de facto del INAI es un golpe directo al derecho de la población a acceder a la información pública, pilar fundamental para la democracia en México.

El caso de Morena y la desaparición de órganos autónomos como el INAI refleja una tendencia más amplia en la región: la creciente vinculación entre el autoritarismo y los gobiernos populistas, que, a pesar de hablar de “transformación” y “justicia social”, a menudo terminan socavando instituciones clave para la transparencia y la rendición de cuentas.

La militarización y el acceso a la información

Otro elemento que atraviesa la problemática del desmantelamiento de las instituciones encargadas de la transparencia en América Latina es la creciente militarización de los gobiernos. En muchos casos, los gobiernos autoritarios han justificado la falta de transparencia y el control sobre la información bajo el pretexto de la seguridad nacional y la lucha contra el crimen organizado. La participación de las fuerzas armadas en tareas de seguridad interna, inteligencia, y en áreas de investigación, plantea un grave riesgo para el acceso a la información.

El Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre la militarización en la región destaca que el despliegue de fuerzas militares en funciones de seguridad pública puede obstaculizar la transparencia y la rendición de cuentas, especialmente cuando las fuerzas armadas se niegan a divulgar información sobre sus operaciones. Esto también tiene implicaciones directas en la protección de datos personales, ya que el control de la información por parte del aparato militar puede violar la privacidad de las personas y socavar los principios de protección de datos.

En este contexto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha subrayado en varias resoluciones que los gobiernos deben garantizar la autonomía de las instituciones encargadas de la protección de derechos humanos y la libertad de expresión, y, sobre todo, que deben asegurarse de que no se violen los derechos de las mujeres, las poblaciones indígenas y otros grupos históricamente discriminados, quienes son las más vulnerables ante el control y la falta de acceso a información pública.

Enfoque de género: las mujeres y diversidades sexogenéricas como las más afectadas

El desmantelamiento de las instituciones de acceso a la información y la libertad de expresión en América Latina tiene un impacto desproporcionado sobre las mujeres y diversidades sexo genéricas, en particular aquelles que luchan por sus derechos, por la justicia social y por la igualdad. En países como México, donde la violencia de género es una realidad palpable, las mujeres y diversidades sexogenéricas  se enfrentan a un doble reto: por un lado, la opacidad del gobierno en la gestión de información sobre feminicidios, transfeminicidios, violencia doméstica o el acceso a la justicia; por otro, la constante amenaza de represalias por ejercer su derecho a la libertad de expresión.

La falta de acceso a la información sobre presupuestos públicos destinados a la atención de las mujeres y diversidades sexogenéricas, las políticas de prevención de la violencia de género o las estadísticas oficiales sobre feminicidio y transfeminicidios hace casi imposible exigir rendición de cuentas en un contexto de opacidad. Según informes de Naciones Unidas, el acceso a la información es fundamental para empoderar a las mujeres y permitirles defender sus derechos de manera efectiva. La desaparición o debilitamiento de los organismos encargados de garantizar la transparencia y la protección de datos personales deja a las mujeres y diversidades sexo genéricas en una posición aún más vulnerable, exponiéndoles a una mayor violencia institucional y a la invisibilización de sus luchas.

Un llamado a la acción internacional

Las preocupaciones sobre el acceso a la información, la libertad de expresión y la protección de datos personales en la región han sido documentadas por organismos internacionales como Naciones Unidas, la CIDH y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que han expresado su alarma sobre el uso de la militarización para restringir estos derechos fundamentales. Naciones Unidas ha hecho hincapié en que las reformas que debilitan la autonomía de instituciones como el INAI no solo afectan a la democracia, sino que también incrementan las violaciones a los derechos humanos, especialmente en un contexto donde el control de la información y la manipulación de los datos personales puede convertirse en una herramienta de represión.

Es urgente que las democracias latinoamericanas den un paso atrás en este proceso de desmantelamiento de las instituciones y restituyan los mecanismos de acceso a la información pública, pues sólo de esta manera podrán garantizarse los derechos de todas las personas, en particular los de las mujeres y poblaciones históricamente marginalizadas. La opacidad no solo favorece a los poderosos, sino que crea un espacio de impunidad que atenta contra los principios fundamentales de justicia y equidad. América Latina no puede permitirse ceder ante el autoritarismo ni permitir que el acceso a la información se convierta en un privilegio en lugar de un derecho.

* Mexiro A. C (@yoMexiro) es una organización feminista mexicana.

Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...
Imagen BBC
“El tren bala de la electricidad”: los enormes cables de ultra alto voltaje con los que China acelera el uso de energías limpias
10 minutos de lectura

China viene expandiendo su red eléctrica de ultra alto voltaje más rápido que cualquier otro país.

29 de noviembre, 2024
Por: BBC News Mundo
0

En un tranquilo pueblo en las afueras de Shanghái, la megaciudad china de 25 millones de habitantes, un enorme edificio verde rodeado por un laberinto de cables y postes eléctricos contrasta con el paisaje que lo rodea.

Alrededor de esta bestia, no lejos de la costa de la bahía de Hangzhou hay una serie de huertos, senderos rurales sinuosos y un canal tranquilo.

Este edificio extrañamente fuera de lugar es la estación convertidora de Fengxian, un centro para recibir electricidad que viaja unos 1.900 kilómetros antes de llegar a los hogares, oficinas y fábricas de Shanghái. En el otro extremo de la línea de transmisión se encuentra la central hidroeléctrica de Xiangjiaba, en el suroeste de China, que aprovecha la energía del poderoso río Jinsha, el tramo superior del río Yangtze.

El enlace de transmisión Xiangjiaba-Shanghai, que entró en servicio en 2010, es uno de los primeros proyectos de ultra alto voltaje (UHV por sus siglas en inglés) de China, una tecnología diseñada para distribuir electricidad a grandes distancias.

Fue la punta de lanza de una era en la que el país iba a construir una vasta red de infraestructura de UHV, conocida como los “trenes bala de la electricidad”, para enviar electricidad generada a partir de energía hidroeléctrica y carbón en regiones remotas a las ciudades más pobladas.

China considera ahora que estos enormes cables de transmisión son básicos para su rápida construcción de centrales de energía eólica y solar, que se concentran en varias regiones lejanas. Países como Reino Unido, India y Brasil han adoptado estrategias similares.

Si bien el uso de UHV no es la única forma de transmitir energía renovable, su aplicación en China –sede del sistema energético nacional más grande del mundo– puede proporcionar lecciones valiosas en la búsqueda global de soluciones para acelerar la transición energética.

El ‘tren bala de la electricidad’

Dos trabajadores sobre líneas UHV mientras pasa un barco debajo
Getty Images
Muchos países están adoptando infraestructura UHV, pero China lidera el camino en términos de líneas instaladas

En pocas palabras, las líneas de transmisión UHV funcionan siguiendo el principio de que cuanto mayor es el voltaje, menor es la corriente eléctrica para la misma cantidad de energía transmitida. Las corrientes más bajas generan menos pérdida de calor a medida que la energía se desplaza por los cables, lo que le permite viajar largas distancias con mayor eficiencia.

Los chinos los llaman “Shinkansen de la energía”, nombre que usan los japoneses para los trenes bala, símbolo de velocidad y eficiencia.

Para Guo Liang, ingeniero de la Academia China de Ciencias, la forma más rápida de suministrar electricidad es cablearla a los usuarios en lugar de transportar materias primas a las centrales eléctricas que están más cerca de ellos.

La electricidad viaja casi tan rápido como la luz y su almacenamiento es caro. “En cuanto se genera, hay que enviarla. Por eso necesitamos una red de este tipo, el Shinkansen, para garantizar su transmisión” a quienes la utilizan, dijo Guo durante un programa de entrevistas en la Televisión Central de China.

Aunque China considera ahora esta tecnología como una parte clave de su plan eólico y solar, no se propuso construirlas sólo para energías renovables. La Red Eléctrica Estatal de China, uno de los dos operadores de la red eléctrica del país, propuso la tecnología al gobierno en 2004 para conectar las centrales hidroeléctricas y de carbón del país con los centros económicos que devoraban electricidad a cientos de kilómetros de distancia.

“La mayoría de los recursos naturales de China están situados en el norte, noroeste y suroeste, mientras que la mayor demanda de electricidad y la población más grande se concentran en la costa sur y este”, dice Deng Simeng, analista de energías renovables con sede en Shanghai en la consultora noruega Rystad Energy.

A principios de la década de 2000, China sufría cortes regulares de electricidad. Aunque tres cuartas partes del tráfico de mercancías del país se dedicaba al transporte de materias primas, especialmente carbón, los recursos no llegaban con la suficiente rapidez.

En ese momento, el gobierno central también estaba buscando formas de desarrollar sus vastas regiones occidentales aprovechando sus recursos.

