Este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el Zócalo de la Ciudad de México lució repleto de vallas, aunque con menos presencia policiaca que en años anteriores. Ahí, desde un templete instalado en la plaza principal de la capital, manifestantes lanzaron un mensaje a la presidenta Claudia Sheinbaum, en la primera marcha feminista por el 25N desde que asumió el poder: “no hemos llegado todas, llegaron las de siempre”.
“Hasta que logremos una vida libre de violencia, nosotras no vamos a dejar las calles”, dijeron. “Nosotras seguimos acá desde la dignidad, desde la digna rabia, esa es la que nos mueve, nos mueve la memoria de todas las que nos hacen falta”.
Acompañadas por miles de mujeres que llegaron hasta el Zócalo capitalino, la coordinación 8M Ciudad de México remarcó que en el país muchas mujeres dicen “no hemos llegado todas; mientras no se atienda la causa estructural de la violencia contra las mujeres ni se trastoque la raíz de opresión capitalista, patriarcal y colonial, no hemos llegado todas”.
No será así, describieron, mientras sigan incrementándose las cifras de feminicidio, no se erradiquen todas las formas de violencia machista y las mujeres sigan siendo criminalizadas por resistir al embate patriarcal; mientras las desapariciones de personas sean ocultadas, y mientras persista un sistema cuyas políticas laborales se caracterizan por la carencia de servicios de salud, violencia obstétrica y brechas de desigualdad.
Esto en particular para los sectores más precarizados, como las artesanas, las campesinas y las indígenas, porque la igualdad sustantiva no se decreta ni se resuelve con programas asistenciales, criticaron. “No hemos llegado todas, mientras se sostenga la militarización, porque las consecuencias las paga la sociedad, de un crimen organizado que actúa en varias regiones con una red de complacencias del propio Estado”, se reclamó en altavoz.
Todo ello en un contexto nacional en el que de enero a octubre de 2024, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 667 feminicidios, así como 5 mil 061 homicidios dolosos y culposos de mujeres. Durante octubre, el primer mes de la administración de Sheinbaum, se informó de 69 feminicidios y 480 asesinatos de mujeres a nivel nacional.
En tanto, la Comisión Nacional de Búsqueda ha registrado históricamente la desaparición de 27 mil 064 mujeres; 2023 fue el año con mayor cantidad de reportes, que sumaron 12 mil 044, pero en lo que va de 2024 se han contabilizado 11 mil 026 mujeres desaparecidas y no localizadas.
Después de hacer un pase de lista de víctimas de feminicidio y desaparición, las manifestantes lamentaron al micrófono que sería imposible mencionarlas a todas, porque mañana se volverá a tener noticia de 11 a 13 feminicidios a lo largo y ancho del país, gritaron ante un Palacio Nacional con puertas y ventanas cerradas, que había sido vallado por completo, junto con la Catedral Metropolitana, desde la noche del domingo.
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La jornada conmemorativa del 25N empezó desde las primeras horas del lunes, con manifestaciones diversas sobre Paseo de la Reforma, como la instalación “Florecemos juntas”, un pasillo de flores con pizarrones donde las mujeres podían escribir sus miedos y expresarlos en colectividad, o el espacio activista de la organización Ipas por una sentencia justa en el caso Beatriz vs el gobierno salvadoreño en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para sentar precedente en la región por el derecho al aborto.
Más tarde, en la Glorieta de las Mujeres que luchan se congregaron contingentes con toda clase de demandas para eliminar la violencia hacia las mujeres, desde la justicia por casos de su forma más extrema, el feminicidio, pasando por la respuesta a la crisis de desapariciones, la visibilización de la violencia vicaria, la exigencia de sanciones para la violencia digital o el aborto legal en todo México.
De hecho, horas después, mientras en el templete se criticaba la decisión del Congreso de la Ciudad de México de aplazar la discusión de la iniciativa para eliminar el delito de aborto del código penal local, el del Estado de México, a esa misma hora, pasadas las 5 de la tarde, lograba avanzar a lo que en la capital es un hecho desde 2007: la despenalización hasta la semana 12.
La marcha transcurrió así, entre buenas y malas noticias. Los edificios gubernamentales, religiosos y comerciales permanecieron cerrados y vallados, de manera muy anticipada, igual que en otras administraciones, incluida la del expresidente Andrés Manuel López Obrador, pero la presencia policiaca en el trayecto de la manifestación se redujo.
