Hace tres semanas, Julissa fue ingresada al Hospital General Dr. Agustín O’Horán, ubicado en Mérida, Yucatán, para parir a su segunda hija. Aquel día, fue la única vez que pudo verla, porque las autoridades hospitalarias consideraron que la niña y su hermanito de seis años no estaban seguros con su madre, por lo que los niños fueron retenidos y actualmente se encuentran en albergues del Sistema DIF del estado.
Dariana Quintal, abogada que está acompañando el caso de Julissa, señaló en entrevista que las autoridades inventan motivos para separar a la mujer de 30 años de sus dos hijos, aunque en realidad lo hicieron por discriminarla en razón de que es lesbiana. El DIF de Yucatán afirmó en un comunicado que “frente al riesgo en que se encontraban los niños, pasaron a estar bajo tutela del Estado… siempre priorizando la seguridad y correcto desarrollo de los menores”.
El DIF de Yucatán señaló que esta acción se dio en respuesta al llamado que las autoridades recibieron del personal del hospital el 26 de octubre. Los funcionarios del lugar reportaron que la niña, con entonces dos días de nacida, así como su hermano presentaban evidencias de malos tratos. Animal Político consultó a los Servicios de Salud del estado sobre la motivación de la denuncia que interpusieron, sin que al momento de la publicación la dependencia haya dado respuesta.
Sobre estos hechos, la abogada Quintal afirmó que a Julissa una trabajadora social le hizo preguntas personales desde antes del parto, algo que consideró “fuera de lugar, porque estuvo cuestionándola sobre por qué no tenía marido, si le gustaban las mujeres y si su acompañante era su pareja, e hicieron comentarios de que eso podría dar mal ejemplo a los niños”.
“Esta mujer empezó a hacerle plática y Julissa muy confiada le comentó, por ejemplo, que cuando era adolescente alguna vez usó mariguana, y en el hospital comenzaron a manejar el asunto como si ella fuera una drogadicta. De hecho, entre los exámenes que ella está presentando para recuperar a los niños está una prueba toxicológica en la que se observa que los resultados son negativos para toda sustancia”, detalló Quintal.
Según la versión que las autoridades ministeriales han dado a la abogada y a Julissa, las acusaciones realizadas en contra de la madre por supuesto maltrato están sustentadas en los testimonios de algunas vecinas de la joven. Sin embargo, Quintal afirmó que las mujeres que han presentado voluntariamente su declaración ante la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Prodennay), y que conocen a esta familia desde hace años, han señalado que los niños no viven situaciones de violencia.
Pese a las explicaciones del DIF de Yucatán, Quintal sostuvo que existe discriminación contra Julissa y que se ha violentado a sus hijos con el proceso al que están siendo sometidos. Al niño de seis años, por ejemplo, le practicaron exámenes para descartar que hubiera sido víctima de abuso sexual, los cuales incluyeron una exploración anal, aunque no hay una denuncia que fundamente la necesidad de practicarle dicha evaluación.
“Imagínese el evento traumático para el niño, no solo lo separan de su madre, su única familia, sino que además lo someten a esta exploración. Julissa habló conmigo de esto y llorando me dijo que no puede ni imaginar cómo la pasó su hijo, porque ella siempre lo educó para que no permitiera que extraños tocaran sus partes íntimas, y ahora, sin necesidad, esto fue lo que le hicieron”, indicó la abogada. El examen concluyó que el niño no presentaba datos de penetración.
De acuerdo con la abogada, al no acreditarse el supuesto de abuso sexual contra el menor, las autoridades de la Prodennay buscaron otro pretexto para acusar a Julissa de ser una mala madre, por lo que argumentaron que el proceso de separación de su hijo se dio a causa de que ella no lo había registrado ante el Registro Civil.
“Es un pretexto puramente administrativo, lo que me parece absurdo, porque si ese fuera realmente el problema, en vez de separarlos deberían ayudar a la familia, que la muchacha tenga apoyo para el registro del niño, y no que se tomen acciones legales. Las autoridades saben que lo único que se necesita para que recupere a sus hijos es a través del no ejercicio de la acción penal, pero hasta ahora se han negado a absolverla de las acusaciones”, agregó la defensora.
Al respecto, el DIF de Yucatán indicó que se acreditaron varias omisiones en el cuidado del niño, ya que, además de no estar registrado, no acude a la escuela y muestra signos de violencia, “resultando que no se restituye en su totalidad sus derechos para vivir en condiciones dignas y para su sano desarrollo”.
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Además de las afectaciones psicológicas que ha provocado la separación a Julissa, su abogada explicó que ha tenido problemas físicos, derivado de que no tuvo oportunidad de guardar reposo después del parto de la niña.
