Hemos dado seguimiento al regreso de niñas, niños y adolescentes (NNA) a la escuela, hemos hablado de retos y de omisiones que todavía dificultan el regreso seguro, hemos hablado también del impacto positivo que ha tenido para el aprendizaje volver a la escuela y de la importancia que tiene la escuela para acompañar algunos temas socioemocionales de estudiantes y docentes.

A medida que retornamos a las actividades “normales” también nosotros como organización de la sociedad civil hemos podido regresar a las escuelas públicas para observar la realidad y entender lo que está sucediendo en las comunidades escolares. La semana pasada tuvimos oportunidad de visitar seis escuelas en el estado de Yucatán, tres primarias y tres secundarias en Mérida y en algunos municipios. Sin duda, el aprendizaje que nos brinda acercarnos a la realidad escolar es enorme, aquí algunos puntos que podemos destacar:

• Las NNA reportaron que no se la pasaron bien en el periodo de escuela en casa, no aprendieron porque no entendían y no tenían canales suficientes para preguntar a sus docentes ni para convivir con sus pares; sin importar la edad todos dijeron lo mismo: “necesitamos venir a la escuela para poder aprender”. Llama la atención que ninguno mencionó Aprende en Casa.
• Las maestras y maestros están enfrentando una situación emocional difícil, ellos mismos han debido afrontar solos muchos retos personales y eso dificulta que puedan acompañar a sus estudiantes. Sienten que no cuentan con las herramientas suficientes para identificar casos y acompañarlos adecuadamente.
• El estado de Yucatán implementa el programa “Cuenta Conmigo” que coordina la presencia de psicólogos itinerantes -es decir, que están algunos días en una escuela y otros en otra-, es sin duda un avance; sin embargo, observamos que no cuentan con el tiempo suficiente para verdaderamente trabajar con la comunidad escolar y acompañar procesos con las y los docentes para que impacten en los grupos y no solamente en algunos estudiantes catalogados como “problemáticos”.
• Los primeros meses se observó poca interacción social entre las y los estudiantes de un mismo grupo, las maestras y maestros reportaron que llegaron muy callados y quietos, esto generó un gran impacto en los maestros, especialmente en las secundarias porque fue evidente que el confinamiento generó dificultades para convivir. Sin embargo, con los meses la situación se ha ido regularizando y poco a poco las y los estudiantes empiezan a interactuar. Recordemos que, en muchos casos, las y los estudiantes no se conocían entre sí.
• Un caso especial que resalta es el de NN de primero de primaria; maestras y directores reportaron que las y los estudiantes llegaron a la primaria con pocas habilidades propias del preescolar, el proceso de adaptación de las maestras implicó “convertirse en maestras de preescolar por algunos meses” y cuando tradicionalmente las NN de primero empiezan a leer antes de las vacaciones de invierno, este ciclo eso no ha sido posible y muchos llegarán a segundo grado sin habilidades de lectoescritura; y aclaramos, no es un tema de apresurar el proceso de lectura para cumplir con una edad normativa, sino entender que la pandemia y la poca presencia de las NN en el preescolar durante el cierre de las escuelas está generando dificultades para lograr leer y escribir, y sus implicaciones para la trayectoria escolar.
• Las escuelas siguen padeciendo alta carga administrativa, les piden gran cantidad de formatos y formularios para llenar y esto dificulta el seguimiento a las y los estudiantes y la implementación de estrategias enfocadas en el contexto específico; ya lo hemos dicho, pero la realidad lo confirma: debemos escuchar a las comunidades escolares para tomar decisiones pertinentes y que se logre avanzar en los puntos que hoy son fundamentales como evitar el abandono escolar, centrarse en los aprendizajes fundamentales y brindar herramientas prácticas a las y los docentes; todo esto para que puedan acompañar socioemocionalmente a sus estudiantes.

Seis escuelas son muy pocas para entender la complejidad de nuestra realidad escolar, somos consientes de que no podemos generalizar y que falta adentrarnos también en las zonas indígenas y rurales, y en las escuelas que atienden a personas con condición de discapacidad; pero sin duda, la oportunidad de aprender de las y los agentes escolares es valiosa, ayuda a aterrizar la teoría, permite entender los matices y posibilita comprender la diversidad de contextos y situaciones, pero también los patrones que se presentan reiteradamente, especialmente en este ciclo de regreso presencial.

Necesitamos aprender de ellas, que las autoridades las conozcan, las escuchen y tomen decisiones de política que tengan en cuenta lo que sucede en las comunidades escolares y que esto lleve a generar estrategias concretas que puedan ser implementadas en cada contexto. No nos distraigamos, regresemos a la escuela.

* Laura Ramírez (@Laurami0316) es directora de activación de agentes en Mexicanos Primero.