Hace un par de semanas el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que investigó el caso de Ayotzinapa tuvo una presentación pública de los resultados de su investigación en Washington, D.C., organizada por el Mexico Institute del Centro de Investigación Wilson Center.
El evento fue de amplia importancia, pues mostró no solo que los actores internacionales y la prensa extranjera son cada vez más relevantes para las autoridades mexicanas, sino que los espacios internacionales son fundamentales para tener foros nuevos y neutrales para discutir debates que, dentro de México, sería demasiado susceptible tocar.
El evento mostró la alta sensibilidad que tiene el gobierno mexicano ante la opinión internacional. Prueba de ello fue que las autoridades mexicanas aceptaron enviar a un representante oficial a escuchar y formar parte del evento del GIEI en Washington, a pesar de no haber hecho lo mismo para presentaciones similares sucedidas en México.
Sin duda, el hecho de que el gobierno Mexicano haya aceptado escuchar al GIEI en Washington es un avance en su apertura. Muchos creímos que, luego de la última conferencia del GIEI en México (a la que las autoridades decidieron no asistir), el GIEI sería sistemáticamente desconocido en todo evento posterior. Sin embargo, no lo fue. El gobierno mexicano cambió su estrategia, permitiéndose escuchar en Washington lo que no se había permitido escuchar en México.
Ello demuestra, con hechos, que contar con la oportunidad de detonar el dialogo sobre México en el extranjero es altamente relevante pues permite realizar eventos en donde el gobierno mexicano se muestra abierto, y la discusión se puede realizar en un territorio menos controlado.
Aún más, el debate del GIEI en Washington no sólo fue una forma de ampliar el debate sobre lo sucedido en Ayotzinapa, sino de tocar la agenda pendiente de México en materia de seguridad. México todavía tiene qué hacer para crear un sistema judicial funcional, en donde la procuración e impartición de justicia se lleve a cabo con calidad y lleve, en efecto, a la justicia, no solo a la simulación de esta.
Entre los aspectos que fueron discutidos como aspectos críticos a mejorar en el sistema de justicia mexicana destacaron cuatro:
Así, el hecho de que el evento del GIEI fuera realizado en territorio extranjero tuvo muchas ventajas, entre ellas que la presión internacional se hizo sentir. Las críticas pudieron ser bastante fuertes, tan fuertes como lo hubieran sido en un evento organizado en México. Los padres de los estudiantes tuvieron la apertura de decir frases como “no creemos más en el gobierno”, “ya nos dimos cuenta del tipo de gobierno que tenemos” o “no sé por qué el gobierno habla maravillas de sí mismo”, todo ello ante la actores internacionales de muy distintos niveles. Esperemos que este sea el primero de muchos foros internacionales en donde se permita esta apertura.
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