Obreros hacen mantenimiento a una de las líneas de UHV
Getty Images
La infraestructura de UHV puede ser muy costosa de construir y mantener

Liu Zhenya, entonces director de la Red Eléctrica Estatal de China y apodado por los medios chinos como el “padre de las líneas eléctricas de ultra alta tensión”, imaginó un futuro en el que una mega red eléctrica pondría fin a los apagones del país al transmitir electricidad a todo el país, y convertiría a China en un líder mundial en tecnologías de transmisión.

Pero su idea se encontró con una oposición acérrima. En los años siguientes, sus oponentes, entre los que se encontraban funcionarios y académicos destacados, mostraron repetidamente al gobierno sus preocupaciones, como la fiabilidad de la tecnología y su impacto en el medio ambiente.

“La propuesta [de Liu] era realmente audaz y un concepto novedoso en ese momento, y ganó fuerza entre los responsables políticos chinos”, dice Fiona Quimbre, analista en RAND, una organización de investigación global.

La Red Eléctrica Estatal, una importante empresa estatal, logró alinearse “muy bien con otras prioridades del gobierno”, incluido un plan para fomentar las cadenas de suministro nacionales, dice.

En 2006, el desarrollo de la ultra alta tensión se convirtió en plan quinquenal de Pekín, una señal de que se había convertido en una estrategia nacional. Ese mismo año, China comenzó a construir su primer proyecto: un enlace de corriente alterna de 640 km que conectaba su núcleo carbonífero de Shanxi, en el norte, con la provincia central de Hubei, mediante una parada en el medio. Entró en funcionamiento a principios de 2009.

Proyectos más ambiciosos le siguieron rápidamente. La línea Xiangjiaba-Shanghai, terminada en 2010, era el sistema de transmisión más largo y potente del mundo en ese momento.

Con 3.939 torres que transportaban cables sobre gargantas, ríos y campos ondulados a lo largo de ocho regiones, el enlace de corriente continua envía la energía hidroeléctrica del río Jinsha directamente a Shanghai con una capacidad máxima de 6,4 gigavatios, satisfaciendo hasta el 40% de la demanda energética de la megaciudad.

En abril de 2024, China había puesto en funcionamiento 38 líneas de UHV que no solo suministran energía hidroeléctrica y de carbón, sino también eólica y solar, según China Power Equipment Management Net, un sitio web especializado.

Suministro de energías renovables

La tecnología UHV no fue inventada por China, pero Pekín ha convertido estos proyectos en “lo habitual”, dice Ismael Arciniegas Rueda, economista de RAND con sede en Washington DC que se especializa en infraestructura energética y de transmisión.

“China ha llevado [la UHV] al siguiente nivel y ha superado los límites” de la misma manera que lo ha hecho con muchas tecnologías asociadas con la transición energética, dice Arciniegas.

Otros países, como India y Brasil, también tienen algunas de las líneas UHV más largas del mundo, pero no las utilizan en la misma escala ni funcionan con el mismo nivel de voltaje.

Torres eléctricas de alta tensión
Getty Images
En términos de kilometraje total, China tiene, con diferencia, la mayor cantidad de líneas UHV de todos los países.

Según China Energy News, la longitud combinada de las líneas de transmisión de UHV que operan en China había alcanzado los 48.000 km a finales de 2020, más que suficiente para rodear la Tierra por el ecuador.

A medida que China ha acelerado su despliegue de energía renovable, la misión de las líneas de UHV ha cambiado.

En 2022, la Administración Nacional de Energía del país dijo que las bases eólicas y solares en el desierto deberían planificar líneas de transmisión para llevar su electricidad a pueblos y ciudades del otro lado del país. En 2023, comenzó la construcción de la primera línea de este tipo.

La tecnología actúa como un componente clave en la propuesta de China de construir una red eléctrica global, conocida como Interconexión Energética Global.

La idea, anunciada por el presidente de China, Xi Jinping, en una cumbre de las Naciones Unidas en 2015, es conectar las redes nacionales en las próximas tres décadas. El objetivo es permitir “el desarrollo, la transmisión y la utilización a gran escala de energía limpia en todo el mundo”, según Liu Zhenya, que ahora preside la Organización Mundial para el Desarrollo y la Cooperación en la Interconexión Energética, una organización no gubernamental creada para promover el concepto.

Para algunos investigadores, la UHV aporta beneficios obvios. “De todas las tecnologías existentes, la UHV es la única que puede enviar energía eólica y solar desde áreas lejanas a centros de alto consumo de electricidad”, dice Fang Lurui, profesor adjunto de planificación de sistemas de energía en la Universidad Xi’an Jiaotong-Liverpool en Suzhou, China.

