No me da pena decirlo. En cuanta boda me paro me empiezan a cantar: “Ya llegó/ ya llegó/ ya llegó Beto el bailador”, así que no me sorprendió ni tantito que una súper poderosa integrante de mi CISEN –recientemente viuda– me llamó hoy por la mañana para invitarme como su pareja al próximo enlace de mi–a-do-ra-da Ninfa Salinas Sada, la guapa rubia ojiazul que es diputada federal del Partido Verde y que se casa el próximo 3 de diciembre con el empresario Rodrigo Ripstein.

¿Queeeeeé meeeeeee pooooooongooooooo? Fue lo primero que le grité al otro lado del celular a mi amiga, quien de inmediato me dijo, #lamuycabraian, que fuera pensando en qué iba a empeñar para comprarme algo decente para la boda de la hija del empresario Ricardo Salinas Pliego, porque EL evento iba a ser en el lujosísimo hotel Imanta de Punta Mita y que como invitados están desde políticos de primer nivel hasta empresarios con sus apellidos muy bien puestos en el top de mexicanos en la lista de Forbes. #Oooooobvio confirmé.

En palabras de mi #informanta la historia de amor de Ninfa y Rodrigo comenzó a escribirse los últimos meses de 2010. En ese entonces ella ya tenía un tiempecito que había cerrado el ciclo de su relación con Bernardo Sepúlveda Iturbe, hijo del ex canciller Bernardo Sepúlveda Amor, con quien se casó el 29 de noviembre de 2008. Por su parte, Rodrigo se encontraba en la lista de #solteroscotizados pues de igual forma tiempo atrás había concluido su matrimonio con la modelo Marina Letuchaya –con la que se casó en febrero del 2005 en Casa del Mar, Acapulco–, y con procreó dos pequeñines que son-lo-má-xi-mo!

Del vestido de la novia también me contaron detalles, pero me prohibieron hablar… por lo pronto. Pues es una gran gran gran sorpresa para el novio. Oleeeeee, ya quiero que sea diciembre #amolasbodas, mientras tanto los dejo, me tengo que ir a buscar si encuentro algo (de mi talla) en las Rebaxas de Saks #Conper.

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