Ha pasado más de un año de confinamiento por la pandemia por covid-19, y sigue siendo necesario señalar las desigualdades exacerbadas que viven diversos grupos de atención prioritaria, entre ellos niñas, niños y adolescentes (NNA), sobre todo en el acceso al derecho a la educación y a herramientas para el aprendizaje a distancia. Las NNA están sufriendo impactos además por el rol de género en las tareas domésticas y de cuidado. Muchas de ellas tienen una carga extra de trabajo en casa, lo que les impide dedicarse a la escuela y al juego.
De acuerdo con UNICEF, en México, 25.4 millones de alumnos y alumnas de educación básica y 5.2 millones de estudiantes de educación media superior siguen sin asistir a las escuelas luego de que fueron cerradas para prevenir la propagación del virus. El confinamiento por más de un año ha impactado a niñas, niños y adolescentes no solo en el aprendizaje, sino en su salud mental, su acceso a alimentos nutritivos o en el aumento del ciberacoso.
Hasta 2020, el INEGI contabilizó en México 36.8 millones de niñas y niños y adolescentes, de hasta 19 años de edad; 16.8 millones son mujeres y 17 millones son hombres. De estas personas, 469 mil se consideran afromexicanas y 1.9 millones son hablantes de una lengua indígena. Una cuarta parte de las NNA en el país, 9.5 millones, carecen de una afiliación a algún servicio de salud, mientras que el acceso a la educación se agravó con la contingencia sanitaria.
Ya antes de la pandemia, un millón 386 mil 46 niñas y niños de 5 a 14 años en México no asistían a la escuela, y en la adolescencia el problema era más grave: 4 millones de las y los adolescentes de 15 a 19 años no estudiaban. Luego de la crisis por la pandemia por covid-19, alrededor de 3 millones de estudiantes de preescolar, primaria y secundaria desertaron de sus escuelas, de acuerdo con una encuesta del INEGI.
Vale la pena recordar ahora que durante 2020, UNICEF, en conjunto con el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la Universidad Iberoamericana de México y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), levantó la Encuesta de Seguimiento de los Efectos de la COVID-19 en hogares con niñas y niños (ENCOVID19 Infancia (https://www.unicef.org/mexico/informes/encuesta-encovid19infancia ), entre cuyos principales hallazgos están los siguientes:
A más de un año del inicio de la pandemia, los problemas de las NNA no han cambiado, sólo se han profundizado. Al mismo tiempo, hace falta una mirada interseccional para entender los impactos diferenciados de las medidas por la emergencia sanitaria en NNA, evitar la fragmentación de acciones públicas y garantizar su derecho a un proyecto de vida.
Recordemos que la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado internacional de las Naciones Unidas, se funda en los principios de no discriminación, interés superior de niñas y niños; derecho a la vida, supervivencia y desarrollo, y participación infantil. Además, establece que NNA tienen derecho a vivir sin violencia, sentirse protegidos y queridos, ser respetados en su cuerpo, tener alimentación, atención médica, tiempo para jugar y descansar, decir lo que piensan y ser escuchados. Las personas adultas que les rodean deben asegurarse de que estos derechos se cumplan. En tanto, la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México reconoce que NNA son iguales ante la ley y merecen un trato igual y equitativo.
Como lo han señalado las Naciones Unidas, es indispensable considerar que las restricciones para proteger la salud pública deben ser proporcionales, mínimas y limitadas en el tiempo; que es necesario velar por el interés superior de las y los menores; que hay que encontrar soluciones creativas y alternativas para garantizar el derecho al descanso, ocio, juego y actividades culturales y artísticas; que la educación en línea no debe aumentar las desigualdades o reemplazar la interacción alumnado-profesorado; que NNA deben ser alimentados y contar con atención médica; y que es importante protegerles cuando su vulnerabilidad se incrementa por circunstancias excepcionales.
En México los niños, niñas y adolescentes son titulares plenos de derechos. Son menores de edad y existen principios como el interés superior, el principio de autonomía progresiva y el de ser escuchado y tomado en cuenta en asuntos que tienen que ver con sus derechos y su estado jurídico. Si tomamos en serio los derechos y el principio de igualdad, tendremos que asegurar que niños, niñas y adolescentes vivan infancias felices.
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