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Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan
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Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan

En colaboración con colectivos de buscadoras de Jalisco, y como parte del proyecto “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan”, madres buscadoras han estado probando tecnologías para localizar fosas clandestinas. Las desapariciones continúan siendo uno de los problemas más críticos en México, con más de 117,000 personas reportadas como desaparecidas. Jalisco encabeza la lista a nivel nacional, con más de 16,000 casos.
29 de noviembre, 2024
Por: Índira Navarro, Miguel Moctezuma y Tunuari Chávez

Como buscadoras, hemos jugado un papel fundamental en la localización de fosas clandestinas en Jalisco. Nuestra experiencia y conocimiento adquiridos en campo han sido clave para el hallazgo de muchas fosas, y es importante destacar que hemos logrado esto sin la ayuda de tecnología avanzada.

Hemos aprendido a reconocer señales que pueden indicar la presencia de una fosa. Nuestro conocimiento se basa en la observación y el análisis del terreno, así como de la fauna y la flora que lo rodea. Sabemos que los cuerpos enterrados pueden “abonar” o generar ciertos cambios en el terreno y la vegetación; que ciertos tipos de plantas, flores y animales pueden indicar la presencia de un cuerpo bajo nuestros pies. También hemos aprendido a explorar y golpear el piso con varillas para identificar sonidos específicos que indican la presencia de restos.

El tipo de señales y su intensidad también dependen de la forma en que los cuerpos son enterrados. Por ejemplo, cuando se usan productos como cal, o bien si los cuerpos son enterrados completos o fragmentados. También sabemos que ciertos químicos hacen que sólo algunas plantas puedan crecer encima de las fosas.

Ha sido muy importante colaborar en este proyecto con expertos y autoridades que toman en cuenta nuestra experiencia y conocimientos y los utilizan para integrar o desarrollar tecnologías que contribuyen a localizar fosas clandestinas de manera más rápida, eficiente y segura. Ahora también sabemos que nuestra experiencia y conocimiento pueden incluso ser utilizados para desarrollar algoritmos y modelos que ayuden a identificar patrones que en el futuro contribuyan a encontrar fosas clandestinas.

‘Encontraron a sus hijos en las flores’.  Imagen creada con inteligencia artificial. Inspirada en historias del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.
“Encontraron a sus hijos en las flores”. Imagen creada con inteligencia artificial. Inspirada en historias del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco.

 

Experimentos basados en conocimientos de mujeres buscadoras

En colaboración con colectivos de buscadoras de Jalisco, y como parte del proyecto “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan” (FOUND en inglés), hemos estado probando tecnologías para localizar fosas clandestinas. Las desapariciones continúan siendo uno de los problemas más críticos en México, con más de 117,000 personas reportadas como desaparecidas. Jalisco encabeza la lista a nivel nacional, con más de 16,000 casos.

Para probar estas tecnologías, hemos construido dos sitios experimentales con un total de 32 fosas simuladas, replicando las condiciones en las que se han encontrado cuerpos de personas desaparecidas en Jalisco. Los resultados de la investigación son concluyentes, y algunas de estas técnicas como el análisis multiespectral, térmico, fotogramétrico —con el uso de drones— ya han sido incorporadas en los protocolos oficiales de búsqueda del estado de Jalisco. También se han probado instrumentos sísmicos, electromagnéticos, resistividad eléctrica, firmas químicas en los suelos, entomología y botánica forense. Con todas estas técnicas ya se están implementando métodos de análisis de aptitud territorial para fosas clandestinas.

El libro se presenta en la FIL este 5 de diciembre

Acabamos de publicar el libro “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan”, el cual recopila nuestro trabajo en colaboración con los colectivos de madres buscadoras, así como los hallazgos de nuestros experimentos realizados desde 2023. Además, propone herramientas y técnicas adicionales, proporcionando una guía paso a paso para su implementación. El libro será presentado durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el próximo 5 de diciembre de 2024.