Incluso comparada con la marcha feminista inmediata anterior, la del 28 de septiembre por el Día de Acción Global por el aborto legal, cuando líneas de mujeres policías y del cuerpo antimotines flanquearon a las manifestantes por ambos lados sobre Avenida Juárez y provocaron empujones a la altura de Bellas Artes, esta vez se evidenció que los elementos policiacos se mantuvieron a distancia en las calles aledañas y solo varios metros adelante de la vanguardia, entre 10 y 15 policías siguieron el trayecto.
Carla recordó que su tía Azul siempre olía a flores. A sus siete años, decidió acompañar a su familia para exigir justicia por el feminicidio de su tía, el cual ocurrió el 3 de marzo de este año en la alcaldía Iztapalapa.
Ella, junto con dos de las hijas de Azul, caminó al lado de una pancarta con el rostro de su tía. “Quiero a mi tía y la quiero ver feliz allá en el cielo”, dijo. “Ella siempre olía flores y entonces quiero decirle que la amo, que siempre va a estar en mi corazón”.
Con un paliacate morado y su puño en alto, Carla hizo un último llamado al gobierno mexicano: “que el gobierno ya encarcele a todos los hombres que han matado a todas las niñas, a todas las mujeres, y que se haga justicia para mi tía”.
María José, hermana de Azul, compartió que el presunto agresor está en prisión preventiva, pero por el delito de violencia familiar, y no de feminicidio, ya que la Fiscalía de la Ciudad de México clasificó la muerte de la joven de 22 años como un suicidio.
“Quiero que se reabra el caso de mi hermana, porque no se puede quedar así”, reclamó.
Además de Carla, la marcha del 25N también fue espacio de lucha para otras niñas y adolescentes.
Durante 4 años, Ari le pidió a su mamá, Viridiana, poder ir a una marcha feminista. Su primera manifestación fue en 2023, también en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Esta ocasión, juntas caminaron cargando la silueta de una niña, el cual tenía el mensaje: “que mis amigas me vean en persona y no en una lápida”.
La niña de 10 años dijo que quería salir a protestar “por todo el daño que han hecho contra las mujeres” y “para que no se queden calladas las personas”.
“Me da miedo caminar sola por las calles, o caminar con mi mamá, porque si está oscuro pasa algo, si hay sol pasa algo”, lamentó.
Andrea Alvarado se unió este lunes a la marcha por el 25N como parte de la asociación Mamá, hija e hijo en libertad, conformada por mujeres que viven violencia vicaria y otras formas de agresión.
El hijo de Andrea fue sustraído por su papá, contra quien ahora tiene en marcha un proceso legal y penal. Explicó que la violencia vicaria es precisamente la sustracción por parte de la pareja, o una persona con la que se guarda relación sentimental, para dañar a las mujeres.
“Llevo algunos meses, después de casi cuatro años, que he podido lograr verlo”, dijo. Antes, la sustracción y el proceso legal en curso, así como su papá, le habían impedido verlo. Sin embargo, en la asociación, junto a otras mujeres, encontró incluso el apoyo psicológico que necesitaba.
“Vivir violencia vicaria la verdad es que es bastante fuerte en cuestión psicológica, caí en una depresión, entonces nosotras nos enfocamos en la salud mental, porque es muy difícil estar en estos procesos legales, que estás en constante violencia. La verdad es que me ayudaron muchísimo”, contó Andrea.
Yazmín García, otra víctima de violencia vicaria que salió a las calles este 25N a exigir la visibilización de este tipo de agresión, no ha podido ver a su hija de 6 años desde hace 9 meses, y también enfrenta un proceso legal.
“Lo único que pedimos es justicia para nuestras hijas, competencia de los jueces ante denuncias falsas a nuestra persona, violencias por denuncias familiares las cuales son totalmente falsas y los ministerios públicos y jueces se coluden en este tipo de violencias para con nosotras. Los procesos son muy largos, tenemos casos de tres, cuatro años que perdemos la restitución de nuestros hijos por la falta de resolución de los jueces”, lamentó.
Una práctica común, explicó, es que los agresores inician carpetas falsas, y en lo que estas se desahogan, los hijos son al mismo tiempo alienados, lo que forma parte del propio mecanismo de violencia. Remarcó que en ese escenario, las peores consecuencias las sufren las y los niños. Además, las autoridades tienen una parte de responsabilidad porque se vuelven cómplices de quienes ejercen la violencia.
Estas exigencias se escucharon en la marcha por el 25N en un contexto en el que el Gobierno de México no ha enviado su información y observaciones al primer caso de violencia vicaria que ha admitido la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de Blanca Estela Paredes, para lo cual tenía como plazo hasta el pasado 13 de octubre.
Además, se oyeron otras consignas como “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, “hija, escucha, tu madre está en la lucha” y “arriba el feminismo que va a vencer, abajo el patriarcado que va a caer”.
