Desde hace 36 años, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) publica cada año el Índice Global de Competitividad (IGC). En su informe, el WEF analiza a los 140 países que engloban el 98.3% del PIB mundial, enfocándose en las políticas que han implementado para impulsar el desarrollo de sus economías en un contexto de competencia global. Este año, México avanzó cuatro posiciones con respecto al año anterior, al subir del lugar 61 al 57. Sin embargo, un vistazo a los componentes del IGC nos muestra que todavía estamos lejos de tener resultados deseables.
¿Qué es el Índice Global de Competitividad 2015?
El IGC 2015 es un análisis de los factores que inciden en la productividad y competitividad de 140 países. Este análisis se construye a partir de 113 indicadores agrupados en 12 pilares, los cuales a su vez se agrupan en tres subíndices. La información proviene principalmente de una encuesta a los ejecutivos de cada país sobre su visión del clima de negocios.
En términos generales, una de las conclusiones principales de esta edición del IGC 2015 es que todas las economías necesitan redoblar sus esfuerzos para impulsar reformas y políticas públicas útiles para enfrentar los retos que la crisis de 2008 dejó en todo el mundo. Dichos retos incluyen las altas tasas de desempleo, el bajo precio de las materias primas, el difícil acceso a créditos, el envejecimiento de la población o las caídas en la inversión, los cuales se manifiestan como un estancamiento generalizado en la productividad. Sin embargo, el WEF señala que las capacidades de un país para mejorar su mercado laboral, capital humano, inversión en investigación y capacidad de innovación han sido y serán los elementos clave para superar las caídas en productividad.
¿Quiénes son los mejores?
Por séptimo año consecutivo, Suiza es el primer lugar del Índice. Se caracteriza por ser un país en constante desarrollo de innovaciones tecnológicas, tener el mayor número de centros de investigación así como la mayor inversión privada en investigación y desarrollo. Además, es el primer lugar en sofisticación de negocios y tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo. En la clasificación mundial le siguen Singapur, Estados Unidos, Alemania y Holanda.
¿Y qué pasó con México?
Este año, México subió cuatro lugares al pasar del lugar 61 al 57. En esta edición del IGC obtuvimos la misma calificación que Ruanda y estamos solo unas décimas por encima de Colombia, Macedonia y Eslovenia.
En cuanto a los países de América Latina, estamos en el cuarto lugar por debajo de Chile (lugar 35), Panamá (lugar 50) y Costa Rica (lugar 52). En la región seguimos sin poder superar la desaceleración de 2012 y no nos ha beneficiado tanto la reciente recuperación en Estados Unidos.
Las buenas noticias
Para superar estas dificultades, México tiene fortalezas que puede aprovechar, así como un buen desempeño en algunos indicadores que, según el WEF, son básicos para destacar en productividad y competitividad:
Tabla 1. Calificación y posición de México en los subíndices e indicadores del IGC 2015-2016
Fuente: Global Competitiveness Report 2015-2016, WEF
La mala noticia
México no ha logrado superar ciertos obstáculos a la productividad, incluso después de implementar reformas como la educativa, la laboral y los esfuerzos por combatir la corrupción. A continuación, presentamos tres de estos puntos y una breve recomendación del IMCO.
¿Cómo podemos mejorar?
1. Educación superior y capacitación
Nuestro sistema educativo no corresponde a las necesidades de una economía competitiva lo que implica que las empresas tienen dificultades para encontrar personal calificado para sus puestos. Esto se refleja desde la educación básica (somos el lugar 116 de 140 en este indicador), pero es un problema que permea a la educación superior. Este año obtuvimos el lugar 117 en Calidad del sistema educativo y el 126 en Calidad de la educación en ciencia y matemáticas.
IMCO propone
Que los cambios legales de la Reforma Educativa se materialicen en un sistema de enseñanza adecuado para las necesidades de la economía mexicana, así como en uno con personal docente capacitado, con evaluaciones periódicas e incentivos al buen desempeño. Estos cambios deben garantizarse de forma homogénea en todo el país.
México debe incentivar la comunicación entre el mercado laboral y el de educación superior. Actualmente, 50% de la matrícula universitaria se concentra en solo nueve carreras, lo que limita las oportunidades laborales de los jóvenes, pero también la capacidad de las empresas para contratar personal calificado, innovador y competitivo. Para esto, es fundamental que los consumidores de educación superior cuenten con información sobre los costos de estudiar una carrera, los beneficios y sus expectativas de salario y empleo antes de decidir.
2. Eficiencia del mercado laboral
A pesar de la Reforma Laboral de 2012, no hemos visto los efectos deseados de la misma. Ocupamos el lugar 94 en prácticas de contratación y despido, y el lugar 114 en el efecto negativo que tienen los impuestos sobre los incentivos al trabajo, lo que se refleja en la informalidad de nuestra economía. Este año destaca que tenemos el lugar 119 en la proporción de mujeres y hombres en la fuerza laboral.
IMCO propone
Necesitamos un mercado laboral más flexible, que nos permita la coexistencia entre las necesidades de los trabajadores y las de los empleadores. Por ejemplo, horarios flexibles para las mujeres y hombres con niños pequeños, pero también, elementos más básicos como crear mejores incentivos para atraer al mercado formal a las personas que actualmente están fuera de él.
3. Instituciones
Para nadie es novedad que el sistema político mexicano enfrenta una crisis frente a la ciudadanía. La bajísima confianza de la sociedad en los políticos nos coloca en la posición 124 del ranking global. Los altos costos que la violencia y el crimen organizado representan para los negocios (lugar 135 de 140, de acuerdo con la opinión de los ejecutivos) han mermado la confianza de la sociedad en el marco legal y administrativo. Esto acentuó la caída de siete posiciones en el pilar de instituciones de este año (del lugar 102 al 109).
Además, mientras que el resto del mundo señala que su principal problema para hacer negocios es la dificultad de acceder a un crédito, México tiene que cargar con un lastre adicional: el de la corrupción e ineficiencia de las instituciones públicas. La Gráfica 1 muestra la perspectiva de los empresarios mexicanos en este tema.
Gráfica 1. Factores más problemáticos para hacer negocios en México IGC 2015-2016 (%)
IMCO propone
Acelerar el proceso de aprobación de la legislación secundaria del Sistema Nacional Anticorrupción. Esto no solo deberá de ser rápido, su urgencia también implica la necesidad de garantizar que sea un sistema blindado contra la inoperancia que puede derivar de conflictos normativos y problemas de coordinación entre las áreas de gobierno que afectaría. Asimismo, las leyes secundarias deben contemplar al sector privado como un aliado, que pueda aportar información e, incluso, capital humano.
El IGC de este año muestra que nuestro país debe poner atención en áreas como la confianza institucional, la mejora en las condiciones del mercado laboral y la calidad de nuestro sistema educativo si pretendemos continuar escalando en el ranking de manera sostenida. México ya ha iniciado el proceso de reformas para impulsar el desarrollo económico y competitivo del país. Sin embargo, su éxito dependerá de su correcta implementación.
*Mariana Tapia es Investigadora del @imcomx
Para más información sobre los estudios del IMCO entra a nuestra página o síguenos en nuestras redes sociales: facebook.com/imcomx | @IMCOmx
Estamos procesando tu membresía, por favor sé paciente, este proceso puede tomar hasta dos minutos.
No cierres esta ventana.
¡Agrega uno!