Algunos de los hallazgos

Tal y como señala la evidencia aportada por los colectivos de búsqueda, los cuerpos liberan nutrientes y humedad adicionales que generan anomalías en la vegetación y en el terreno circundante. Estas anomalías pueden manifestarse en forma de floraciones anticipadas o la presencia de plantas verdes durante temporadas de sequía. Asimismo, la utilización de sustancias como la cal y el cemento provoca cambios químicos en el suelo que, a su vez, favorecen sucesiones ecológicas; es decir, que solo ciertos tipos de plantas logren prosperar, llegando incluso a dominar temporalmente el terreno.

Si bien no todas estas anomalías son lo suficientemente intensas como para ser identificadas a simple vista, las cámaras multiespectrales e hiperespectrales montadas en drones son capaces de detectar los cambios que, en particular, el enriquecimiento de nitrógeno produce en la clorofila de las hojas. Esta tecnología ya ha sido incorporada a las prácticas institucionales de búsqueda en el estado de Jalisco.

Asimismo, la utilización de cal, cemento o cierto tipo de piedras durante los entierros clandestinos en lugares húmedos o cercanos a lagos provoca que estos materiales se consoliden con mayor dureza. En algunos casos, esto genera un efecto de “domo” o cúpula, que puede adoptar la forma de ciertas partes del cuerpo y permanecer incluso después de la descomposición del mismo. El libro muestra que existen diferencias térmicas en estos espacios y que este “efecto domo” puede ser detectado mediante el uso de instrumentos de resistividad eléctrica y análisis de ruido sísmico.

Además de facilitar la ubicación de fosas clandestinas, este efecto tiene el potencial de convertirse en un indicador clave para la identificación de restos humanos. El análisis de estos “domos”, realizado como parte del proyecto, ha permitido definir rangos específicos de antigüedad. Esto, a su vez, contribuye a identificar a las personas recuperadas de las fosas mediante el análisis del contexto de las desapariciones en la región.

Debido a su potencial para ser aplicado en otros contextos, estos hallazgos ya han sido compartidos con aliados en otras comisiones de búsqueda en la república mexicana, así como de otros países, como Colombia, con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, y en Uruguay, con el Ministerio del Interior y la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo.

Distribución gratuita del libro y aliados del proyecto

El libro se compone de 17 capítulos arbitrados que integran tanto el conocimiento y las experiencias de las madres buscadoras como las técnicas empleadas en los sitios de experimentación. Además, incluye un artículo histórico que contextualiza la problemática y otro que analiza los retos futuros. En colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Mancomunidad y de Desarrollo del Reino Unido (FCDO), el libro será próximamente traducido al inglés, con el objetivo de influir potencialmente en las prácticas de búsqueda más allá de América Latina. Aquí puedes descargar el libro.

Considerando las necesidades pendientes, se están desarrollando dos nuevos sitios de experimentación, y durante 2025 se probarán cinco tecnologías adicionales para fortalecer las herramientas de búsqueda y localización.

Este proyecto y el libro cuentan con la participación del colectivos de búsqueda, el CONAHCYT, la Comisión de Búsqueda de Personas en el Estado Jalisco, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, varias empresas, El Instituto de Geofísica de la UNAM, la Facultad de Ingenierías de la UNAM, CentroGeo, cuatro Centros Universitarios de la Universidad de Guadalajara, la Universidad Politécnica de la Zona Metropolitana de Guadalajara, la Universidad del Oeste de Inglaterra y la Universidad de Oxford.

* Índira Navarro es hermana buscadora y líder del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco. Miguel Moctezuma es coordinador del Programa de Seguridad Global de la Universidad de Oxford. Tunuari Chávez es director de Análisis y Contexto de la Comisión de Búsqueda de Personas en Jalisco.

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Imagen BBC
“El tren bala de la electricidad”: los enormes cables de ultra alto voltaje con los que China acelera el uso de energías limpias
10 minutos de lectura

China viene expandiendo su red eléctrica de ultra alto voltaje más rápido que cualquier otro país.

29 de noviembre, 2024
Por: BBC News Mundo
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En un tranquilo pueblo en las afueras de Shanghái, la megaciudad china de 25 millones de habitantes, un enorme edificio verde rodeado por un laberinto de cables y postes eléctricos contrasta con el paisaje que lo rodea.

Alrededor de esta bestia, no lejos de la costa de la bahía de Hangzhou hay una serie de huertos, senderos rurales sinuosos y un canal tranquilo.

