Ni chip para control mental, ni un plan intencional, estas afirmaciones sobre la COVID-19 son falsas
Una publicación en Facebook que habla sobre “las profecías bíblicas” asegura que en la biblia se habla del “Nuevo Orden Mundial”. Según su interpretación de las escrituras religiosas: “el coronavirus son solo las riendas para manipularnos, desestabilizarnos, crear pánico, odio y ya de paso exterminar gran parte de la población más vulnerable, para atraernos al Nuevo sistema de Gobierno”.
Sin embargo, la investigación científica publicada hasta ahora demuestra que el virus SARS-CoV-2 que causa COVID-19 tiene un origen natural. No hay nada que indique que pueda ser manipulado con algún propósito.
Aún así esa publicación ya se compartió más de 4 mil veces. Algunos usuarios han comentado cosas como “Gracias por explicarlo tan claro” o “todos seremos marcados por la vacuna”.
En esta otra verificación te contamos que de acuerdo con un artículo publicado en “Nature Medicine”, “el SARS-CoV-2 no es una construcción de laboratorio o un virus manipulado a propósito”. Kristian Andersen, profesor de la Scripps Research, junto con profesores de la Universidad de Tulane, la Universidad de Sidney, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Columbia, fueron quienes realizaron la investigación.
Incluso, en la revista The Lancet, un grupo de científicos e investigadores publicaron una postura al respecto, “para condenar enérgicamente las teorías de conspiración que sugieren que COVID-19 no tiene un origen natural”.
No hay ningún chip en las vacuna contra COVID-19 que se están probando
La publicación de Facebook también dice que “crearán una vacuna (con nanotecnología) y chip obligatorios, con lo cual pueden llegar a controlar la mente humana (…) Nadie podrá comprar ni vender sin el microchip implantado”.
Pero esto tampoco es cierto. Las vacunas candidatas para COVID-19 deben ser aprobadas por la OMS luego de pasar por varias fases de investigación. Esto se hace para evitar que las vacunas causen algún daño y para probar su efectividad.
La Doctora Rocío Tirado Mendoza, profesora del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, nos explicó:
“El hecho de considerar la posibilidad de poder poner un chip que pudiera llegar a utilizarse para seguimiento de las personas, o para generar algún tipo de mutación o alteración, no estaría cumpliendo con las medidas sanitarias que se exigen”.
También nos dijo que si eso fuera posible, los costos de producir una vacuna con nanotecnología para toda la población mundial haría que ese producto fuera extremadamente caro lo que lo hace poco viable.
El jefe de Asuntos Científicos de la División de Vacunas del laboratorio Pfizer, Alejandro Cané, ha repetido en varias ocasiones que ninguna vacuna tiene un chip para controlar a nadie. Ni los controles sanitarios y legales, ni los costos, ni la tecnología actual permitiría introducir un chip en las vacunas contra el COVID-19 que están aún en desarrollo.
En conclusión no hay pruebas científicas que sostengan que la COVID-19 se propaga de forma intencional con fines políticos y económicos. Tampoco es verdad que las vacunas contienen un chip para control mental.
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