Kinshasa, 9 de marzo de 2011.
Antes de tener que arremangarme y meterme de lleno con la realidad nacional que cada vez me parece menos real aunque profundamente nacional (por no poner que churrigueresca), porque le confieso, querido lector, que estoy resistiéndome como tortuga bocarriba a entrarle a la discusión electoral (porque me da flo-je-ra cós-mi-ca), decidí echarle un vistazo al mundo. El tema de hoy es Kony 2012 y no hay pa’dónde hacerse. Así las cosas, hablemos del susodicho video y del meneo que ha provocado.
Si usted no ha visto el video (puede ser… o porque usa el Internet para jugar o porque trabaja como un energúmeno o porque está viviendo debajo de una piedra y recién se consiguió el Internet móvil), aquí está:
Si no tiene los 30 minutos que se requieren para chutarse el numerito y entender qué es lo que une tras la misma causa a Rihanna, Justin Beiber, Ellen Degeneres, la Gaga, Bill Clinton, John Kerry y Ban Ki Moon, se lo cuento:
Chato ecolofresa gringo hace viaje de contacto con la “realidad” a África en su tierna juventud. Allí conoce niño ugandés víctima de las atrocidades de un criminal de guerra como Joseph Kony, que lleva una treintena de años secuestrando niños para hacerlos soldados de su organización y seguir matando y mutilando gente a diestra y siniestra, en la meritita selva africana. El chato ecolofresa le hace promesa a niño ugandés de que él va a hacer que esta situación cambie. Hasta aquí, sólo nos hace falta Lassie.
Chato ecolofresa crece, se reproduce y entonces le ataca la pregunta de qué tipo de mundo quiere heredarle a su vástago. Tendría que ser un mundo en el que los malos malísimos como Kony no existieran y voilà este video-movimiento.
Más allá de que considero legítimo el ejercicio de difusión sobre la Corte Penal Internacional y de por qué una institución semejante debe perseguir a criminales de guerra como Kony, los cuales, infelizmente, abundan en este planeta, y de que creo que el cosmopolitismo es lo que tendría que orientar nuestras acciones como sociedad internacional para hacer que las violaciones a los derechos humanos en cualquier parte sean también preocupación nuestra, Kony 2012 es valioso por muchas cosas más. Es cierto que son muchas las voces que ya han salido y a la que puedo unir la mía para decir que el video es ñoño, que es reduccionista ad náuseam, que es iluso, que quién sabe qué otros fines se estén persiguiendo (siendo del h. país, no puedo escapar a la teoría de la conspiración que está inscrita en el ADN nacional), que el mundo no se divide en buenos y malos con tanta claridad, que las causas “serias” no pueden reducirse a video y música pop, etc.
Pero ése no es el punto. Kony 2012 es un ejemplo extraordinario de cómo podemos hacer que la gente se active por causas que consideremos valiosas en un mundo en el que hay Facebook, Twitter, YouTube y tantas otras redes e instrumentos de comunicación que nos permiten vincularnos con las personas más disímbolas en segundos, por encima de nuestra ubicación geográfica, lengua, cultura, edad, estatus socioeconómico, grado de escolaridad, etcétera.
Podemos decir que Kony 2012 explica el fenómeno de los niños soldados a nivel Elmo y que qué barbaridad. ¿Pero sabe qué, querido lector? La mayor parte de la gente tiene nivel Elmo de comprensión sobre los fenómenos internacionales aquí, en Estados Unidos (seguro saldrán los antiyanquis con su tradicional “es que los gringos no tienen cultura”), en China y en todo el mundo. Cabe recordar que la política internacional no acapara titulares, de no ser que se la use con fines chauvinistas, así que explicar las cosas con manzanas no me parece tan grave. Despertar conciencias sobre por qué el hecho de que secuestren niños y niñas en Uganda para convertirlos en máquinas asesinas o en esclavos sexuales es también un problema del que vive en otra realidad me parece importantísimo. Como sociedad, tenemos que fomentar la empatía a toda costa, pues sólo eso nos permitirá convivir.
Kony 2012 también muestra que cualquier causa, explicada con conocimiento de quién es el público objetivo y de qué le gusta, no sólo es comprensible sino que motiva a la acción. Si ve el video, le reto a que desde su realismo aterrizado y escéptico no tenga, aunque sea sólo por segundos, las ganas de contribuir, de ayudar o de pertenecer. Y éste es un punto importantísimo: para como anda el mundo, los ciudadanos de a pie tenemos unas infinitas ganas de “hacer algo”, de “resistir”, de “pertenecer”, de “manifestar nuestra inconformidad”, de “hacer que escuchen nuestra voz”. Y resulta que con YouTube, Facebook, Twitter y poco más podemos ser parte de algo más grande que cualquiera de nosotros con apenas un par de clics, así se trate de una causa en Uganda, país que le reto a que encuentre en el mapa en menos de tres segundos.
El video abre diciendo que “Nothing is more powerful than an idea whose time has come.” (“Nada es más poderoso que una idea cuyo momento ha llegado”.). Yo le diría que nada es más poderoso que una idea que puede difundirse a esa velocidad y llegar a tantísima gente, gracias a las nuevas tecnologías. De nuevo, lo que impresiona no es necesariamente la causa, que podemos considerar válida o no, así como la manera de defenderla. Lo que debe prender todas nuestras alarmas y hacernos sacar todas las antenas es el infinito potencial que Kony 2012 nos demuestra que hay para impulsar causas que nos hagan vivir en un mejor entorno, a cualquier nivel.
EsotÉrika
Palabrotas y frases domingueras
cenutrio.
1. m. Hombre lerdo, zoquete, estúpido.
Ejemplo:
Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, 22ª ed., (DE, 2 de marzo, 2012: http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cenutrio).
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