Este edificio extrañamente fuera de lugar es la estación convertidora de Fengxian, un centro para recibir electricidad que viaja unos 1.900 kilómetros antes de llegar a los hogares, oficinas y fábricas de Shanghái. En el otro extremo de la línea de transmisión se encuentra la central hidroeléctrica de Xiangjiaba, en el suroeste de China, que aprovecha la energía del poderoso río Jinsha, el tramo superior del río Yangtze.

El enlace de transmisión Xiangjiaba-Shanghai, que entró en servicio en 2010, es uno de los primeros proyectos de ultra alto voltaje (UHV por sus siglas en inglés) de China, una tecnología diseñada para distribuir electricidad a grandes distancias.

Fue la punta de lanza de una era en la que el país iba a construir una vasta red de infraestructura de UHV, conocida como los “trenes bala de la electricidad”, para enviar electricidad generada a partir de energía hidroeléctrica y carbón en regiones remotas a las ciudades más pobladas.

China considera ahora que estos enormes cables de transmisión son básicos para su rápida construcción de centrales de energía eólica y solar, que se concentran en varias regiones lejanas. Países como Reino Unido, India y Brasil han adoptado estrategias similares.

Si bien el uso de UHV no es la única forma de transmitir energía renovable, su aplicación en China –sede del sistema energético nacional más grande del mundo– puede proporcionar lecciones valiosas en la búsqueda global de soluciones para acelerar la transición energética.

El ‘tren bala de la electricidad’

Dos trabajadores sobre líneas UHV mientras pasa un barco debajo
Getty Images
Muchos países están adoptando infraestructura UHV, pero China lidera el camino en términos de líneas instaladas

En pocas palabras, las líneas de transmisión UHV funcionan siguiendo el principio de que cuanto mayor es el voltaje, menor es la corriente eléctrica para la misma cantidad de energía transmitida. Las corrientes más bajas generan menos pérdida de calor a medida que la energía se desplaza por los cables, lo que le permite viajar largas distancias con mayor eficiencia.

Los chinos los llaman “Shinkansen de la energía”, nombre que usan los japoneses para los trenes bala, símbolo de velocidad y eficiencia.

Para Guo Liang, ingeniero de la Academia China de Ciencias, la forma más rápida de suministrar electricidad es cablearla a los usuarios en lugar de transportar materias primas a las centrales eléctricas que están más cerca de ellos.

La electricidad viaja casi tan rápido como la luz y su almacenamiento es caro. “En cuanto se genera, hay que enviarla. Por eso necesitamos una red de este tipo, el Shinkansen, para garantizar su transmisión” a quienes la utilizan, dijo Guo durante un programa de entrevistas en la Televisión Central de China.

Aunque China considera ahora esta tecnología como una parte clave de su plan eólico y solar, no se propuso construirlas sólo para energías renovables. La Red Eléctrica Estatal de China, uno de los dos operadores de la red eléctrica del país, propuso la tecnología al gobierno en 2004 para conectar las centrales hidroeléctricas y de carbón del país con los centros económicos que devoraban electricidad a cientos de kilómetros de distancia.

“La mayoría de los recursos naturales de China están situados en el norte, noroeste y suroeste, mientras que la mayor demanda de electricidad y la población más grande se concentran en la costa sur y este”, dice Deng Simeng, analista de energías renovables con sede en Shanghai en la consultora noruega Rystad Energy.

A principios de la década de 2000, China sufría cortes regulares de electricidad. Aunque tres cuartas partes del tráfico de mercancías del país se dedicaba al transporte de materias primas, especialmente carbón, los recursos no llegaban con la suficiente rapidez.

En ese momento, el gobierno central también estaba buscando formas de desarrollar sus vastas regiones occidentales aprovechando sus recursos.

Obreros hacen mantenimiento a una de las líneas de UHV
Getty Images
La infraestructura de UHV puede ser muy costosa de construir y mantener

Liu Zhenya, entonces director de la Red Eléctrica Estatal de China y apodado por los medios chinos como el “padre de las líneas eléctricas de ultra alta tensión”, imaginó un futuro en el que una mega red eléctrica pondría fin a los apagones del país al transmitir electricidad a todo el país, y convertiría a China en un líder mundial en tecnologías de transmisión.

