Por: Claudio X. González Guajardo (@ClaudioXGG)
Ningún evento en materia educativa debe proceder sin antes lamentar y reprobar los eventos trágicos de Nochixtlán. Hay responsabilidades de muchos que llevaron a ese fatídico desenlace.
Se deben esclarecer y fincar responsabilidades, tanto a quienes corresponda del lado de la autoridad estatal y federal de seguridad, como de la dirigencia de la Sección 22 y sus organizaciones aliadas. Asimismo, se debe atender, de manera empática y puntual, a los deudos.
Dicho eso, no podemos permitir que un operativo fallido, por trágico que haya sido, dé al traste con el intento más audaz que hemos hecho los mexicanos para empezar a cambiar y mejorar nuestro sistema educativo, sobre todo donde más se necesita: Oaxaca.
¿Y los niños? ¿Qué les conviene a ellos y a su derecho a aprender? Esa es la pregunta que pocos se hacen. Ellos son los grandes olvidados. Puestos en la perspectiva de lo que le conviene a los niños, nos debemos plantear las siguientes interrogantes en la presente coyuntura:
La dirigencia de la Sección 22 y de sus organizaciones afines pugnan por permanecer en el S.XX. Los ciudadanos pugnamos por mudarnos de manera franca al S.XXI.
Querer más de lo mismo en Oaxaca, como pretenden la dirigencia de la Sección 22 y sus aliados, es francamente equivocado y mezquino. Oaxaca ocupa el fondo en la tabla educativa de un país muy atrasado en el contexto internacional; sólo 1 de cada 10 alumnos oaxaqueños aprende lo que necesita para destacar en el S.XXI; la escolaridad promedio es de 7.5, muy por debajo del promedio nacional de 9.1; pocos, demasiado pocos, aprenden matemáticas y ciencias; propiamente nadie aprende inglés; y que decir de lo que están aprendiendo los niños oaxaqueños de cultura democrática y cívica. Todo esto configura una violación masiva y continuada del derecho a una educación de calidad. No hay duda, le hemos fallado y le estamos fallando a los niños de Oaxaca.
Por otro lado, la corrupción del sistema educativo oaxaqueño es rampante y legendaria. A las escuelas les falta lo indispensable, pero Oaxaca hace 84,000 pagos docentes para 950,000 alumnos, es decir como si hubiera un maestro por cada 11 alumnos; ningún estado, ni siquiera Finlandia, tiene esa relación. La pregunta es, ¿cuántos de ellos verdaderamente dan clases? La burocracia también estaba muy inflada hasta que se decidió intervenir el IEEPO el año pasado y se ha ido reduciendo. La dirigencia de la Sección 22 acusa que la reforma educativa busca privatizar la educación. Es mentira. En realidad pretende hacer pública y de calidad la educación que ellos privatizaron y pauperizaron.
En ese escenario, como sociedad, tenemos dos alternativas: ceder ante los abusos continuados de la dirigencia de la Sección 22, u optar por el cambio, la Constitución y el Estado de derecho. Optamos, pensando en los niños de Oaxaca y de México, por lo segundo.
Por eso, decimos no:
También decimos no:
Y decimos sí:
Oaxaca se debate, literalmente, entre el corporativismo y la corrupción que caracterizaron su S.XX y la mejora educativa y el Estado de derecho que deben caracterizar su S.XXI. Para ello es necesario perseverar en la ruta de cambio que los mexicanos nos hemos trazado.
Tenemos que encontrar un camino que nos permita proceder con el cambio y la mejora educativa en un ambiente de paz y concordia. Es un camino difícil de hallar, pero no imposible. Todos tenemos que contribuir a encontrar ese camino.
Oaxaca nos necesita para defender la educación de sus niños. ¡Firma y pasa la voz! → change.org/DefendamoslaEducacionenOaxaca
* Claudio X. González Guajardo es presidente de @Mexicanos1o www.mexicanosprimero.org
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