Este 25N marcharon las feministas, las madres de mujeres y niñas víctimas de feminicidios y desapariciones, mujeres víctimas de violencia digital, de acoso y agresiones sexuales, madres que viven violencia vicaria, colectivas a favor de la despenalización del aborto y grupos pro Palestina, todas ellas para recordarle al gobierno “que no llegaron todas”, en la primera marcha por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que enfrenta la primera presidenta de México.
Esta es la información que hay sobre el nuevo misil balístico de alcance intermedio lanzado por Rusia y la señal que intenta enviar Putin a Ucrania y Occidente al decidir utilizarlo.
Cuando un misil impactó en la ciudad ucraniana de Dniéper en la madrugada del 21 de noviembre, al principio no se sabía mucho, ni siquiera de qué tipo de proyectil se trataba.
Pavel Aksenov, experto militar del servicio ruso de noticias de la BBC, analizó las evidencias en torno a este misil y qué mensaje intentaba enviar al usarlo el presidente ruso, Vladimir Putin, a Ucrania y Occidente.
Putin declaró que el ataque a la ciudad de Dniéper en el este de Ucrania se llevó a cabo mediante “un nuevo misil convencional de alcance intermedio” con el nombre en código Oreshnik.
Aunque Ucrania lo niega y afirma que posiblemente fuera un misil Kedr, no hay muchas posibilidades de que se trate de ese tipo de arma.
El lanzamiento de un misil balístico a semejante distancia no puede pasar desapercibido, especialmente en una región que muchas agencias de inteligencia observan de cerca.
El misil es claramente visible durante el vuelo, en particular la llama ardiente que sale del motor del cohete, que puede ser captada por satélites y aviones de reconocimiento.
Los gases de escape de los misiles, que a menudo se observan durante las pruebas o los ejercicios, permiten aprender mucho y conocer las características de los distintos cohetes.
Los analistas pueden deducir aún más estudiando los datos de lanzamiento de un nuevo misil.
Aunque las agencias de inteligencia occidentales no han publicado sus conclusiones, es probable que tengan una idea bastante precisa del tipo de misil.
Por su parte, expertos y comentaristas en medios y redes sociales han elaborado sus propias teorías basadas en otras pistas.
La versión más repetida es que Rusia adaptó el misil balístico intercontinental experimental (ICBM) Rubezh para ataques de alcance intermedio.
En su declaración, Putin aseguró que el misil estaba equipado con una “carga útil hipersónica no nuclear” y que sus ojivas “atacaban objetivos a una velocidad de Mach 10, es decir, de 2,5 a 3 km/s“.
La ausencia de una ojiva nuclear era evidente, aunque su velocidad hipersónica se ha puesto en duda.
En su informe sobre misiles nucleares balísticos, la organización no gubernamental Centro para el Control de Armas y la No Proliferación ofrece una cifra inferior: 3.200 km/h, casi 900 m/s.
Es muy difícil interceptar ojivas que viajan a tales velocidades.
Este misil tenía una ojiva separable, y es esto lo que causó más confusión entre los expertos.
Un video grabado en el momento del impacto en Dniéper muestra seis clústeres de objetos cayendo al suelo, de los que cada uno contiene aproximadamente seis puntos brillantes. Se considera una cifra bastante elevada para un misil de este tipo.
Sin embargo, no se observaron explosiones en el suelo, lo que indica que los puntos brillantes podrían ser submuniciones cinéticas.
Estas pueden variar en tamaño y son esencialmente proyectiles metálicos que intentan destruir el objetivo utilizando la energía cinética liberada durante el impacto que, debido a la alta velocidad, puede ser significativa.
Varias fuentes indican que el misil fue lanzado desde el polígono de pruebas de Kapustin Yar en la región de Astracán en Rusia.
En ese caso, el alcance del misil en este lanzamiento sería de entre 800 y 850 kilómetros.
Vladimir Putin se refirió al Oreshnik como un misil de alcance intermedio. El rango de este tipo de misiles suele oscilar entre 1.000 y 5.500 kilómetros, aunque estas son solo cifras oficiales y el misil puede dispararse a distancias más cortas.
Lo más probable es que el Oreshnik que mencionó Putin se desarrollara en el Instituto de Tecnología Térmica de Moscú (MIT).
En Rusia hay dos entidades que desarrollan misiles balísticos de esta clase: el Centro de Cohetes Makeyev y el MIT.
El primero se centra en misiles de combustible líquido, que son pesados, se lanzan desde silos y tienen un alcance muy largo. Por ejemplo, el rango oficial del misil Sarmat es de hasta 18.000 kilómetros.
