Por: Pedro Zapata (@pedrobisonte)
1976 es un buen punto de partida para contar esta historia. Además de ser el año en que yo nací, fue el año cuando México reclamó soberanía sobre la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de 200 millas náuticas medidas a partir de la costa.
Es fácil olvidarlo hoy, pero el 7 de junio de ese año fue el día en que Luis Echeverría firmó ese decreto; desde ese momento nuestro país creció más del doble su tamaño, al pasar de poco más de 1,960,000 km2 de superficie terrestre a 5,120,000 km2, ya contando la ZEE.
Ese día también marcó un parte aguas para la pesca en nuestro país, porque México se convirtió en custodio y responsable de su mar y todas las especies que ahí habitan y existen, incluyendo los recursos pesqueros.
Pocas actividades han ocupado tantos lugares en la administración pública federal como la pesca. Desde 1976, la institución encargada de la pesca en México ha sido Subsecretaría, Departamento Administrativo (si no se acuerdan qué era esto, es porque es una figura que pasó de moda tras la muerte del último ejemplo relevante: el Departamento del Distrito Federal), Secretaría de Pesca y Comisión Nacional de la Pesca.
Estas instituciones, en distintos momentos, han sido dependientes directamente del Presidente, además de haber estado alojadas dentro de las áreas de Industria y Comercio, Medio Ambiente y Agricultura.
Cada cambio de sexenio, como reloj, se reactiva un rumor y una conversación entre los miembros de la comunidad pesquera en México alrededor de un tema: ¿dónde debe vivir la pesca en México?
Unos hablan con nostalgia del tiempo en que la pesca estaba en la Secretaría de Medio Ambiente, porque había más orden. Otros dicen que debería seguir con las actividades productivas como la agricultura y ganadería, pero como una Subsecretaría, para tener más influencia y recursos.
El pasado mes de septiembre, el diputado por Morena, Jesús Fernando García Hernández, de Guamuchil, Sinaloa, se colocó en el centro de esta sexenal coreografía, al presentar ante la Cámara de Diputados una iniciativa que crearía la Secretaría de Pesca y Acuacultura.
Es difícil anticipar el futuro de esta iniciativa, pero tres factores nos obligan a tomarla en serio:
Sin duda este tema se discutirá ampliamente en los próximos meses y Oceana participará con entusiasmo en ese debate. Sobre todo lo haremos ayudando a los participantes y a los tomadores de decisiones a recordar 3 cosas:
El debate que deberíamos estar teniendo no es sobre la casa administrativa del manejo pesquero, sino sobre su efectividad. Si la conclusión del debate es la creación de una Secretaría de Pesca y Acuacultura, qué bueno, pero que ello no nos distraiga de exigir más transparencia, orden, una visión de largo plazo, combate a la pesca ilegal, manejo pesquero basado en la mejor evidencia científica y todas las demás demandas que los amigos de la pesca sustentable hemos tenido hace años.
Ya no podemos esperar más. Se nos acaba el tiempo para poner manos a la obra y restaurar la abundancia de nuestros mares.
Este nuevo gobierno tiene la oportunidad de mirar con seriedad el mar como no lo hemos hecho en mucho tiempo. El presidente López Obrador es de un estado costero donde las comunidades pesqueras viven de primera mano las consecuencias de no tomar en serio la actividad. Su gobierno debe de hacer de la pesca sustentable una prioridad nacional, y para esos esfuerzos encontrará en Oceana un aliado decidido.
* Pedro Zapata es vicepresidente de Oceana Mexico, organización internacional centrada exclusivamente en la conservación de los océanos; la protección y restauración de los mares del mundo, y en cambios de política pública para aumentar la biodiversidad y la abundancia de la vida marina.
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