A los 10 días de que su hija nació, y con la preocupación de que las autoridades no se la quisieron dar, Julissa tuvo que retomar su trabajo como ayudante de albañil, con el fin de reunir el dinero suficiente para pagar los exámenes médicos que las autoridades le solicitaron como requisitos de la investigación.
“Tiene mucho estrés, ha presentado sangrados y otras complicaciones derivadas de que no puede amamantar a su bebé. Física y emocionalmente han perjudicado mucho a esta muchacha… está devastada, ingresó al hospital con la ilusión de salir con su niña en brazos, y ahora le niegan la oportunidad de ver crecer y cuidar a sus dos hijos”, lamentó.
La Prodennay aseguró que ya solicitó a Julissa el certificado de nacimiento de su hijo, para realizar el trámite correspondiente de registro de los dos niños, mientras continúa el proceso de investigación. Durante este tiempo, debido a que la joven no cuenta con familiares cercanos en Yucatán, los niños permanecerán bajo resguardo de las autoridades.
“Nosotras estamos agilizando las diligencias de la investigación y vamos a evaluar la posibilidad de promover un amparo para recuperar a los niños y a ver de qué forma podemos garantizar que las autoridades rindan cuentas, porque esto no se puede quedar así, tiene que evidenciarse, porque quién sabe cuántas otras mujeres hayan pasado por lo mismo, que por el hecho de tener una apariencia masculina, o por su orientación sexual, tengan que pasar por esto”, alegó la abogada Quintal.
Hamás e Israel intercambiaron rehenes y prisioneros este viernes como parte del acuerdo que incluye cuatro días de alto el fuego en la Franja de Gaza, el primero desde el inicio del conflicto el 7 de octubre.
El grupo islamista Hamás liberó a 24 rehenes, mientras Israel entregó a 39 prisioneros palestinos.
La organización palestina que gobierna Gaza, considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, entregó a los secuestrados a la Cruz Roja, que los trasladó en varios vehículos por la frontera sur de la Franja hasta Egipto.
El grupo liberado por Hamás se compone de 13 ciudadanos israelíes, 10 tailandeses y un filipino, informó el Ministerio de Exteriores de Qatar, mediador en las negociaciones.
Israel confirmó que sus 13 ciudadanos ya se encuentran en el país.
El grupo forma parte de los 50 rehenes -entre ellos mujeres y menores de edad- que, en virtud del acuerdo, Hamás se comprometió a liberar en varias tandas durante la tregua de cuatro días.
La organización islamista radical palestina secuestró a 240 personas durante un ataque masivo a territorio israelí el pasado 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas.
La respuesta de Israel ha provocado en Gaza unos 14.000 muertos.
Los rehenes trasladados a Israel se encuentran bajo custodia de las fuerzas especiales y los servicios de seguridad del país, informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Indicaron que los liberados se sometieron a una evaluación médica inicial y fueron trasladados a hospitales en Israel, donde podrán reunirse con sus familias.
“Las FDI, junto con todo el sistema de seguridad israelí, seguirán trabajando hasta que todos los rehenes regresen a casa”, expusieron las FDI en un comunicado.
Todos los integrantes del grupo parecen estar en buen estado de salud, informaron autoridades médicas israelíes.
El jefe del servicio de ambulancias de Israel, Eli Bin, también confirmó que 13 de los rehenes eran israelíes y 11 ciudadanos extranjeros.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró sobre la liberación que “es sólo el comienzo, pero hasta ahora todo ha ido bien”.
“No pararemos”, afirmó el presidente estadounidense, hasta que todos los rehenes hayan sido devueltos a sus hogares.
Horas después de la liberación de los rehenes de Hamás, Israel envió de vuelta a territorio palestino a 39 prisioneros condenados por diversos delitos, en su mayoría ataques violentos contra las fuerzas de seguridad israelíes.
La entrega se produjo en el puesto de control fronterizo de Beitunia en Cisjordania, cerca de la ciudad de Ramala, confirmó Israel.
Los 39 prisioneros palestinos fueron elegidos de una lista compilada por las autoridades israelíes, compuesta de 300 mujeres y jóvenes, quienes han sido acusados de diversos delitos, desde arrojar piedras hasta intento de asesinato.
La gran mayoría de ellos se encuentran detenidos sin haber sido sometidos a un juicio y muchos de los que figuran en la lista son adolescentes varones: el 40% tiene menos de 18 años.
El acuerdo contempla que unos 150 prisioneros palestinos que están en cárceles israelíes salgan en libertad.
El alto el fuego entró en vigor este viernes después de un comienzo inestable, salpicado de sonidos esporádicos de explosiones.
Ambas partes informaron que la pausa sería temporal y que se extenderá por cuatro días.