Pero su idea se encontró con una oposición acérrima. En los años siguientes, sus oponentes, entre los que se encontraban funcionarios y académicos destacados, mostraron repetidamente al gobierno sus preocupaciones, como la fiabilidad de la tecnología y su impacto en el medio ambiente.

“La propuesta [de Liu] era realmente audaz y un concepto novedoso en ese momento, y ganó fuerza entre los responsables políticos chinos”, dice Fiona Quimbre, analista en RAND, una organización de investigación global.

La Red Eléctrica Estatal, una importante empresa estatal, logró alinearse “muy bien con otras prioridades del gobierno”, incluido un plan para fomentar las cadenas de suministro nacionales, dice.

En 2006, el desarrollo de la ultra alta tensión se convirtió en plan quinquenal de Pekín, una señal de que se había convertido en una estrategia nacional. Ese mismo año, China comenzó a construir su primer proyecto: un enlace de corriente alterna de 640 km que conectaba su núcleo carbonífero de Shanxi, en el norte, con la provincia central de Hubei, mediante una parada en el medio. Entró en funcionamiento a principios de 2009.

Proyectos más ambiciosos le siguieron rápidamente. La línea Xiangjiaba-Shanghai, terminada en 2010, era el sistema de transmisión más largo y potente del mundo en ese momento.

Con 3.939 torres que transportaban cables sobre gargantas, ríos y campos ondulados a lo largo de ocho regiones, el enlace de corriente continua envía la energía hidroeléctrica del río Jinsha directamente a Shanghai con una capacidad máxima de 6,4 gigavatios, satisfaciendo hasta el 40% de la demanda energética de la megaciudad.

En abril de 2024, China había puesto en funcionamiento 38 líneas de UHV que no solo suministran energía hidroeléctrica y de carbón, sino también eólica y solar, según China Power Equipment Management Net, un sitio web especializado.

Suministro de energías renovables

La tecnología UHV no fue inventada por China, pero Pekín ha convertido estos proyectos en “lo habitual”, dice Ismael Arciniegas Rueda, economista de RAND con sede en Washington DC que se especializa en infraestructura energética y de transmisión.

“China ha llevado [la UHV] al siguiente nivel y ha superado los límites” de la misma manera que lo ha hecho con muchas tecnologías asociadas con la transición energética, dice Arciniegas.

Otros países, como India y Brasil, también tienen algunas de las líneas UHV más largas del mundo, pero no las utilizan en la misma escala ni funcionan con el mismo nivel de voltaje.

Torres eléctricas de alta tensión
Getty Images
En términos de kilometraje total, China tiene, con diferencia, la mayor cantidad de líneas UHV de todos los países.

Según China Energy News, la longitud combinada de las líneas de transmisión de UHV que operan en China había alcanzado los 48.000 km a finales de 2020, más que suficiente para rodear la Tierra por el ecuador.

A medida que China ha acelerado su despliegue de energía renovable, la misión de las líneas de UHV ha cambiado.

En 2022, la Administración Nacional de Energía del país dijo que las bases eólicas y solares en el desierto deberían planificar líneas de transmisión para llevar su electricidad a pueblos y ciudades del otro lado del país. En 2023, comenzó la construcción de la primera línea de este tipo.

La tecnología actúa como un componente clave en la propuesta de China de construir una red eléctrica global, conocida como Interconexión Energética Global.

La idea, anunciada por el presidente de China, Xi Jinping, en una cumbre de las Naciones Unidas en 2015, es conectar las redes nacionales en las próximas tres décadas. El objetivo es permitir “el desarrollo, la transmisión y la utilización a gran escala de energía limpia en todo el mundo”, según Liu Zhenya, que ahora preside la Organización Mundial para el Desarrollo y la Cooperación en la Interconexión Energética, una organización no gubernamental creada para promover el concepto.

Para algunos investigadores, la UHV aporta beneficios obvios. “De todas las tecnologías existentes, la UHV es la única que puede enviar energía eólica y solar desde áreas lejanas a centros de alto consumo de electricidad”, dice Fang Lurui, profesor adjunto de planificación de sistemas de energía en la Universidad Xi’an Jiaotong-Liverpool en Suzhou, China.

