El desempleo avanza mucho más rápido que el COVID 19. El 8 de abril, la Secretaría del Trabajo informó que entre el 13 de marzo y el 6 de abril, se habían perdido casi 350 mil empleos formales registrados en el IMSS.
En la conferencia presidencial de la mañana presentó esta gráfica:
La gráfica tiene una pendiente mucho mayor que la curva que presenta diariamente el subsecretario López Gatell con las infecciones de COVID en México. Y está en una escala mucho mayor.
En cada día de abril, entre el 1 y el 6, se perdieron en promedio casi 25 empleos. Si la tendencia se mantiene -esperemos que no- antes de fin de mes habría otros 500 mil empleos formales perdidos, que se sumarían a los 350 mil ya perdidos.
No hay manera de pedir a la gente que escoja entre el dilema de contagiarse de COVID para tener algo de qué vivir o irse a su casa sin sustento. Esa es la “alternativa del diablo”, no es aceptable.
Urge aplanar la curva del desempleo. Urge un plan de gran escala para mantener al 100% los empleos y salarios.
Nuestra propuesta para cuidar empleos consiste en “tiros de precisión” no escopetazos: las empresas con reducción drástica de ingresos derivada de la emergencia y que mantengan intacto el pago a sus trabajadoras (es), podrían recibir un subsidio equivalente al monto total de la nómina, con cargo a los recursos públicos.
Esto es muy diferente a un “escopetazo” de dispendio de recursos con subsidios generalizados, como dejar de pagar la luz o al IMSS. Estas medidas además pueden ser totalmente irrelevantes para quienes están en ingreso cero.
Es importante entender que no todas las empresas tienen reducción drástica de ingresos. No todos los sectores económicos están en crisis grave. Hay que usar los datos del SAT y el IMSS para otorgar subsidios al empleo vía las empresas.
Además, hay que mantener la planta productiva con créditos blandos. También con tiros de precisión y con condiciones. Usando los datos de ingresos del SAT en meses y años previos se puede abrir una línea de crédito ágil e inmediato, por montos ajustados a la caída de ingresos derivada de la emergencia, para todas las empresas.
Pero con una condición más. Las empresas que se acojan a este programa de liquidez tendrán que presentar un plan de mejora laboral. Un plan verificable a 2 ó 3 años, para que una vez que inicie la recuperación, se comprometan a la mejora de las condiciones laborales.
Toda empresa que reciba apoyos de liquidez debe cumplir escrupulosamente con los derechos laborales: salario remunerador, afiliación total y pago completo al IMSS, contratos estables para puestos estables y derecho a la libre sindicalización y negociación colectiva. Y por supuesto evitar contratos de outsourcing ilegal y abusivo.
Las condiciones impuestas a este apoyo permitirán agilizar e incentivar la discusión sobre cómo lograr la transición para que la protección social sea derecho universal y no “prestación laboral”.
Contando con un plan de apoyo de emergencia y recuperación, se puede empezar a construir un plan de largo plazo y gran calado para desvincular la seguridad social del contrato laboral.
El objetivo sería que el acceso a servicios de salud, el ingreso en caso de desempleo o incapacidad, los servicios de cuidado y la pensión mínima garantizada se conviertan en derecho de las personas. Con un plan progresivo de cobertura universal y con un esquema de financiamiento con impuestos generales y no con cuotas obrero-patronales.
La transición podría iniciar con los servicios de salud. Tenemos que aprender de esta pandemia del Covid para enfrentar la pandemia de sobrepeso y obesidad. Pues también es letal. Esta pandemia “silenciosa” y normalizada es la causa precursora de al menos 70 mil muertes prevenibles por enfermedades del corazón y diabetes mellitus, en 2018.
Por lo pronto, hay que entenderlo bien. En México no hay seguro de desempleo ni esquemas de “welfare” (bienestar) para quienes no tienen para comer. El primer paso es proteger los empleos y parar el desempleo. Aplanar la curva del desempleo es tan urgente como aplanar la curva del COVID.
Un último detalle. Necesitamos información. Solicitamos: a) A la STPS, para que informe semanal o quincenalmente la evolución de pérdida de empleos registrados en el IMSS. b) Y al INEGI para que retome cuanto antes alguna modalidad para tener datos de ocupación y empleo, para saber que pasa con los 32 millones que no están registrados en el IMSS (algo similar a la ENOE).
Esa información es indispensable para saber qué pasa en esta crisis con las 12.5 millones de personas que trabajan por su cuenta, con las 7.7 millones de personas desempleadas y con los 32 millones de personas cuyo ingreso laboral no es suficiente para mantener a 2 personas (ella y otra más). De esto trata el “Reporte Especial por el Covid-19” del Observatorio de Trabajo Digno que hoy presentó la Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Compartimos el video de la presentación que explica estos datos que muestran el panorama desolador del mundo del trabajo.
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