En la primera parte publicada la semana pasada en este espacio, presentamos los principales logros y limitaciones de organizaciones civiles que, a pesar de innumerables obstáculos en torno al acceso a la justicia, siguen trabajando incansablemente por un reconocimiento del derecho a tener derechos en una época de profunda precariedad jurídica y social hacia el ciudadano común. En esta sección queremos realizar una evaluación general de las lecciones que podemos aprehender de muchas organizaciones civiles locales, su expertise adquirido en medio de la violencia del crimen e institucional, con el fin de sensibilizarnos de las grandes hazañas y logros que, aunque pequeños, muchas organizaciones están brindándonos en un momento en que se necesita de profunda empatía si queremos que las cosas cambien aunque sea un poco.
Logros de la movilización sociolegal
Tal como hemos visto en la parte I, organizaciones civiles y colectivos de familiares de personas desaparecidas, violencia de género y trabajadoras sexuales han venido trabajando en pequeños pero significativos proyectos e iniciativas que contribuyan a obtener un poco de justicia. En un contexto de violencia estructural e institucional, ausencia de un Estado de Derecho e impunidad arraigada, es muy poco probable que se produzcan avances sustantivos en la protección de los derechos, la rendición de cuentas y la reducción de la violencia. No obstante, las experiencias de las estrategias de movilización sociolegal contienen lecciones importantes sobre cómo los logros modestos, pero importantes son posibles frente a la adversidad y las formas extremas de violencia. Estos son igualmente relevantes para entornos afectados por conflictos y por altos niveles de delitos violentos. Podemos resumir algunas experiencias compartidas de varias organizaciones civiles que actúan cotidianamente enfrentando muchos obstáculos en sus anhelos de justicia.
Habilidades y capacidades
Estos logros no pueden explicarse a través de la lente de los enfoques normativos para promover el cambio legal formal, o la sensibilización en torno a los derechos formales. Más bien, la eficacia de las estrategias de movilización sociolegal depende del grado en que estén ancladas en una amplia gama de habilidades y capacidades, y cómo utilizan las oportunidades que presenta el contexto específico.
Los límites de la movilización sociolegal
En la práctica, es importante mantener bajo control las expectativas de lo que se puede lograr mediante la movilización sociolegal, y dentro de lo que es políticamente posible dadas las asimetrías de poder e intereses prevalecientes. Las limitaciones señaladas aquí reflejan estas barreras estructurales para el cambio a través de la voz y las agencias sociolegales de abajo hacia arriba. Otras limitaciones tienen que ver con la falta de redes organizativas internacionales, dado que pocas organizaciones locales tienen acceso a ellas.
Recomendaciones
A medida que la comunidad nacional e internacional defiende la necesidad de tomar en serio enfoques “centrados en las personas” para abordar la violencia y de evitar organizaciones paraguas que invisibilizan los verdaderos esfuerzos de líderes y asociaciones locales que cotidianamente se enfrentan a riesgos de obtener acceso a la justicia, es necesario construir bases de pruebas sobre el papel de las estrategias de movilización sociolegal, sus méritos y limitaciones, como uno de los muchos otros recursos que tienen las víctimas, sobrevivientes y comunidades vulnerables. El conocimiento permanece aislado en los contextos de conflicto y violencia criminal, de la misma forma en que las evidencias forenses y jurídicas se pierden en la inmensidad de los trámites burocráticos, por lo que es necesario construir documentaciones, así sea para conservarlos en lugares privados mientras esperan mejores momentos para la memoria histórica.
El caso de Michoacán proporciona evidencia para que las instituciones y organizaciones nacionales e internacionales apoyen con evidencia empírica y realista el fortalecimiento de las capacidades sociales frente a formas extremas de violencia. Podemos resumir unas cuantas recomendaciones que arrojó un estudio cercano e íntimo con diversas organizaciones civiles que buscan enfrentar y cambiar sus entornos de vulnerabilidad.
La lección central de esta investigación sobre la violencia a ras de suelo es que muchas organizaciones civiles contra la violencia están trabajando incansablemente por cambiar la situación actual, pero sería más rápido y efectivo si el poder público se pusiera de su lado y no estigmatizara sus esfuerzos incansables. Es necesario aprehender de sus esfuerzos, contradicciones y experiencias si no queremos seguir reproduciendo el círculo vicioso de la impunidad en nombre de la justicia.
* Salvador Maldonado Aranda es Profesor investigador de El Colegio de Michoacán. Especialista en temas de violencia, seguridad y crimen.
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