La periodista de la BBC Anna Foster, quien se encuentra en el sur de Israel, señaló que el ejército israelí continuó su operación hasta que comenzó el alto el fuego, y parece que también hasta poco después de iniciado.
Desde que comenzó la tregua, han entrado en Gaza al menos 60 camiones con suministros de ayuda.
Israel indicó que ocho de ellos llevaron combustible en cumplimiento del acuerdo, que especifica la entrega de 130.000 litros diarios.
Este recoge que, cada uno de los cuatro días, entrarán en Gaza a través del cruce egipcio de Rafah 200 camiones que transportan ayuda como insumos médicos, agua y alimentos, cuatro camiones cisterna de combustible y cuatro camiones que transportan gas para cocinar.
“Israel insistió durante muchos días en que el combustible no debía pasar a Gaza porque decían que ya había combustible que Hamás estaba acaparando y temían que si enviaban más combustible, los militantes lo tomarían y lo utilizarían como parte de sus operaciones contra Israel”, señala la periodista Anna Foster.
Sin embargo, la garantía estipulada en el acuerdo es que el combustible será llevado directamente a los lugares que lo necesiten, como hospitales, y no se permitirá que le llegue a Hamás.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que supervisa la aplicación del pacto, destacó que la operación también “incluirá la entrega de asistencia humanitaria adicional” a Gaza.
También expresó su intención de enviar suministros médicos a los hospitales de la franja como parte de la operación.
La mayoría de los hospitales, especialmente en el norte, han dejado de funcionar o están sobrepasados por la avalancha de pacientes.
Sin embargo, el proceso sigue siendo muy complejo: las agencias de asistencia de la ONU también están enviando suministros a Gaza, pero hoy expresaron dudas cuando se les preguntó si podrían entregarlos en el norte de la Franja.
Aunque el acuerdo de alto el fuego de cuatro días sugiere que todas las áreas deberían ser accesibles para las organizaciones que entregan ayuda, Israel exigió a los palestinos ahora desplazados en el sur que se queden allí.
En un mensaje publicado en árabe en las redes sociales, el ejército israelí recordó a los palestinos que la pausa humanitaria es solo temporal y advirtió que la guerra no había terminado y que tenían prohibido desplazarse hacia el norte del territorio.
De acuerdo con Foster, las FDI han estado lanzando panfletos desde la mañana advirtiendo a los civiles dentro de Gaza que no se desplacen hacia el norte.
“Debido a esta calma inusual, sabemos que muchos de ellos van a aprovechar esa oportunidad, y ya lo han hecho, para iniciar el regreso a sus casas para tal vez recoger algunas posesiones y, en algunos casos, para comprobar si sus casas siguen en pie”.
Las FDI les han dicho que deben permanecer en la parte sur de la Franja de Gaza. Han reiterado que la parte norte sigue siendo una zona de guerra.
“La pausa está teniendo un efecto enorme en los civiles dentro de Gaza. Nos enteramos de que se llevarán a cabo las primeras oraciones públicas del viernes, desde que comenzó la guerra, en un estadio de fútbol abierto en Jan Yunis”.
Ismail Haniya, líder político de Hamás, dijo que el grupo está comprometido con la tregua con Israel y con el acuerdo de intercambio de rehenes, siempre y cuando “todas las partes” lo respeten .
Se reportó que Haniya, que reside en Qatar y dirige el buró político de Hamás, también señaló que las negociaciones eran “difíciles”.
Por otra parte, en una entrevista con la BBC, James Elder, un portavoz de Unicef, señaló que los palestinos en Gaza podrían aprovechar la tregua para buscar a los niños que están bajo los escombros.
“Tal vez el alto el fuego dé a la gente la oportunidad de buscar a sus familiares, quizás les dé a las familias la oportunidad de enterrar a los muertos”, indicó el funcionario que llegó a Gaza el jueves.
Elder indicó que todo tiene las marcas de la devastación. “Ya sean esas caras asustadas de niños o esas paredes destrozadas y ventanas rotas, todo cuenta la historia de este asalto implacable”.
Lucy Williamson, periodista de BBC News desde Cisjordania
El autobús avanzaba lentamente entre un mar de entusiastas partidarios palestinos.
A través de las ventanas se podía ver a algunos de los prisioneros bailando, entre ellos uno envuelto en una bandera palestina.
Fuera, teléfonos móviles pegados al cristal de las ventanas entre gritos de bienvenida y proclamas de “Dios es grande”.
Algunos entre la multitud ondeaban banderas de Hamás, mientras otros aludían esta noche a la unidad palestina, a un pequeño momento de victoria para los palestinos en medio de una guerra agotadora.
Para Israel, los prisioneros liberados esta noche son una amenaza a su seguridad. Para los palestinos que los reciben son víctimas de la ocupación de Israel, y su liberación es un símbolo.
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