Por: Carlos Martínez Velázquez (@carlosmartinezv)
Conforme han cambiado los estilos de vida de las personas, se han modificado sus hábitos alimenticios. Lo anterior ha generado una discusión global sin precedentes sobre la nutrición humana. Por un lado hay cada vez más personas que sufren de obesidad y sobrepeso, mientras 805 millones de personas en el mundo sufren fuertes carencias alimentarias y 2 mil millones de personas sufren de déficits de micronutrientes. En México esta paradoja alimentaria es muy clara, mientras 7 de cada 10 adultos sufren sobrepeso u obesidad, hay 18% de menores en todo el país que enfrentan problemas de nutrición (bajo peso, baja talla o emaciación).
El mercado de la alimentación nos ha preocupado en Central desde hace algunos años. En 2013 publicamos un estudio sobre la obesidad en México, en el que analizábamos distintas aristas del problema y observábamos el tipo de políticas públicas que se podían instrumentar para atacarlo. El pasado 21 de octubre de 2015 presentamos el estudio “El mercado de los suplementos alimenticios en México. Regulación, competencia y política social”, en el que abordamos el otro lado del problema, es decir, cómo los suplementos alimenticios pueden ayudar a mejorar la nutrición.
El Reporte Mundial de Nutrición 2014 muestra que una de las políticas sociales de intervención que ayudan a mejorar las condiciones nutricionales en los países son los suplementos alimenticios, sobre todo en poblaciones vulnerables. Asimismo, de acuerdo con el Banco Mundial y datos del Instituto Internacional de Investigación de Políticas de Alimentos (IFPRI, por sus siglas en inglés), mejorar la nutrición de los habitantes de países con déficits nutricionales puede ayudar al desarrollo económico, al optimizar las condiciones de salud de las personas. Por lo anterior, consideramos que es impostergable debatir sobre el mercado de los suplementos alimenticios en México y sus impactos.
Como ya lo hemos apuntado, el mercado de los alimentos necesita repensarse en el marco de los cambios en los hábitos de consumo, tecnología y los mercados agrícolas globales . En este entramado se encuentran aquellos productos que ayudan a mejorar la nutrición y, que, en muchos casos, forman parte de las políticas gubernamentales de combate a la pobreza. Los suplementos alimenticios, además de mejorar la nutrición de las personas, pueden ayudar a conservar niveles saludables de los procesos fisiológicos, manteniendo el equilibrio homeostático del cuerpo humano. Por lo anterior, es importante entender que los suplementos alimenticios tienen una variada gama de propósitos, van dirigidos a distintos tipos de poblaciones y presentan distintas formas en el mercado.
De acuerdo con lo que hemos analizado, el mercado de estos productos en México es de casi 11 mil millones pesos anuales y en crecimiento. Sin embargo, hay poca información a los consumidores sobre qué son estos productos, qué riesgos pueden representar y qué beneficios se obtienen. Asimismo, existe poca información pública sobre el impacto que tienen en la política social, sobre todo en poblaciones de mujeres y niños en contextos de marginación y pobreza.
El estudio que presentamos pretende unir un triángulo que hoy vemos fraccionado. En un lado está el mercado y su regulación, en otro la mitigación de los riesgos sanitarios y, por último, la garantía de derechos básicos (salud, alimentación e información). El marco regulatorio legal actual se ha quedado corto para asegurar el crecimiento ordenado del mercado, a la vez que se reduce la probabilidad de riesgos a los consumidores y se cuenta con una perspectiva de derechos humanos.
Una de las razones que observamos de lo anterior es que hay vacíos en la legislación que limitan el actuar de los reguladores, dan incertidumbre a los agentes económicos y no están centrados en los derechos del consumidor. Por ejemplo, la Ley General de Salud define de manera vaga los suplementos alimenticios, con lo que eleva los costos para que la autoridad ejerza sus funciones. En cuanto a la información a los consumidores, seguimos observando pautas publicitarias de “productos milagro” que pretenden engañar a quienes las ven. Y si bien la autoridad en la materia (Cofepris) ha actuado con todas las herramientas a su alcance en contra de esta publicidad y observamos cada vez más decomisos en la materia, pensamos que reforzar las definiciones en la misma ley les podría ayudar en su trabajo (finalmente, la autoridad sólo puede hacer lo que la ley le permite).
Para unir ese triángulo del que hablaba, en el estudio presentamos las siguientes recomendaciones:
De política pública
En el ámbito regulatorio:
El estudio completo y su anexo lo pueden descargar en esta dirección.
P.D. Felicidades a todo el equipo de Animal Político por el aniversario de @Pajaropolitico.
* Carlos Martínez es Director de Central Ciudadano y Consumidor, y coordinador del estudio “El Mercado de los suplementos alimenticios en México”.
Ver los reportes de Seguridad Alimentaria del Banco Mundial. Datos disponibles aquí. Campaña global “9 billion bowls” impulsada por Thomson Reuters.
International Food Policy Research Institute. 2014. Global Nutrition Report 2014: Actions and Accountability to Accelerate the World’s Progress on Nutrition. Washington, DC
Martínez, Carlos. 2013. Hacia un consumidor responsable contra el sobrepeso y la obesidad. Diagóstico, análisis y propuestas. Policy Brief, Distrito Federal: Central Ciudadano y Consumidor.
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