En lugar de correr detrás de una pelota, arrullar una muñeca o entonar canciones con sus amigas y amigos en parques o jardines de juegos, muchas niñas en el estado de Guerrero son objeto de transacciones mercantiles. Son comercializadas como si no se tratara de personas sujetas de derechos.
Bajo la injustificable explicación de que se trata de usos y costumbres de las comunidades indígenas, personas adultas están transgrediendo los derechos fundamentales a la educación, salud, libertad, dignidad, desarrollo de la libre personalidad y a una vida libre de violencia de las niñas.
En esta aberrante realidad, las pequeñas son intercambiadas por dinero y otros bienes a partir de los 9 años de edad, entregadas en matrimonio o para la realización de trabajos forzados, truncando su infancia, su inocencia, su desarrollo y su bienestar.
Se trata de adultocentrismo en su máxima expresión, que vulnera el principio del interés superior de la niñez consagrado en el artículo 4 de la Constitución Política, mismo que fuera adicionado a nuestra normatividad, cuando México se obligó con otras naciones, a su protección al firmar y ratificar la Convención de los Derechos del Niño en 1989.
Sin embargo, ni el gobierno estatal ni el gobierno federal, están haciendo lo suficiente para detener prácticas retrógradas, injustas e inhumanas como lo es el comercio ilegal de niñas. Por ello, es urgente el reclamo de la sociedad, que no debe permanecer pasiva ante una rampante violación de derechos humanos, que queda impune bajo el pretexto de las tradiciones autóctonas.
Por lo anterior, los Integrantes del Sistema de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), miembros de la sociedad civil organizada y activistas sociales, hicimos un enérgico llamado, por medio de una carta abierta, a las autoridades para exigirles detener la venta de niñas en Guerrero y en cualquier parte del país en donde esto siga ocurriendo.
En esta carta los firmantes exigimos a las autoridades, un plan de acción inmediata para erradicar estas prácticas intolerables, así como afianzar la prohibición del matrimonio infantil e investigar y atender con oportunidad y eficiencia los casos en los que las niñas corran riesgo o sean víctimas.
Es indispensable que todas y todos nos unamos a este reclamo y a la petición liderada por Save The Children en el este enlace.
Seamos parte de los que reclaman y no de los omisos que contribuyen a la normalización de prácticas aberrantes que interrumpen las risas, los juegos y los sueños de las niñas en México. Firmemos para defender sus derechos.
* Jeny Farías (@Jenyca) es Directora de Proyectos Especiales y Operaciones en @Mexicanos1o.
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