Lauri Myllyvirta, cofundador del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) con sede en Finlandia, coincide en que las distancias entre los sitios de producción de energía y las ciudades son un desafío en un país tan grande. Pero la tecnología también trae beneficios energéticos.

Las líneas de transmisión de UHV pueden compensar las variaciones en la generación solar y eólica al transportar electricidad de un lugar que tiene condiciones climáticas favorables a otro que no las tiene.

Desafíos para la UHV

Obreros hacen mantenimiento de la grilla
Getty Images
Después de la construcción, las líneas UHV requieren un mantenimiento cuidadoso

Sin embargo, la proporción de energía eólica y solar transportada por las líneas UHV de China sigue siendo baja.

Una de las razones está relacionada con su alto costo. En China, las inversiones en líneas UHV provienen de dos operadores de red, y el compromiso financiero ha sido enorme. No se ha publicado ninguna cifra oficial de inversión total. Pero Huaxia Energy, un sitio web de la industria china, informó en agosto de 2023 que el país había gastado 1.600 millones de yuanes (US$222.000 millones) en líneas UHV, que incluían 33 ya en funcionamiento y 38 más en construcción.

Unas inversiones tan grandes significan que las redes deben garantizar las horas de funcionamiento anuales de esas líneas para recuperar sus inversiones. “Por lo tanto, si no hay suficiente energía eólica y solar, se enviará energía proveniente del carbón en su lugar”, dice Shen Xinyi, investigador de CREA.

Debido a que la energía eólica y solar es intermitente, las líneas de UHV aún dependen en gran medida de la energía a carbón o gas para garantizar que su transmisión sea estable, señala Shen.

En 2022, el 56,2% de la electricidad transmitida por líneas de UHV en China provino de fuentes renovables, superando el objetivo del gobierno de “no menos del 50%”.

Pero la mayor parte de esta fue energía hidroeléctrica, que China clasifica como renovable y limpia, según mostró un informe del gobierno. Si bien la energía hidroeléctrica no depende de combustibles fósiles, tiene otros inconvenientes ambientales, como dañar la salud de los ríos y liberar metano. La parte de la energía eólica y solar transportada por las líneas de UHV es mucho menor, con un promedio del 27,25%, según un análisis del informe realizado por el grupo de expertos chino Lingdian Energy.

Una hidroeléctrica en China
Getty Images
A pesar de que el gobierno chino resalta el uso del agua para obtener electricidad, puede dañar la salud de los ríos e igual libera metano.

Los cortes de energía que afectaron a Sichuan, China, hace dos años y este verano han puesto de manifiesto otra debilidad: la gestión “rígida” de las líneas de UHV en China, según Shen.

Aunque Sichuan es el centro hídrico del país, la mayoría de sus centrales hidroeléctricas de nueva construcción, como la segunda central hidroeléctrica más grande del mundo, Baihetan, fueron diseñadas para exportar su electricidad a las regiones oriental y central a través de líneas de UHV.

Incluso cuando no había suficiente electricidad para todos los habitantes locales, Sichuan, donde se encuentran varias industrias manufactureras emergentes, como las de baterías de litio, no podía utilizar su propia energía hidroeléctrica porque las líneas UHV no estaban conectadas a la red local, explica Shen.

Yu Aiqun, analista de investigación de Global Energy Monitor, una ONG con sede en EE. UU., señala que puede ser más rentable para las ciudades y pueblos generar energía localmente que importarla a larga distancia debido a lo caro que es construir una línea de UHV.

Además, las provincias costeras chinas están planeando construir plantas de energía nuclear y eólica marina a gran escala, lo que significa que podrían no necesitar importar electricidad en el futuro, añade Yu.

Los investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en EE.UU. han proyectado que la implementación de la energía eólica marina reduciría la dependencia de las regiones costeras chinas de la electricidad importada y cambiaría las redes de transmisión del país.

En última instancia, la solución para un futuro renovable no dependerá de una tecnología de transmisión, sino de una combinación de soluciones, como creen muchos investigadores. Una alternativa en el otro extremo del espectro son las microrredes, que prevén la generación, el almacenamiento y el uso de energía localizados. En algunos países en desarrollo están ganando popularidad porque son ágiles y rentables.

Línea
BBC
Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia
Tú puedes ayudarnos a seguir.
Sé parte del equipo
Suscríbete a Animal Político, recibe beneficios y apoya el periodismo libre.
Iniciar sesión

Registrate
Suscribete para comentar...