Por: Brando Flores (@ciudadanobrando)
En cada proceso electoral el movimiento feminista, de la diversidad, de las mujeres, persigue que aquellos derechos y libertades ganadas en ámbitos institucionales no retrocedan, permanezcan y si es posible, avancen un poco más.
Si hacemos un breve y escueto recuento, el retroceso en materia de igualdad es la constante. Si lo ponemos en términos de indicadores, el Informe sobre la Brecha Global de Género (Global Gender Gap 2017) que elabora el Foro Económico Mundial, coloca a México en la posición 81 de entre 144 países analizados, cuando hace apenas un año ocupaba la posición 66. Este retroceso nos coloca justo como estábamos 6 años atrás, en el inicio de la gestión de Enrique Peña Nieto.
Es importante mencionar que es la primera vez, desde que comenzó a hacerse este informe (2006), que se registra una tendencia de retroceso mundial. Las principales regresiones para México están en la participación económica, el empoderamiento político y en el índice de salud y supervivencia.
Garantizar la participación de las mujeres en condiciones de igualdad, erradicando la brecha salarial, la segregación laboral, la sobrecarga de trabajo no remunerado (doméstico y de cuidados) que realizan las mujeres, reconociendo los derechos laborales de aquellos colectivos de mujeres que se encuentran en una situación particular de exclusión, son tópicos en los que no hubo las reformas estructurales necesarias para su avance. En el caso específico de las trabajadoras del hogar, hubo promesas que no se cumplieron a nivel federal.
A pesar de una diversidad de políticas contenidas en el Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres (PROIGUALDAD), impulsadas desde instancias como el INMUJERES, estas no se han traducido aún en cambios reales para la vida cotidiana de las mujeres.
La violencia contra las mujeres es otro de los asuntos prioritarios agravados durante este sexenio. De acuerdo con estadísticas oficiales, hoy 7 de cada 10 mujeres manifiestan haber sufrido algún tipo de violencia y los feminicidios, su expresión más terrible, ascendieron a 7 diarios en promedio durante 2017.
La paridad electoral podría ser retomada como un avance ya que este año se celebrarán las elecciones más grandes: 3,416 cargos incluyendo la Presidencia de la República, 500 diputaciones en el Congreso de la Unión, 982 diputaciones locales, 16 alcaldías y 1596 integrantes de Ayuntamiento, además de 160 Concejales de la CDMX. La mitad de todas estas candidaturas serán para mujeres.
Las reformas que garantizan la paridad fueron las únicas reformas estructurales en las que el camino avanzado por el movimiento de mujeres que impulsa la participación política ya tenía un largo recorrido, y porque justamente Peña Nieto no intervino en su desarrollo como sí lo hizo en las otras reformas.
A pesar de lo ganado, la labor de mantener vigente y prioritaria la agenda de igualdad en tiempos electorales es cada vez más compleja y en este proceso específico se han presentado particularidades que la colocan en un punto donde podría ganar o perder como hacía tiempo no sucedía. ¿Qué elementos propician esto?
Coaliciones que no plantean grandes sacrificios en pos de la gobernabilidad ni capacidad de adaptación en asuntos históricamente contrapunteados como el matrimonio igualitario o el aborto. Aquí solo se opta por el silencio ante estos temas.
Estas alianzas y coaliciones han generado incertidumbre en la ciudadanía, dando pie a que diversos colectivos se acercaran a los precandidatos presidenciales para preguntar directamente cuál sería su postura de llegar a gobernar el país. De nuevo, la ambigüedad.
Tomar acciones en contextos adversos
Hace un tiempo que las plataformas que aglutinan las propuestas y principios partidistas dejaron de ser un referente de lo que en la práctica un candidato o candidata puede ser capaz de cumplir. La diversidad de opciones, la agenda propia de cada partido y los temas que la opinión pública plantea como prioritarios en el panorama nacional, hacen más pesado y más hostil el posicionamiento.
Las figuras políticas que llevan la agenda de igualdad en sus prioridades legislativas, en sus acciones de gobierno o como parte prioritaria de su enfoque en las resoluciones judiciales, siempre han sido garbanzos de a libra.
Y aunque recientemente la presencia de movimientos sociales, agrupaciones inéditas de mujeres en todos los sectores, manifestaciones virtuales y del espacio público son cada vez más visibles y de mayor impacto, en el ámbito electoral, por lo menos en el mexicano, el asunto se cuece aparte.
El avance de la agenda parece estar sujeto a un sentimiento de escrutinio que contrasta con una población que tiene cada vez mayor conocimiento de sus derechos.
Hoy las coaliciones no postulan, ni postularán (de no cambiarles el enfoque) temas que les puedan originar un desencuentro con las y los votantes. La fase de precampañas ha dejado claro que el posicionamiento en las encuestas y la percepción de un momento, será el único fiel de la balanza y que el día a día mediático va replanteando los términos del debate respecto de esta y otras agendas como la de corrupción, violencia y seguridad.
Y sin embargo, se hace cada vez más importante saber cómo arribar a la discusión previo el inicio de la campaña formal. Ante esto vale la pena:
¿Qué mecanismos debemos impulsar que vayan más allá de la percepción de un momento visibilizado a lo largo de la jornada electoral, que nos haga comprometerles con la agenda de la igualdad de género?
Parece que el peso del mérito en la propuesta se ha perdido y eso podría deberse a que el electorado ha dejado de tener un papel relevante en la llegada o no de personajes que pudieran desdeñar los derechos humanos, la libertad reproductiva de las mujeres, la igualdad de oportunidades y acceso a derechos de parejas del mismo sexo, el reconocimiento de derechos de mujeres indígenas que incursionan en la política de este país.
Lo que no puede prevalecer es la idea de que el mérito de la propuesta no es importante y que el cargo de elección es la entrada a un espacio que aísla a los gobernantes de su sociedad.
Referencias:
Resultados de la encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares (ENDIREH) 20161, boletín de prensa núm. 379/17 18 de agosto de 2017 consulta aquí. Http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2017/endireh/endireh2017_08.pdf
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