Lauri Myllyvirta, cofundador del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) con sede en Finlandia, coincide en que las distancias entre los sitios de producción de energía y las ciudades son un desafío en un país tan grande. Pero la tecnología también trae beneficios energéticos.

Las líneas de transmisión de UHV pueden compensar las variaciones en la generación solar y eólica al transportar electricidad de un lugar que tiene condiciones climáticas favorables a otro que no las tiene.

Desafíos para la UHV

Obreros hacen mantenimiento de la grilla
Getty Images
Después de la construcción, las líneas UHV requieren un mantenimiento cuidadoso

Sin embargo, la proporción de energía eólica y solar transportada por las líneas UHV de China sigue siendo baja.

Una de las razones está relacionada con su alto costo. En China, las inversiones en líneas UHV provienen de dos operadores de red, y el compromiso financiero ha sido enorme. No se ha publicado ninguna cifra oficial de inversión total. Pero Huaxia Energy, un sitio web de la industria china, informó en agosto de 2023 que el país había gastado 1.600 millones de yuanes (US$222.000 millones) en líneas UHV, que incluían 33 ya en funcionamiento y 38 más en construcción.

Unas inversiones tan grandes significan que las redes deben garantizar las horas de funcionamiento anuales de esas líneas para recuperar sus inversiones. “Por lo tanto, si no hay suficiente energía eólica y solar, se enviará energía proveniente del carbón en su lugar”, dice Shen Xinyi, investigador de CREA.

Debido a que la energía eólica y solar es intermitente, las líneas de UHV aún dependen en gran medida de la energía a carbón o gas para garantizar que su transmisión sea estable, señala Shen.

En 2022, el 56,2% de la electricidad transmitida por líneas de UHV en China provino de fuentes renovables, superando el objetivo del gobierno de “no menos del 50%”.

Pero la mayor parte de esta fue energía hidroeléctrica, que China clasifica como renovable y limpia, según mostró un informe del gobierno. Si bien la energía hidroeléctrica no depende de combustibles fósiles, tiene otros inconvenientes ambientales, como dañar la salud de los ríos y liberar metano. La parte de la energía eólica y solar transportada por las líneas de UHV es mucho menor, con un promedio del 27,25%, según un análisis del informe realizado por el grupo de expertos chino Lingdian Energy.

Una hidroeléctrica en China
Getty Images
A pesar de que el gobierno chino resalta el uso del agua para obtener electricidad, puede dañar la salud de los ríos e igual libera metano.

Los cortes de energía que afectaron a Sichuan, China, hace dos años y este verano han puesto de manifiesto otra debilidad: la gestión “rígida” de las líneas de UHV en China, según Shen.

Aunque Sichuan es el centro hídrico del país, la mayoría de sus centrales hidroeléctricas de nueva construcción, como la segunda central hidroeléctrica más grande del mundo, Baihetan, fueron diseñadas para exportar su electricidad a las regiones oriental y central a través de líneas de UHV.

Incluso cuando no había suficiente electricidad para todos los habitantes locales, Sichuan, donde se encuentran varias industrias manufactureras emergentes, como las de baterías de litio, no podía utilizar su propia energía hidroeléctrica porque las líneas UHV no estaban conectadas a la red local, explica Shen.

Yu Aiqun, analista de investigación de Global Energy Monitor, una ONG con sede en EE. UU., señala que puede ser más rentable para las ciudades y pueblos generar energía localmente que importarla a larga distancia debido a lo caro que es construir una línea de UHV.

Además, las provincias costeras chinas están planeando construir plantas de energía nuclear y eólica marina a gran escala, lo que significa que podrían no necesitar importar electricidad en el futuro, añade Yu.

Los investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en EE.UU. han proyectado que la implementación de la energía eólica marina reduciría la dependencia de las regiones costeras chinas de la electricidad importada y cambiaría las redes de transmisión del país.

En última instancia, la solución para un futuro renovable no dependerá de una tecnología de transmisión, sino de una combinación de soluciones, como creen muchos investigadores. Una alternativa en el otro extremo del espectro son las microrredes, que prevén la generación, el almacenamiento y el uso de energía localizados. En algunos países en desarrollo están ganando popularidad porque son ágiles y rentables.

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