“Y todo para qué y todo para qué…” así me dijo llorando ayer en la noche –con el móvil en una mano y una botella de Tonayan en la otra–, una de las integrantes de #MiCISEN a quien el resto del grupo le apodamos “La Chispita de la Política” debido a que, de unos años para acá, se la pasa en permanente cacería de los solteros más cotizados que trabajan en el gobierno.

#MiComa tenía razones de mucho peso para tomarse por completo ese mezcal. Y es que durante todo el mes de diciembre y lo que va de enero había estado tomando clases intensivas de baile, específicamente de salsa, con el fin de llegar a la fiesta de cumpleaños del doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa y demostrarle que, como dijo un poeta que no recuerdo su nombre: “donde hay buen movimiento vertical, hay buen movimiento horizontal”.

Pero se la peló. Mi amiga fue testigo cuando el propio Jefe de Gobierno del Distrito Federal, ayer en la tarde, dio instrucciones a sus asistentes para que le bloquearan en su agenda la hora de la comida del día de hoy, jueves 16 de enero, pues celebraría la llegada de sus 48 años acompañado de sus dos hijitos: Miguel Ángel (de nueve años) y Leonardo (de seis) quienes, como ya les he dicho antes, son fruto del matrimonio que tuvo #LongTaimAgo con Magnolia, su segunda esposa.

“Es lo único que voy a hacer para mi cumpleaños”, dijo el alcalde a sus subordinados y mi amiga, quien escuchó la lapidaria frase, inmediatamente después se fue a refugiar al baño. Algunos se percataron que necesitaba estar en privado para llorar. Pero en realidad, #MiComa se encerró para poder llamar al servicio a domicilio de La Europea. Las penas con mezcal son menos. #HastaLaVistaBeibis.

Se tiene planeado que sean los prqueños  Miguel Ángel, de nueve años, y Leonardo, de seis, quienes apaguen las velas del pastel de su papá Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien hoy cumple 48 años. FOTO: Cuartoscuro.com

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