El Instituto de Tecnología Térmica de Moscú se especializa en la creación de misiles más pequeños con motores de combustible sólido que se proyectan desde lanzaderas móviles.
Estos misiles son más ligeros, tienen ojivas más pequeñas y vuelan distancias más cortas. Por ejemplo, el misil Yars tiene un alcance de 12.000 km.
Lo más probable es que un misil como el que impactó en Dniéper sea obra del MIT.
Este centro ya había creado antes misiles similares, como el RSD-10 Pioneer, que estuvo en servicio desde la década de 1970 hasta que entró en vigor el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF por sus siglas en inglés) en 1988.
En ese momento, todos los misiles y lanzaderas de alcance intermedio y más corto de la URSS y EE.UU. fueron destruidos y ambas partes acordaron no producir, probar ni desplegar tales proyectiles en el futuro.
El Tratado INF expiró en 2019, por lo que el desarrollo de este tipo de misiles -al menos en cuanto a su aplicación práctica- habría comenzado después de esa fecha.
En ese momento, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, anunció que Rusia tenía la intención de crear un sistema de misiles terrestres de alcance medio para 2020. Aunque esto no sucedió, el proyecto siguió su curso.
Uno de los últimos desarrollos del MIT es el RS-26 Rubezh, un misil balístico intercontinental. Según información extraoficial, su rango es de entre 2.000 y 6.000 km, por lo que apenas supera los límites de alcance del INF.
El MIT lo desarrolló incluso antes de prescribir el tratado. Según la agencia estatal TASS, el coronel general Serguéi Karakáev, comandante de las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia, reveló algunas características del misil en 2013.
“Si hablamos del misil terrestre móvil Yars (en referencia al RS-26 Rubezh) el vehículo de lanzamiento pesa más de 120 toneladas. En este misil modernizado, alcanzaremos 80 toneladas, haciéndolo más ligero”, declaró Karakáev.
En otras palabras, Rusia estaba desarrollando inicialmente un misil más ligero basado en el Yars que superaba los límites del INF en solo 500 km.
Como resultado, expertos coinciden en que el Oreshnik mencionado por Putin es probablemente un sistema de misiles con un alcance de 800 km o un desarrollo posterior de ese sistema, diseñado para un alcance aún más corto.
El Tratado INF tenía como objetivo reducir las tensiones en Europa.
La idea de la disuasión nuclear funciona para misiles balísticos intercontinentales, cuyos lanzamientos pueden ser detectados por sistemas de alerta, lo que daría tiempo suficiente para responder con un contraataque.
Lo mismo se aplica a los bombarderos estratégicos.
Pero esto no funciona si el tiempo de vuelo de un misil se mide en meros minutos.
Los misiles de corto y medio alcance eran uno de los factores más importantes que evitaban una disuasión nuclear estratégica efectiva.
Capaces de portar ojivas nucleares, eran casi imposibles de interceptar o destruir y, por lo tanto, no había oportunidad de contraataque al carecer de tiempo suficiente.
Además, las lanzaderas móviles para estos misiles eran muy difíciles de detectar y destruir con un primer ataque.
La presencia de misiles de corto y medio alcance cerca de las fronteras podría generar un conflicto militar al ser una amenaza casi imposible de defender, lo que podría provocar un ataque nuclear preventivo.
El ataque a Dniéper marcó el primer uso en combate de un misil de este tipo. Putin anunció que Rusia advertiría sobre el uso de esta clase de proyectiles.
“Treinta minutos antes del lanzamiento del misil Oreshnik, Rusia envió a Estados Unidos una notificación automática a través del centro de reducción de riesgos nucleares”, indicó el portavoz del presidente Putin, Dimitri Peskov.
El día antes del lanzamiento del misil, Estados Unidos cerró su embajada en Kyiv debido a “información específica sobre un posible ataque aéreo importante”.
Las embajadas de España, Italia y Grecia también cerraron, mientras que las de Francia y Alemania permanecieron abiertas, pero advirtieron a sus ciudadanos de que se mantuvieran alerta.
En los canales ucranianos de Telegram se barajaba la posibilidad de que Rusia usara el misil Rubezh contra Ucrania incluso antes de su lanzamiento. En particular, se especificó que el cohete había sido desplegado en el polígono de pruebas de Kapustin Yar.
En todo caso, la posibilidad de utilizar una nueva arma ya había sido anunciada anteriormente por el presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin.
“No se puede descartar el uso de nuevos sistemas de armas que la Federación Rusa no ha empleado hasta ahora en territorio ucraniano”, comunicó el 18 de noviembre.
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