“Bienaventuradas sean las manas, porque si no esto sería catastróficamente aburrido”, eso dijo en una ocasión Carlos Monsiváis mientras estábamos en una fiesta en una casa en Coyoacán y, de la nada, el espíritu de Lola Flores se apoderó de uno de los convidados quien con clavel en la oreja se aventó un popurrí de “La Faraona”. La promesa del espectáculo tenía alrededor de seis décadas, alopecia total y una seguridad a prueba de balas. No voy a decir su nombre porque es medianamente conocido, lo cierto es que estaba sobrio, cantaba es-pan-to-so, pero tenía mucha gracia y lo sabía. Él sólo nos quería hacer reír. Cuando terminó su espectáculo corrí a pedirle el teléfono de su psicólogo. Esa sí era seguridad en sí mismo y no pedazos. Me contestó: “Así nací, flaquito”.

Y sí, hay gente que nace con el don de la gracia. Con los suficientes huevos para pararse frente a un escenario o frente a su webcam y mostrarnos los que ellos están convencidos que es talento, sabedores que inevitablemente arrancarán risas e incluso burlas. No les importa. En eso consiste uno de sus fragmentos de felicidad. Ese es el caso de Hugo, de ahora en adelante #MiHugo: un joven que hoy por la mañana encontré en YouTube y me pareció fantástico, valiente, arrebatado y, desde luego, muy divertido. Con un estilo particular #MiHugo rinde tributo con verdadero sentimiento a esos divos de la música que son Juan Gabriel y Rocío Dúrcal. Con ello #MiHugo cumple uno de sus sueños: cantar y que lo vean volcado en su interpretación.

#YoConfieso que primero me doble de la risa. Luego, la segunda vez que lo vi me conmovió. La tercera dije, si Hugo quiere que lo vean, vamos ayudarle a que lo vean así que, aunque no tengo el placer de conocerlo, lo menos que puedo hacer por este carismático joven es contribuir a difundir su video. Más allá de lo que van a ver, estoy convencido que debería de haber muchos Hugos en el mundo: chavos que le cantan a la vida y, de paso, nos hacen sonreír. Felicidades Hugo.

http://youtu.be/bE3vBEgry2k