Por: Zenaida Pérez (@Nayiten)
El informe reciente de la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, sobre su visita a México en 2017, concluye que las mujeres indígenas viven múltiples violencias, como la violencia sexual, trata, violencia doméstica y feminicidios. En su informe la relatora destaca: “muchas de las violaciones que enfrentan las mujeres indígenas están conectadas a su estatus de pueblos indígenas, pero la discriminación basada en el género amplifica estos problemas”.
Parte de esta información la recabó durante su visita a México, cuando se reunió con mujeres de diversas redes nacionales de los pueblos Ayuuk, Ch´ol, Chatino, Cucapá, Nahua, Hñahñu, Maya, Mazahua, Mazateco, Me’phaa, Ñomndaa, Ñuu savi, Ocumiche, Ódami, Purhépucha, Ráramuri, Tojolabal, Tseltal, Wixárika, Yaqui y Zapoteco quienes se confluyen en la Asamblea Nacional Política de Mujeres Indígenas (ANPMI), una articulación que busca diálogo de alto nivel con autoridades federales para avanzar en la construcción de políticas públicas con pertinencia cultural.
El 5 de septiembre como cada año, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer Indígena, en este marco las integrantes de la ANPMI hicimos un balance de nuestro quehacer. Reconocimos que desde la adopción, hace más de 10 años, de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas han habido algunos cambios legales, pero lamentamos que éstos han sido resultado de la presión internacional y de los pueblos indígenas a quienes en todo momento el gobierno ha puesto a prueba. El Estado, en el caso de los pueblos, ha omitido su responsabilidad de garantizar los derechos humanos de todos los habitantes del país.
Reunidas en un tercer congreso, las mujeres integrantes de la ANPMI reflexionamos: de toda la población que se asume indígena en México, 13.2 millones son mujeres, por tanto es necesario escuchar nuestra voz en el contexto actual y que se nos trate como sujetas de derecho, como personas completas que se articulan, que tienen una agenda, que han tenido buenas prácticas y propuestas de diálogo para construir la sociedad democrática que queremos y que el país merece.
La salida al escenario político de las mujeres indígenas data de hace más de 20 años, sin que al momento se reconozca su aporte, se les nombre en legislación alguna o se nos mire como actoras más allá de ser beneficiarias de programas sociales. Las mujeres indígenas siguen siendo las más olvidadas, invisibilizadas y discriminadas, en ellas confluyen múltiples violencias.
Buscamos entonces poner en el espacio público nuestra palabra y agenda política que incida en el diseño y adecuación de políticas públicas con perspectiva intercultural y de género, para el pleno disfrute de nuestros derechos y de los pueblos a los que pertenecemos.
Reconocemos que el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes de la OIT 1990; la Declaración de ONU sobre derechos de pueblos indígenas; el artículo segundo Constitucional y el primero en materia de Derechos Humanos y de los pueblos indígenas, son avances que abonan al reconocimiento de algunos derechos. Sin embargo, hace falta materializarlos en políticas públicas pertinentes.
En el sexenio que está llegando a su fin, particularmente se olvidó a los pueblos y a las mujeres indígenas. Para muestra un botón: en 2017 el presupuesto del anexo 10 se redujo en un 12.15 % en relación al 2016 y el presupuesto para la CDI en un 50.20 %. Permaneció una política de simulación, que mediante foros pretendió dar respuesta a las demandas históricas de los pueblos indígenas que no fueron atendidas en el sexenio.
Desde la ANPMI demandamos al gobierno electo que abra los espacios de diálogo e interlocución con las mujeres indígenas, no sólo en este inicio, sino en todo el gobierno. Hemos construido planteamientos claros y voluntad de contribuir en el diseño, implementación, seguimiento y la evaluación de las políticas públicas, programas y acciones destinadas a mujeres indígenas.
Esta Declaración reitera y exige que cesen las políticas de simulación. Cumplimiento de acuerdos y tratados internacionales en materia de derechos y pueblos indígenas. Honor a los aportes, memoria y palabra de mujeres de las primeras generaciones, de las mujeres presentes y de las que vengan en adelante. NUNCA MÁS UN MÉXICO SIN LAS MUJERES INDÍGENAS.
* Zenaida Pérez es una mujer mixe, integrante de la Asamblea Nacional Política de Mujeres Indígenas y coordinadora del Programa de Mujeres Indígenas del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
Referencias:
De los estados de Baja California, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Veracruz y Yucatán.
Integrada por las redes: Red Interdisciplinaria de investigadores de los Pueblos Indios de México (IINPIM), Red Nacional de Casas de Mujeres Indígenas (CAMI), Red Nacional de Mujeres Indígenas: Tejiendo derechos por la Madre Tierra y Territorio (RENAMITT); Colegiado Interdisciplinario de Mujeres Indígenas (COIMIN); Red de Intérpretes y Traductores de Lenguas Indígenas (RNITLI); Red Nacional de Mujeres Jóvenes Indígenas (RENAMUJI); Red Indígena de Turismo de México (RITA), y Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (CONAMI)
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